Crónica: La Nueva Normalidad del Parque de las Palapas

- Advertisement -

CANCÚN, QRoo.- La plancha enorme del Parque de las Palapas está vacía. La tarde del domingo cae y la gente sigue distante; el semáforo naranja aún no permite el tumulto, aunque los puestos de churros, marquesitas y elotes esperan a la escasa clientela que se pasea en los alrededores. Son otros tiempos, los de la pandemia del Covid-19.

El Parque de las Palapas solía tener el bullicio de sus carritos eléctricos para los niños; la complicidad de las parejas que en una de sus esquinas, conquistaban las bancas protegidas por la sombra de los árboles; los caminantes que en familia o amistad, recorrían los puestos de comida o se sentaban a comer en las bancas una torta de lechón o cochinita.

También te puede interesar: Con esta enfermedad convive en arraigo domiciliario Mario Villanueva

La plancha que lleva el logotipo del Ayuntamiento en el piso, solía ser el punto de reunión de fin de semana, para pasar el tiempo y llevar a los niños a subirse a los pocos juegos mecánicos, que le daban un ambiente de feria al lugar.

Los lugares de estacionamiento alrededor del parque, eran codiciados; los viene-viene solían vivir de las propinas de quienes estacionaban su auto en las inmediaciones de la plancha popular. Pero todo ha cambiado en menos de dos meses y medio, incluso en los parques que rodean el lugar favorito del pueblo de Cancún.

- Advertisement -

Ahora, hay pocas parejas y los grupos de amigos son muy reducidos. Una minoría usa cubrebocas; los puestos de marquesitas y churros, con gel antibacterial, sin clientela. Solo los elotes y esquites parecen librar un poco la escasez, y dos o tres niños y adolescentes les compran el tan tradicional y popular alimento de maíz. 

Puestos de comida, vacíos
Puestos de comida, vacíos

Los juegos de feria están sin funcionar; los puestos de artesanías, cerrados. Un localito de café, recibe a los andantes con gritos promocionales de sus dueños. Nadie se acerca.

Los carritos eléctricos no están, por lo que la plancha de cemento, hecha por el alcalde Francisco Alor, que recientemente acaba de fallecer, se ve más solitaria y vacía que nunca. El contraste con el imponente atardecer.

- Advertisement -

La gran palapa, sitio de espectáculos culturales, es la habitación provisional por dos o tres jóvenes, que escuchan música. Atrás de ella, el estacionamiento tiene lugar para autos, que en tiempos normales, era algo imposible. 

La iglesia de Cristo Rey, aledaña al parque, con feligreses que guardan la sana distancia y portan cubrebocas, mientras el párroco, en su sermón, habla del Covid-19, el tema en boca de todos en Cancún.

Feligreses en la Iglesia de Cristo Rey
Feligreses en la Iglesia de Cristo Rey

Son otros tiempos, que no permiten la reunión de multitudes. La plaza principal de los cancunenses permanece somnolienta en el primer domingo desde que el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, anunciara que la zona norte abriría la semana con semáforo naranja. 

- Advertisement -
Michel Muñoz
Graduado de la Universidad Claustro de Sor Juana en la Licenciatura en Comunicación Audiovisual.Ha colaborado en medios de noticias y entretenimiento, como Los Ángeles Press, Quinta Fuerza e Immo Magazine.Especialista en periodismo de investigación, videojuegos, música, cine y cultura pop.Colabora en Ruptura 360 como autor principal de la sección Periodismo de Servicio.

Quizá te pueda interesar

Síguenos

4,785FansMe gusta
14SuscriptoresSuscribirte
spot_img

Lo más leído