La historia de la Península de Yucatán recuerda a Felipe Carrillo Puerto, quien derivado de la traición de Victoriano Huerta a Francisco I. Madero en la “Decena Trágica”, siendo gobernador del estado de Yucatán, fue traicionado por los deleznables seguidores delahuertistas apoyados por hacendados henequeneros para derrocarlo y días después, fusilarlo.

Así fue que después del 3 de enero de 1924, los grupos de ciudadanos libres de pensamiento y aquellos que fueron rescatados del sistema esclavista henequenero, comenzaron a construir el mito de Felipe Carrillo, surgiendo apelativos como “el apóstol rojo”, “el dragón de los ojos verdes”, “el mártir de los mayas”, entre otros.

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Pero también comenzaron las versiones negativas emanadas de los explotadores henequeneros y de los grupos conservadores, quienes a través de los medios de comunicación de la época (hoy difusores de las Fake News) comenzaron a torpedear la imagen del querido líder para tratar de enlodar su recuerdo sin muchos resultados, buscando entre otras cosas, encontrar una salida para explicar su muerte.

Poco sabemos de Felipe Carrillo Puerto, quien fue originario de Motul, del corazón de la zona henequenera de Yucatán, y de donde se gestó su lucha por la libertad y la igualdad de clases, por lo que al ser imantado por el movimiento zapatista, no tardó en sumarse a las filas del general Emiliano Zapata, alcanzando el grado de coronel de caballería y formando parte de la Tercera Comisión Agraria del distrito de Cuautla.

La herencia de Felipe Carrillo Puerto

Su carrera política se gestó desde 1916 cuando se fundó en Mérida, Yucatán, el Partido Socialista Obrero (PSO), pasando en 1917 a ser el Partido Socialista de Yucatán (PSY) del cual fue presidente, estableciendo los “jueves agrarios” y los “lunes rojos” a través de los cuales logró instruir políticamente a los campesinos yucatecos.

Ese partido, fue reformado para dar paso al Partido Socialista del Sureste (PSS), mismo que postuló a Felipe Carrillo Puerto como candidato a la gubernatura del estado de Yucatán para el período de 1922 a 1926, y como sabemos fue truncado en enero de 1924 por los conservadores delahuertistas yucatecos y explotadores henequeneros.

Sin embargo, en el poco tiempo que gobernó Yucatán comenzó a realizar acciones como el reparto agrario local, la educación racionalista y fomentó la libertad de los indígenas mayas sujetos a sistemas feudales en las haciendas henequeneras.

Sin duda, una de sus mayores contribuciones en la educación fue la Universidad Nacional del Sureste, integrada por las Facultades de Medicina, Jurisprudencia e Ingeniería; el Instituto Literario o Preparatoria; la Escuela Normal Mixta; la de Música y la de Bellas Artes. Esa universidad hoy en día es la Uady.

Hoy, podemos reconocer a Felipe Carrillo Puerto, no como el “rojo”, sino como “Felipe, el progresista”, del cual, hasta este día, subsiste su recuerdo en una de las tierras más conservadoras del país.

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