A Carlos Joaquín no le alcanzará su estrategia para obtener la victoria en el presente proceso electoral. En su desesperación, envió a su gente a registrase por Morena y, además, impone candidatos en su coalición.

A muchos les causó sorpresa que la diputada Cristina Torres Gómez abandone el grupo legislativo del Partido Acción Nacional (PAN), la realidad es que no hay tal.

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Mayor sorpresa generó que la legisladora se haya registrado como militante de Morena y más aún, su registro como precandidata para contender para la presidencia municipal de Solidaridad.

El que piense que Cristina Torres abandonó a Carlos Joaquín porque eligió a la diputada Lilí Campos como abanderada por la coalición “Va por Quintana Roo”, está lejano de la realidad.

Torres Gómez fue, es y será leal con el gobernador. La intención de Carlos Joaquín es dividir el voto y por eso la envío a Morena, todo tiene que parecer real.

Lilí Campos no tiene la mínima oportunidad de derrotar al candidato que quede por parte de Morena.

Boicot a favor del PAN

El que Cristina Torres se haya registrado como precandidata por Morena no significa que logrará la candidatura, pero sí puede boicotear el proceso a favor del candidato del PAN.

En el mismo caso está Cecilia Loría Marín, quien primero se sumó a la coalición “Juntos Haremos Historia en Quintana Roo”, con su partido Movimiento Auténtico Social (MAS) y luego se registró como precandidata por Morena para la presidencia municipal de Benito Juárez.

Loría Marín, en el proceso anterior, en el que se eligieron a diputados locales, vendió su partido a Carlos Joaquín, en una reunión que se realizó en Casa de Gobierno, en Chetumal. La cifra fue de 2 millones de pesos.

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Morena tiene claro lo que está pasando, aunque los conflictos internos al interior del partido podrían jugar en contra y lograr que alguno de los infiltrados logre su objetivo.

Carlos Joaquín no solo está metiendo de infiltrada a su gente, también elige a quien encabece las candidaturas.

Infiltrados de Carlos Joaquín

De los casos más sonados están la propia Lilí Campos, su vocero Carlos Orvañanos Rea en Benito Juárez (sin ninguna oportunidad) y el ex director del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecyte), Juan Ortiz Cardín, en Othón P. Blanco.

Orvañanos Rea ha emprendido una campaña electoral abierta, sin que hasta el momento nadie le haya puesto el alto, pese a que este proselitismo es con recursos públicos.

En el caso de Ortiz Cardín ha sido señalado, en reiteradas ocasiones, por corrupción en el Cecyte.

Fue gente de Eduardo Espinosa Abuxapqui y suplente en la presidencia municipal de Luis Torres Llanes. Su única carta es que es chetumaleño; su trayectoria ha sido gris y cuestionada.

Los dirigentes del PAN, Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), que pertenecen a la coalición, sólo obedecen las indicaciones del Carlos Joaquín, quien al parecer quiere imponer candidatos en todos los partidos políticos.

Payo Obispo

En la Secretaría de Educación de Quintana Roo (SEQ) las cosas, al parecer, no marchan bien y la situación es tan difícil que la titular de la misma, Ana Vásquez Jiménez, ya está presentando enfermedades físicas como resultado de la situación que se vive al interior.

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En días pasados presentó una parálisis facial, que según dicen sus allegados, tiene que ver con un accidente cardiovascular. Vaya que la improvisación tiene altos costos.

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