CANCÚN, QR.- La sumisión química, un método de abuso utilizado principalmente en bares y discotecas, en el que las víctimas quedan expuestas a los delitos de abuso sexual, violación o robo, es un delito que ha ido avanzando en Quintana Roo, afectando más a los jóvenes, en su mayoría mujeres menores de 30 años.

De acuerdo con la Red de Víctimas Quintanarroenses, en su padrón oficial, hay un total de 330 víctimas en el Estado, de las cuales el 65% ha afirmado haber sufrido violencia sexual; de estas, el 40% de las víctimas reporta haber sufrido sumisión química, lo que evidencia la gravedad y la gran necesidad de una respuesta efectiva por parte de las autoridades.

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La abogada y fundadora de la Red de Víctimas Quintanarroenses, Ariadne Song Anguas, explicó que los delitos reportados incluyen abuso, acoso, hostigamiento, violación, estupro, pornografía infantil, violencia digital, la mayoría de índole sexual y las victimas que refieren sumisión química, tienen dificultades para presentar una denuncia ante la Fiscalía, ya que carece de un protocolo claro en casos de sumisión química. 

Recalcó que las autoridades de la Fiscalía no pueden recibir una denuncia sí la víctima no puede recordar con exactitud el modo, tiempo y lugar de los hechos, por lo tanto, si su agresor utilizó la “droga de la violación”, cuando las víctimas no están conscientes, no tiene control sobre su cuerpo, no pueden recordar con exactitud que les paso. 

Pruebas de sumisión química

Por lo tanto, la Fiscalía no investiga la agresión por sumisión química a menos de que existan videos en donde se muestran partes íntimas del cuerpo de la víctima o que estén en ropa interior.

Dijo que no se tiene un protocolo para actuar si la víctima declara que siente que fue violada sexualmente y drogada, de tal forma que las víctimas prefieren no denunciar ese tipo de delitos, quedando la sumisión química como una leyenda urbana y los delincuentes siguen operando en bares, antros y discotecas, en especial para el delito de trata de personas.              

Ariadne Song Anguas indicó que si una mujer dice que sufrió una agresión sexual, lo primero que tienes que hacer las autoridades, de acuerdo con la NOM-046, es hacerle un oficio para que se atendida en el Hospital General, darle retrovirales, pastillas de día después, examen ginecológico y un estudio de sangre para detectar cualquier sustancia psicotrópica o droga. 

Cancunenses víctimas de la sumisión química

Irene fue invitada a una fiesta entre amigos. El ambiente estaba muy prendido de repente se empezó a sentir muy ebria, por lo que decidió irse a dormir a una de las habitaciones ya que era la casa de su mejor amiga Rox, en un vago recuerdo, Irene dice que ve a uno de los invitados, quitándole la ropa y violándola, deseando despertar y defenderse, pero no podía.

Al despertar de ese letargo, con toda la vergüenza, le cuenta a su mejor amiga Rox lo que le ocurrió en la fiesta, de manera lamentable Rox le dice que fue víctima del mismo delito y ambas recuerdan la cara del mismo victimario, el cual pensaban que era su amigo, hacen un pacto de silencio y deciden intentar olvidar ese capítulo de su vida. 

Ambas amigas coinciden que es mejor no denunciar, ya que piensan que las autoridades les van a decir ustedes se lo buscaron por emborracharse, así que lo único que quieren es olvidar y ruegan por no adquirir ningún tipo de enfermedad de transmisión sexual.

Devon, de 21 años, llegó a Cancún de vacaciones con sus amigas, en una noche de antro en la Zona Hotelera, recuerda mucha fiesta, baile y tequila, después todos sus recuerdos son borrosos como flashazos de ver caras de meseros del lugar violándola; después no sabe qué paso, sólo que despertó en la playa sin ropa interior.

Al ser Cancún un destino turístico de fiesta los 365 días del año, la sumisión química, es un delito silencioso al alza en Quintana Roo y se define como la administración de una sustancia con efectos psicoactivos a una persona sin su conocimiento, con el fin de modificar su estado de consciencia, comportamiento o anular su voluntad, siendo así víctima de cualquier delito. 

Por tal motivo, en Quintana Roo, los diputados de la XVII Legislatura, aprobaron en la sesión ordinaria número 19 penalizar la “sumisión química”, que incluye aumentar las sanciones hasta en una mitad para delitos de robo, abuso sexual y violación, cuando se utilice alguna droga que inhiba la voluntad de la víctima para su comisión. 

Al Código Penal del Estado de Quintana Roo se adiciona en la fracción VI al artículo 128 y se modifica el párrafo cuarto y quinto del artículo 129 y se adiciona la fracción IV del artículo 145 Bis, indicando un aumento en la pena en una mitad más en su mínimo y máximo.

El artículo 129, indica a la letra, A quien sin propósito de llegar a la cópula ejecute un acto sexual en una persona menor de 18 años de edad, o que no tenga la capacidad de comprender el hecho o que por cualquier causa no pueda resistirlo, o la obligue a ejecutarlo en sí o en otra persona se le impondrá prisión de seis a trece años y hasta quinientos días multa. 

La pena se aumentará hasta en una mitad más cuando hay sumisión química, se empleare violencia o fuere cometido por alguna persona que tenga relación de parentesco por consanguinidad, afinidad o civil.

Estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp) revelaron que durante los dos primeros meses del presente año se reportaron en Quintana Roo, 106 delitos denominados contra la libertad y seguridad sexual, y 57 abusos sexuales, ambos delitos contra la mujer.

Vicente es un joven de 20 años, fue a un bar en el centro de la ciudad y piensa que le dieron alcohol adulterado, pues perdió el conocimiento y al volver en sí ya no tenía celular, reloj, cartera y habían accedido a sus cuentas bancarias, sin embargo, no sabe a quién denunciar y ahora tienen miedo de salir a divertirse. 

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia sexual, como un problema de salud pública de un modo muy amplio, incluyendo cualquier tipo de acto sexual que se realice a una persona mediante coacción, además de aquellas situaciones en las que la persona no está en condiciones de defenderse. 

La OMD considera la violencia sexual y la sumisión química como un problema de salud pública que necesita, de lucha, prevención y cooperación de diversos sectores, así como tomar algunas medidas para combatir el delito, de hecho, el uso de fármacos y drogas, combinados principalmente con el alcohol, generan una indefensión de las víctimas. 

La sumisión química ya ha sido tipificada en diversos países del mundo, dado el perjuicio que supone a la dignidad humana, la libertad personal, la facultad de autodeterminación y el grave compromiso que implica para la salud física y psíquica de una persona.

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