BACALAR, QRoo.- La concentración de sedimentos como consecuencia de los escurrimientos provocados por las pasadas lluvias, en la Laguna de Bacalar está ocasionando la muerte de peces y de la especie de caracol conocida como “Chivita”, incluso afectaciones a los estromatolitos, debido a la falta de oxigenación del agua.
De acuerdo con el coordinador del Consejo Bioregional de Bacalar, Marco Nava Martínez, alertó sobre los muestreos que se han realizado en diferentes puntos de la Laguna de Siete Colores, ante la coloración café que ha registrado en las últimas semanas.
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Comentó que el entorno ecológico ha sido alterado por los escurrimientos generados por las pasadas lluvias del mes de junio, como consecuencia de la tormenta tropical “Cristóbal” durante su paso por el sureste del país.
De acuerdo al biólogo, las condiciones de luz o PH (Potencial de Hidrogeniones), temperatura y nutrientes al sufrir esa alteración son las que dan en parte el tono café que tiene la laguna, pero también inciden otros factores, incluso la deforestación.
En los muestreos realizados en la Laguna de Bacalar detectó la mortandad de peces y de la especie de caracol Pomacea Flagellata, comúnmente conocida como caracol “Chivita”, emblemática de ese cuerpo de agua y en peligro de extinción por su sobreexplotación.
Los estudios previos realizados hasta el momento presuponen también la afectación de los estromatolitos, que son microbialitos compuestas por cianobacterias, cuya función principal es la generación de oxígeno; se les conoce como los primeros oxigenadores de la tierra.
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El daño es ocasionado por los sedimentos y materia orgánica que en gran parte han sido consecuencia de los escurrimientos recientes, que al descomponerse consumen grandes cantidades de oxígeno.
Otros factores que han tenido consecuencia para el entorno ecológico y la coloración del cuerpo lagunar son las aguas residuales provenientes de los asentamientos humanos y los metales pesados que se desprenden de las actividades agropecuarias.
Una investigación reciente del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reveló que la pérdida de los colores de la Laguna de Bacalar, además de ser consecuencia de las actividades agropecuarias y de la falta de tratamiento de aguas residuales, también obedece a la realización de actividades turísticas.
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El mismo estudio reveló que el confinamiento social por Covid-19 había sido positivo para el cuerpo lagunar, sin embargo se requería de décadas sin actividad y de estrategias para evitar la contaminación al interior de sus aguas, para una recuperación total.
