El 5 de mayo se conmemora en México la Batalla de Puebla, ocurrida el 5 de mayo de 1862, cuando un ejército mexicano, dirigido por el general Ignacio Zaragoza, derrotó a las tropas francesas mejor equipadas durante la Segunda Intervención Francesa en México.
A pesar de su significado local —centrado sobre todo en el estado de Puebla—, esta fecha ha adquirido con el tiempo una dimensión internacional, especialmente en Estados Unidos, donde se celebra como un símbolo de orgullo y resistencia cultural.
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En México, el Día de la Batalla de Puebla no es un feriado obligatorio nacional; más bien se conmemora con actos oficiales, desfiles militares y representaciones históricas en la ciudad de Puebla. El 9 de mayo de 1862, apenas cuatro días después de la batalla, el presidente Benito Juárez decretó que esta fecha sería celebrada cada año como “El Día de la Batalla de Puebla”.
Sin embargo, fuera de esa región, la efeméride suele pasar desapercibida en comparación con el 16 de septiembre, Día de la Independencia de México, la fiesta patriótica principal del país.
En contraste, Estados Unidos ha adoptado el 5 de mayo con celebraciones multitudinarias, desfiles, conciertos de música mexicana, festivales gastronómicos y promociones de bebidas alcohólicas. La razón principal de esta adopción se remonta a 1863, cuando la comunidad de inmigrantes mexicanos en California —en particular, antiguos mineros originarios de Puebla— festejó la victoria mexicana como muestra de apoyo a la causa liberal de Benito Juárez, en medio de la Guerra Civil estadounidense.
Durante el siglo XX, el Chicano Movement de los años cuarenta y cincuenta reforzó esta celebración como acto de afirmación cultural de la población de origen mexicano en EE. UU., y en la década de 1980 las grandes marcas de cerveza y tequila impulsaron campañas publicitarias que consolidaron a Cinco de Mayo como una de las fechas de mayor venta de cerveza en el país —solo superada por el Super Bowl. Hoy en día, ciudades como Los Ángeles, Houston, Chicago y San Antonio acogen fiestas que atraen a centenares de miles de asistentes, con música de mariachi, baile folklórico y rutas de tacos.
¿Por qué México no lo celebra “en grande” el 5 de mayo?

A diferencia de Estados Unidos, en México el 5 de mayo no equivale a una celebración de nación, sino al recuerdo de un hito militar puntual. Tras la ocupación francesa de Veracruz en enero de 1862, la victoria en Puebla devolvió la moral al gobierno de Juárez y retrasó el avance enemigo hasta que la ayuda estadounidense —tras la Guerra Civil— forzó la salida de las tropas galas. Al caer la Ciudad de México en 1863 y restablecerse el Segundo Imperio con Maximiliano de Habsburgo, la batalla de Puebla quedó como un símbolo de resistencia, pero su conmemoración nacional siguió siendo circunstancial y principalmente regional.
5 detalles de la Batalla de Puebla que quizá no sabías
- Un general “tejano” al frente de la defensa. Ignacio Zaragoza nació en Goliad, Texas, cuando aún formaba parte de México, lo que lo convierte en uno de los pocos generales mexicanos con ciudadanía originaria de lo que hoy es EU.
- Fortalezas inexpugnables: El comandante francés Charles de Lorencez ordenó asaltar los castillos de Loreto y Guadalupe, situados en cerros que dominaban Puebla, pero tras múltiples fracasos fue relevado de su cargo.
- Un pequeño ejército mixto: De los cerca de dos mil soldados mexicanos, unos 500 eran “tejanos” que se unieron a las fuerzas de Zaragoza, aportando experiencia y municiones traídas desde Estados Unidos.
- Homenaje inmediato: Tras la victoria, el Congreso mexicano agradeció al general Zaragoza con una espada de honor y, por un tiempo, la ciudad de Puebla añadió “de Zaragoza” a su nombre oficial.
- Recreación histórica fuera de Puebla: Desde la década de 1930, la batalla se representa anualmente en el Peñón de los Baños, cerca del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, más que en la misma Puebla.
El 5 de mayo encierra un profundo significado histórico para México y un poderoso símbolo de identidad para las comunidades mexicanas en Estados Unidos. Más allá de la música, la gastronomía y los brindis, esta fecha recuerda que, a pesar de las diferencias y de la derrota final en la intervención francesa, el espíritu de resistencia mexicana supo llevar la esperanza en su hora más crítica.

