David Acosta | R360
“Mis amigos los cuento con los dedos de la mano, muchos me dieron la espalda a pesar de que me juraron amor eterno cuando estuve en el poder. Los pocos, los que sí fueron mis amigos no declararon en mi contra, aunque algunos de ellos fueron a la cárcel”, señaló el ex gobernador Mario Villanueva al referirse al apoyo y la traición que recibió por parte de conocidos y políticos durante su proceso penal.
En entrevista exclusiva para Ruptura 360 aseguró que el tiempo que ha pasado en prisión le ha dado la serenidad para reflexionar sobre lo ocurrido en el momento más duro de su proceso penal y en el que necesitaba más que nunca a esos amigos a los que siempre dio ayuda, pero que de pocos recibió el apoyo que buscaba.
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No fue una respuesta extraña, ni al vapor la que dio el ex mandatario al ser cuestionado sobre los amigos que le restan, luego de más de 18 años de permanecer en la cárcel. Muy metódico en sus respuestas habló sobre este tema, que para él solo forma parte de su historia de vida.
“Había dos grupos: Lo que es a nivel político alto y lo que ocurrió con los que tenía en el estado”, señaló Villanueva Madrid.
En las altas esferas del poder –recordó- sabían perfectamente que yo era inocente; gente como Manlio Fabio Beltrones le cerraron las puertas, “me trataron como un apestado; Roberto Madrazo Pintado tiene un libro que habla de la traición: Para traidor, él”.
Había una consigna en su contra, el ex presidente Ernesto Zedillo ordenó hacerle su expediente y eso empeoró las cosas, razón por la cual muchos prefirieron no tenderle la mano.
Con voz muy tranquila y serena habló de la traición de su amigo que lo llevó a la detención en el 2001, cuando él tenía todo listo para entregarse de manera voluntaria.
Narró que cuando recién llegó Vicente Fox Quesada a la Presidencia, no solo le envió una carta, sino que su familia tuvo contacto con él y con el entonces procurador Rafael Macedo de la Concha, para informar sobre su entrega a cambio de un juicio apegado a la legalidad.
“Quise entregarme pero me la voltearon, me fabricaron una detención y yo estaba organizando mi entrega, iba a ser en Cancún, en la PGR. Pero entonces la PGR le dio la vuelta y con la ayuda de, hablando de amigos, Irvin Trejo Segarra, me detuvieron”.
Irvin Trejo, agregó, trabajó con él como subdirector de la Policía Municipal en Benito Juárez, con quien tuvo una amistad. “Cuando yo estaba prófugo se acercó, yo confié en él, y opera para entregarme. Se puso de acuerdo con la PGR y me traiciona y planean la detención. Me estaba acordando hace un rato, arman todo un show”.
Incluso una subprocuradora de la PGR, de nombre Linda, declaró que ya me iba a entregar, sin embargo finalmente no ocurrió de esa forma.
Dijo que desde su detención ha recibido muestras de afecto, de cariño, de solidaridad. “He recibido el beneficio de la reiteración de la amistad de algunos que se cuentan con la mano; otros que se dijeron amigos, que durante el tiempo que estuve en el poder me juraron amor eterno, de esos que te dicen soy tu hermano, pues voltearon la cara”.
Con las manos siempre quietas, sin hacer muchos ademanes y sin titubear, dijo comprender la razón por la que le dieron la espalda a pesar de su inocencia, pues la PGR venía por todo lo que oliera a Mario Villanueva. Dañaron a más 30 personas y algunos fueron a parar a la cárcel por encontrar la forma de cómo afectarlo.
“Gente que fue a la cárcel por más de seis años como Deysi Baeza, Óscar García o como el difunto Fernando García Zalvidea o Ricardo Marín, no había ninguna razón, era nada más la presión para que declararan contra mí, no quisieron y les fabricaron un expediente, esos sí fueron amigos, no accedieron a firmar en mi contra”.
De Joaquín Hendricks Díaz, a quien llevó a la gubernatura tras su salida, simplemente dijo: “He sabido por noticias que ahí anda. La verdad es que no se portó muy bien, sobre todo cuando buscaba yo pruebas para mi defensa, pero ya es historia”.
Su compadre fue otro que lo traicionó cuando necesitaba pruebas para demostrar su inocencia en el penal de La Palma, en Almoloya de Juárez. “Mandé a mi esposa, le dije ve a ver al compadre, el director de Catastro, pídele un plano de la ciudad de Chetumal, un plano del municipio de Othón P. Blanco, quería ubicar los hechos en el plano para explicárselos al juez”.
Reveló que su compadre y entonces amigo, tuvo a su esposa horas afuera de su oficina y finalmente no la quiso recibir. Esta historia es una de muchas, “no voy a decir el nombre para no herir susceptibilidades, ya lo diré luego. Pero fuera quien fuera debió de darlo porque es la petición de un ciudadano y además es un trámite que se paga”.
Su esposa, ante el hecho, entristeció y le salieron algunas lágrimas, una persona de la oficina que se percató terminó por ayudarla. “¿Por qué esa crueldad?, es mi compadre, él me buscó para compadre, lo conocí muchos años atrás”.
El ex gobernador dijo que aunque le restan pocos amigos, ha tenido la muestra de cariño y solidaridad, incluso apoyo por parte de gente que no conoce, lo cual aseguró es invaluable.