CIUDAD DE MÉXICO.- El Tren Maya, la obra estandarte del gobierno del Presidente López Obrador ha tenido más rechazo de lo que esperaba, sobre todo de comunidades indígenas por dónde pasará el tren.

De acuerdo con El Universal, diversos grupos conformados por ciudadanos y pobladores han metido amparos en contra del Tren Maya por violaciones a sus derechos y al medio ambiente, pero los juzgados correspondientes los han rechazado.

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Ante el conflicto entre los jueces, el amparo se turna a un tribunal colegiado, que en la mayoría de ocasiones regresa el documento para que proceda por parte del juez calificador.

En un caso específico en Cancún, después de negar el amparo y ser obligado por el tribunal colegiado a aceptarlo, pasaron 204 días desde que se intentara pasar por primera vez, situación inusual, ya que un amparo se acepta en promedio en un mes.

Ocho casos similares están documentados en Yucatán, Campeche y Quintana Roo, además de otros grupos ambientalistas en la Ciudad de México. Sin embargo, hay al menos 16 amparos colectivos en contra del Tren Maya.

Jueces temen represiones por el Tren Maya

La asociación civil Indignación, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, que aconseja en ocho de los amparos, señala que “al tratarse de un tema relevante para el sexenio y el gobierno, parece que hay jueces que temen las repercusiones de entrar en amparos.

Esta organización ha ayudado a otras comunidades en litigios contra megagranjas porcinas o venta de tierras en ejidos.

“Desechan los amparos y sólo los admiten una vez que se ha puesto un recurso y un tribunal colegiado los obliga y aún así no quieren conceder las suspensiones”, señala Orvelín Montiel, abogado del equipo jurídico desde 2012.

Aunque el gobierno federal y el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) han señalado que estas comunidades están manipuladas y financiadas para oponerse al Tren Maya, Joaquín Aguilar, uno de los firmantes que tiene su casa cerca de las vías del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, señala que él no está manipulado y el amparo que firmó es para su beneficio.

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“Yo sólo tengo donde vivo, tardé 20 años en levantar mi casa, y si pasa el tren aquí nos van a desplazar, bueno, o como dicen ellos, reubicar… nosotros argumentamos que somos de antes del tren, que no invadimos nada. Aquí firmamos 80 familias. ¿No sería mejor desviar las vías y no tirar 400 viviendas? Es que además hay terreno por dónde ponerlas…”, explica el afectado.

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