Los debates políticos son en teoría una plataforma para que partidos o coaliciones expongan sus propuestas en procesos lectorales. Lejos de ello, se han convertido en “show” mediático, que solo mueven a los simpatizantes cautivos de quienes participan. Sus formatos acartonados no permiten conocer los planteamientos a fondo de los aspirantes. 

Los debates también son considerados como una herramienta democrática, de lo cual no queda duda. El problema no es la actividad, sino el uso que se le ha dado. 

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Declaraciones como las del coordinador estatal de Movimiento Ciudadano (MC), José Luis Pech Várguez, solo demuestran el punto hacia donde se han ido los debates. Abiertamente y sin pudor, dijo, se vale de todo hasta “mordidas”. 

Pese a esta postura, se proclama como el formador de los nuevos políticos y no se jacta de decir, que tiene él prefiere estar cuidando a sus nietos, pero su partido y su “responsabilidad” no le permiten retirarse, porque desde su punto de vista todavía no hay una clase política de altura.

Con este tipo de declaraciones, mejor que se vaya a cuidar a sus nietos, sin embargo, la única razón por la que no se ha ido es porque está cuidando a su hijo Gustavo Pech Galera, hoy candidato a síndico.

A nivel nacional, ni siquiera porque fue la primera vez que uno de los debates presidenciales se realizó en la sala del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) tuvo un efecto entre los votantes. Lo único que destacó fue la bandera que mostró de cabeza la candidata de la coalición “Fuerza y Corazón por México”, Xóchitl Gálvez Ruiz. Pero ahí viene el segundo de tres, el próximo 28 de abril. 

Además de que los participantes no aprovecharon los pocos minutos que se les otorgó, hubo críticas por el formato. El debate solo movió a los simpatizantes cautivos de cada candidato, quienes se volcaron en redes sociales para proclamar a su abanderado como vencedor y denostar, al contrario.

Cambios en los debates estatales  

En el Estado, el 13 de abril pasado el Consejo General del Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) aprobó cambios al Reglamento de los Debates, que en esencia se resume en que ahora la organización corresponde a la Dirección de Partidos Políticos.

Lo que realmente requiere un cambio radical es el formato. Generalmente son formatos tediosos y preestablecidos, y enmarcados en los temas que sugiere el propio reglamento: sociedad y gobierno; economía; seguridad; combate a la corrupción y transparencia. Aunque se aclara, no son limitativos.

Se requieren formatos amenos y que otorguen a los participantes en los debates la oportunidad desarrollar al menos una propuesta, para que este ejercicio verdaderamente sirva como herramienta democrática, que ponga al espectador a pensar y que incentive el voto, así como la orientación del mismo, lo cual es principal objetivo. 

Es claro que no se puede atentar contra la libertad de expresión, sin embargo, el Ieqroo, en coordinación con los partidos políticos, deben llegar a acuerdos para ponderar la exposición de propuestas hacia la ciudadanía en los debates. La crítica no sólo es buena, sino necesaria, pero en todo caso con pruebas y no como un chisme de lavadero.

Ahora que si lo que quieren es “show”, mejor que hagan casting para una telenovela, película o serie, ya de perdido que le metan al TikTok. 

Payo Obispo

Al menos en el caso de Othón P. Blanco, ya son tres de los seis candidatos a la presidencia municipal que ingresaron su solicitud, ante el Ieqroo, para participar en los debates: Lidia Rojas Fabro de MC; Germán González González, de la coalición “Fuerza y Corazón por México” (PAN-PRI); y el independiente, Daniel Cruz Martínez. Basta con ello para que se realice de acuerdo con el reglamento, las fechas y horario se conocerán cuando el Ieqroo emita la convocatoria.

Marcela Rojas López, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), y Cristian Sharid Tapia Salvatierra, de MÁS Apoyo Social, no han confirmado.

En cuanto a Yensunni Martínez Hernández, de la coalición “Seguimos Haciendo Historia en Quintana Roo” (Morena-PVEM-PT), no será ella quien decida, sino su partido.

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