Mujeres mayas guardianas del bordado antiguo, arte popular que ya se había perdido en varias comunidades y que hoy, muchas mujeres han vuelto a bordar la historia misma de este patrimonio cultural.
El día 20 de marzo de este año, en la entrada del equinoccio de primavera, que podría decirse k’aan k’iin en lengua maya; el sol pegaba fuerte, ese día, mujeres de diversas comunidades habían llegado a las instalaciones de la Universidad de Quintana Roo Campus Felipe Carrillo Puerto, para compartir sus experiencias entorno al bordado maya, como parte de su identidad cultural.
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Previo a ello se realizó una ceremonia tradicional en la que se ofrendó a los yuumtsilo’ob de los 4 puntos cardinales el tradicional Balche’ bebida maya.
“Para los mayas el equinoccio rige las 4 direcciones cósmicas o los 4 rumbos del sol de acuerdo con el calendario Ja’ab que es el calendario solar de 365 días”, mencionó Omar Chan quien estudia epigrafía maya.
Después de la ceremonia, se escucharon los aplausos de reconocimiento de la comunidad estudiantil ante la presencia de mujeres de comunidades rurales de Xhazil Sur, UhMay, Chancaveracruz y Xpichil ubicados en el municipio de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.
¿Cómo aprendieron y quien les enseñó la labor artesanal? Preguntó Kate del Rocío Yeh durante un foro denominado Experiencias de artesanas de la zona maya organizada por la Universidad de Quintana Roo Campus Felipe Carrillo Puerto.
Ma’lob k’iin, in k’aba’e Mirta, in kajale’ Xhazil Sur, se presentó en su lengua materna la artesana Mirta Tun Poot.
“Nosotras nos vimos en la necesidad de aprender, porque tenemos un grupo de danza tradicional de maya pax, entonces de manera continua teníamos que comprar hipiles para las niñas que forman parte del grupo, y que son costosos, entonces es aquí en donde surge la idea de organizarnos y aprender a bordar nuestra propia vestimenta”, mencionó ante la mirada atenta de la comunidad estudiantil.
Explicó que desde el año 2018 las mujeres de la comunidad se organizaron y conformaron el Centro Comunitario Xhazil Sur en donde se han sumado más mujeres para recuperar dicho patrimonio y convertirlo en un legado como base de su economía desde la comunidad.
“Aquí si es rescate porque nadie se dedicaba al bordado hasta que nos organizamos para dar continuidad y preservar el bordado de Punto de Cruz, una técnica antigua que a pesar de mujeres de otros grupos y comunidades lo hacen, la técnica de mujeres de Xhazil Sur, tiene su particularidad”, expresó.
Actualmente el grupo de mujeres costuran su propia vestimenta, además han empezado a comercializar dicho bordado de hipiles.
Es necesario decir que en la mayoría de las poblaciones rurales existe una mujer o grupo de mujeres que practican y conservar los conocimientos de diversas técnicas de bordado.
Tal es el caso de Tihosuco, en dónde surgió el costurero Manos mayas que después de un tiempo se desintegró a causa de diversos factores y que hoy en día nuevas bordadoras están surgiendo con el acompañamiento de programas destinadas a las mujeres como el que recientemente encabezó la Gobernadora del estado, Mara Lezama sobre la entrega de insumos y materiales a más de 700 artesanas integradas en 35 grupos sociales en Felipe Carrillo Puerto, como parte del programa Artesanas del Bienestar el cual busca fomentar la producción artesanal en comunidades mayas.
Las mujeres bordadoras han construido historias de recuperación, de rescate y de éxito como ha ocurrido con las cooperativas de mujeres mayas de Xpichil quienes han potencializado sus capacidades de gestión ante las instancias gubernamentales hasta el punto de reconocerse a la comunidad como Pueblo artesanal.
Cada una de las mujeres tienen una historia que contar, tienen una necesidad para plantear y solo esperan la oportunidad para aprovechar los diferentes escenarios que se han abierto para exponer los saberes, las técnicas y el trabajo del bordado maya así como sus relaciones sociales, culturales, religiosas y económicas mismas que han consolidado la identidad.
Además de la recuperación de las diversas técnicas fortaleciendo la identidad maya de Quintana Roo este arte popular se ha convertido en un modelo de organización comunitaria y de revitalizar el legado milenario.
Chen waye’
