BACALAR, QR.- La Laguna de Bacalar está en riesgo, probablemente en un “punto de no retorno”, advierten pobladores e investigadores.

En junio de 2020, el paisaje de la laguna pasó a una tonalidad grisácea o verdosa, debido a las lluvias provocadas por la tormenta tropical “Cristobal”, de acuerdo con la bióloga Melina Maravilla.

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Destacó que no era la primera vez que perdía su característico color azul, pero su recuperación nunca había demorado tanto.

“En casi 14 meses, sólo una fracción de la laguna ha recuperado parcialmente sus colores, en la parte sur”, expuso Marco Jericó Nava, integrante del Consejo Bio-regional de Bacalar.

Señaló que el agua de las lluvias que ingresó a la laguna el año pasado no es como tal el problema, sino la carga de nutrientes y contaminantes externos que acarrea.

Uso de agroquímicos

Detalló que en los alrededores se ha disparado el uso de agroquímicos en las siembras, que representan una amenaza para el agua de la zona.

Melina Maravilla mencionó que pocos días después de la recarga de aguas pluviales en la laguna se registró la muerte masiva de caracol chivita, un molusco acuático endémico de este lugar.

“La pérdida masiva de población podría deberse a la falta de oxígeno en el agua por el cambio de las condiciones bioquímicas”, sugirió.

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Drenaje, otro problema

La ambientalista Carla Valdez, por su parte, comentó que otra de las problemáticas más graves es la falta de drenaje.

Explicó que la mayoría de la población y hoteles utiliza fosas sépticas no reguladas o, en el peor de los casos, vierte sus desechos directamente al acuífero subterráneo.

El cambio de coloración en el agua ya refleja estragos en la actividad turística, la principal actividad económica de Bacalar, según información de El Heraldo de México.

Comerciantes consideraron que esta situación, junto con la pandemia, ha derivado en bajas ocupaciones hoteleras y estancias más cortas.

Crecimiento descontrolado

David Martínez, de Guardianes Lagunares, acusó que el crecimiento de Bacalar como destino turístico no ha estado acompañado de la infraestructura que requiere.

Dijo que la Laguna Bacalar no cuenta con ningún decreto ni programa de protección.

La comunidad ambiental del poblado y diversas organizaciones de la sociedad civil promueven que se genere un instrumento para el manejo sustentable.

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Ejidatarios, por su parte, se han opuesto a la propuesta de un área natural protegida; argumentan la violación a su autonomía y su derecho a decidir la forma en la que quieren el desarrollo.

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