En el actual debate político argentino, la decisión del gobierno de Javier Milei de calificar a Ernesto Che Guevara como terrorista y de ordenar el cierre del Museo La Pastera, dedicado a su memoria en San Martín de los Andes, revela no solo un desconocimiento histórico, sino también un uso instrumental de etiquetas que distorsionan la esencia de fenómenos políticos y sociales complejos.
En este artículo de opinión repasaremos por qué es erróneo tildar al Che de terrorista cuando fue un guerrillero con objetivos políticos definidos, exploraremos las diferencias clave entre guerrillero y terrorista y analizaremos las implicancias culturales y patrimoniales de clausurar un espacio que conmemora su legado.
También te puede interesar:Regresa transporte público de autobuses con programa piloto en Chetumal
Diferencias entre guerrillero y terrorista
Definición de guerrillero
Según el Diccionario de la Real Academia Española, un guerrillero es persona que lleva sus armas abiertamente durante todo el enfrentamiento militar y durante el tiempo en que sea visible para el enemigo. En su forma clásica, la guerrilla se caracteriza por un enfrentamiento irregular contra fuerzas estatales, donde los combatientes asumen riesgos militares convencionales y se adscriben a un conflicto bélico con objetivos políticos claros.
Definición de terrorista
Por contraste, el terrorismo se define en el mismo diccionario como dominación por el terror y sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror. El terrorismo opera mediante acciones clandestinas, indiscriminadas y simbólicas, dirigidas principalmente contra civiles con el fin de generar pánico y presión política.
Principales diferencias
- Modo de combate: Los guerrilleros se enfrentan de manera abierta al enemigo militar, mientras que los terroristas recurren a la clandestinidad y al ataque contra la población civil para maximizar el impacto psicológico.
- Objetivos: El guerrillero persigue objetivos militares y políticos definidos (derrocar un régimen, conquistar territorio, etc.), mientras que el terrorista busca desestabilizar mediante el miedo y la coacción masiva sin diferenciar entre combatientes y civiles.
- Legitimidad: Aunque controvertida, la guerra de guerrillas ha estado históricamente sujeta a convenciones internacionales (como las establecidas en el Derecho Internacional Humanitario), mientras que el terrorismo es universalmente condenado y carece de marco legal que lo ampare.
El Che Guevara: un guerrillero, no un terrorista

Ernesto Che Guevara (14 de junio de 1928 – 9 de octubre de 1967) fue un médico argentino que se convirtió en comandante y teórico de la guerrilla latinoamericana, participando activamente en la Revolución Cubana (1956–1959) y en movimientos insurgentes en África y Bolivia.
Su acción se enmarcó siempre en un conflicto bélico declarado y en el asalto a cuarteles y convoyes militares, no en ataques indiscriminados contra civiles con fines intimidatorios.
Por el contrario, el terrorismo se caracteriza por la clandestinidad y el recurso al horror como fin político inmediato, rasgos ausentes en la trayectoria de Guevara, quien se consideraba un combatiente legítimo en un escenario de guerra irregular.
El error de etiquetar al Che Guevara como terrorista
El vocero presidencial Manuel Adorni justificó el cierre del museo La Pastera afirmando que “no es función del Estado promover figuras que encarnan el terrorismo y la violencia de extrema izquierda”. Sin embargo, esta etiqueta ignora que Guevara actuó como comandante de un ejército insurgente, adherido a códigos militares y ejecutando operaciones contra objetivos militares, no actos de terror contra población civil.
Además, el propio Milei ha mostrado incoherencias al rotular como terroristas a actores tan variados como grupos mapuches acusados de incendios o líderes políticos regionales sin pruebas judiciales sólidas. Con ello, se diluye el concepto de terrorismo y se expone un uso jurídico-político de la palabra para deslegitimar adversarios.
La importancia del Museo La Pastera

Inaugurado en 2008 bajo comodato de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), el Museo La Pastera se ubica dentro del Parque Nacional Lanín y se ha consolidado como segundo destino cultural más visitado de la provincia del Neuquén. Allí no solo se expone la figura del Che Guevara, sino también materiales sobre la historia de la guerrilla y la articulación entre comunidades locales y el legado cultural de la lucha por la justicia social.
El patrimonio cultural y la memoria histórica no son patrimonio de un gobierno, sino de la sociedad en su conjunto. Cerrar este espacio implica una negación de la pluralidad de interpretaciones sobre el pasado y un menoscabo de la oferta turística y educativa de la región.
Consecuencias del cierre
- Patrimonio y turismo: La revocación del comodato de ATE para la administración del museo afectará a miles de visitantes anuales y golpeará la economía local basada en el turismo cultural.
- Memoria histórica: La clausura de un museo dedicado a un actor político significativo empobrece el debate sobre los procesos revolucionarios en América Latina y silencia experiencias que merecen análisis críticos.
- Credibilidad institucional: La utilización arbitraria de términos como “terrorista” para deslegitimar opositores erosiona la confianza en las instituciones y amenaza el Estado de Derecho, al equiparar luchas políticas con crímenes contra la humanidad sin base legal sólida.
Calificar a Ernesto Che Guevara de terrorista representa no solo un error histórico y conceptual, sino un uso instrumental de la semántica para deslegitimar una figura que, por definición académica y práctica, fue un guerrillero.
Diferenciar entre guerrilla y terrorismo no es un mero tecnicismo, sino una cuestión de rigor histórico y jurídico. Asimismo, el anuncio del cierre del Museo La Pastera constituye un atentado contra el patrimonio cultural y la memoria colectiva, afectando tanto al turismo regional como al debate democrático. El Estado debe velar por la pluralidad y la preservación del pasado, no por la censura de narrativas incómodas.