David Acosta | R360
CHETUMAL, QRoo.- De contar con un padrón superior a los 105 mil militantes en el 2018, hoy el que fue por más de 42 años el partido hegemónico en el poder en Quintana Roo solo cuenta con un registro de 10 mil personas en el estado.
En el Partido Revolucionario Institucional (PRI) dieron a conocer en su momento que desde marzo del 2019 iniciaron con su proceso de reafiliación de la militancia, como parte de las tareas para reencauzar los objetivos del tricolor.
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Todavía en la elección del líder del Comité Ejecutivo Nacional, el campechano Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”, se presumió una lista de 95 mil, sin embargo fueron los resultados los que anticipaban una realidad que hoy vive este instituto político estigmatizado como icono de la corrupción, no solo del estado sino de México. Solo votaron siete mil 500 en la elección interna.
A un año de aquella elección, solo se han reafiliado o afiliado poco más de 10 mil militantes, según José Alberto Alonso Ovando, secretario general del PRI en Quintana Roo, aunque señaló que esperan más registros.
Sin embargo él mismo recuerda que en las últimas elecciones la situación ha marcado la situación real del partido: se han perdido espacios políticos importantes y hoy otros partidos están en el poder. El tricolor solo cuenta con dos presidencias municipales en Isla Mujeres y Cozumel, y dos curules en el Congreso del Estado: Edith Rodríguez Villanueva y Carlos Hernández Blanco.
Los militantes emigraron antes, durante y posterior a la caída de la gubernatura priista en el estado en 2016, pero según Alonso Ovando algunos están regresando y a otros hay que rescatarlos.
La etiqueta de corrupción presuntamente solo se quitará desligando al instituto de las dirigencias que han traicionado a la ciudadanía, es decir “no falla la institución, fallan las dirigencias; no fallan los militantes, sino la dirigencia; no fallan los simpatizantes, falla la dirigencia”, según el ex secretario de Educación de Quintana Roo en tiempos de Roberto Borge.
Sin embargo se han rescatado para el partido a figuras como Pedro Flota Alcocer y Javier Novelo Ordóñez, ambos identificados con el felixismo y el borgismo.
Al respeto Alonso Ovando señaló que son figuras necesarias, porque tienen probada experiencia en el partido, más ahora que está en puerta la renovación de los consejos municipales, dirigencias municipales, estructuras seccionales y la revisión del Consejo Político Estatal.
Aunque estos movimientos no serían de gran ayuda, pues se acabaron los presupuestos millonarios para el PRI. De acuerdo con lo que se aprobó de prerrogativas para este año, solamente el partido cuenta con alrededor de 400 mil pesos de financiamiento público.
Además, la caída estrepitosa del tricolor obligó a despedir a decenas de trabajadores; hoy en las oficinas son pocos los empleados que aún permanecen. De hecho, 52 ex trabajadores interpusieron demandas por despidos injustificados, lo que concluyó en un embargo de bienes por parte de la Junta Local para garantizar el pago de los afectados.
Las líderes de colonias son otras que pagaron la factura, pues hoy en día se les puede observar por grupos en diferentes oficinas, actos cívicos o eventos públicos de funcionarios tratándose de ganar el pan de cada día, pues fueron abandonadas. Algunas de ellas ya tomaron como base el Congreso del Estado; apoyan y piden apoyo sin importar el color partidista.
Las autoridades priistas continúan pensando que actualmente es su partido el que tiene la mejor estructura o como señala el también ex titular de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado, “el PRI les lleva mucha ventaja, tan es así que los otros partidos buscan llevarse nuestras figuras políticas”.
Ante la alianza de facto que señaló el ex gobernador Joaquín Hendricks que se buscaría con el Partido Acción Nacional (PAN) y con el de la Revolución Democrática (PRD), hoy el PRI considera que lo mejor es ir solo en el próximo proceso electoral local del 2021, en el cual se renovarán las presidencias municipales.
En el PRI se niega la intromisión del gobernador Carlos Joaquín en el partido, pese a la amistad que el mismo José Alberto Alonso Ovando ha presumido con el mandatario estatal, sin embargo aclara que “somos amigos; en un proceso electoral seremos contrincantes, habrá algún ganador, pero después seguiremos siendo amigos”.
Adicionalmente señala que es difícil ingresar dinero externo por el tema de las auditorías al financiamiento que hacen las autoridades electorales.
Los eventos públicos no se llenan y menos los estacionamientos de la sede priista, que incluso son ocupados por personas que trabajan en las oficinas de la zona, y el edificio, conocido como “La casa del pueblo” cada vez luce más deteriorado, luego de más de 42 años ser el epicentro de la política en el estado y del partido en el poder.
