David Acosta | R360
CHETUMAL, QRoo.- La lucha interna por la rectoría de la Universidad de Quintana Roo (Uqroo) fue llevada literalmente a un escenario de la época medieval. Entre espadas, escudos y banderas de esos tiempos, docentes y administrativos denunciaron presuntas irregularidades financieras por más de seis millones de pesos del aún rector de la máxima casa estudio de la entidad, Ángel Rivero Palomo.
A las 10:10 minutos del viernes pasado inició la conferencia, que encabezaron tres miembros de la Uqroo: Jaime Ortegón Aguilar, presidente del Colegio de Académicos; Lila García Álvarez, trabajadora administrativa y Melissa Blanqueto Estrada, profesora investigadora de la División de Ciencias e Ingeniería.
El salón del evento se encontraba diseñado al estilo francés medieval de la época de las cruzadas; en las paredes, cuatro espadas con detalles y colores propios de esos tiempos, pero solo tres de ellas con escudos grabados con figuras de leones, torres, cruces y armas, así como cortinas rojas gruesas con aplicaciones en dorado.
Ortegón Aguilar rompió el silencio: dio la primera estocada al señalar las presuntas irregularidades en el manejo de los recursos para la contratación de personal, que en muchos de los casos cuentan con compensaciones fuera de la realidad y que ni siquiera aparecen sus nombres en el organigrama.
Mientras Ortegón Aguilar hablaba, algunos trabajadores de la Uqroo y reporteros no aguantaron las ganas y arremetieron contra el café, pan y frutas que se colocaron en la parte posterior de la sala de aproximadamente siete metros de largo por tres de largo, justo debajo de una vitrina repleta de botellas de licor y vino.
Tocó el turno a Blanqueto Estrada, quien a través de un documento de 18 diapositivas en Power Point, describió paso a paso las presuntas irregularidades empezando por la plantilla laboral de la Uqroo, que asciende a 464 trabajadores y que erróneamente son considerados de confianza.
Otra de las presumibles inconsistencias es que del total de trabajadores, 73 son jefes, por lo que en promedio existe un mando por cada cinco subalternos, lo cual consideraron insano en cualquier ambiente laboral.
Las presuntas irregularidades siguieron saliendo a flote y llamó la atención que entre los empleados que cuentan con compensaciones se encuentre una de las aspirantes a la rectoría: Nancy Quintal García, quien tiene una compensación de 14 mil pesos mensuales y un salario de 18 mil 478.96 pesos, es decir su sueldo total supera los 30 mil pesos. Aunque hay otros que alcanzan solo de compensación los 22 mil pesos al mes.
Las diapositivas iban pasando en una pantalla ubicada en la parte de arriba de los conferencistas y se detuvieron en la número 11, la cual reflejaba el monto total en salario, sin compensación, establecido en el tabulador que presuntamente registra irregularidades y cuya cifra es de dos millones 740 mil 839.84 pesos anuales.
El recurso aplicado de esta forma integra hasta directores generales desconocidos que devengan sueldos superiores a los 60 mil pesos mensuales.
García Álvarez, la tercera en turno, confirmó lo que había sido vox populi al interior de la comunidad universitaria: las represiones de las que son víctimas los trabajadores y docentes cuando denuncian corrupción, por parte de las autoridades.
Fue por ello que hasta esta coyuntura se atrevieron a manifestar la falta de transparencia en las áreas administrativas exclusivamente relacionadas con la contratación, pago de salarios y sueldos, que de acuerdo a estimaciones alcanzarían más de seis millones de pesos al año, que incluyen compensaciones y personal por contrato.
La conferencia fue convocada a las 10:00 horas desde un día antes. Esta acción forma parte del choque de poder entre grupos de la comunidad universitaria, motivada por la carrera a la silla de segundo piso del edificio principal de la Uqroo, que hasta hoy disputan nueve aspirantes y que ostenta todavía Rivero Palomo.
El escenario fue una conocida crepería de la ciudad, ubicada en la confluencia de la avenida Álvaro Obregón y Miguel Hidalgo, en la colonia Centro.
Desde la entrada se sintió un ambiente diferente y conforme se avanzaba se viaja al pasado. Las sillas y mesas de herrería, con base de mosaicos dan una perspectiva diferente a lo ordinario, además de un jardín y los espacios que tras los pasos se van reduciendo.
Al final del negocio de comida, tres puertas. A mano derecha el salón que aguardó desde temprana hora la llegada de los representantes de los medios de comunicación, pero que desde las 9:30 horas contaba con la presencia de los actores principales de la rueda de prensa a la que asistieron alrededor de 15 reporteros.
En las afueras del salón, en una de las mesas, un trabajador de la Uqroo remataba con la estocada final a Rivero Palomo: se conoce que dos de sus familiares fueron contratados y que el área de tecnología además de inflar los costos en proveeduría, luce abandonada.