La polémica en la educación sobre los libros de texto gratuito de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) continúa. Algunos sectores de la población han externado su preocupación al mencionar que la educación en México peligra por el virus del comunismo sembrado en dichos libros.

¿Qué tan cierta es tal aseveración? La respuesta es simple, en los libros de texto de la NEM no se habla de los postulados de la teoría de Marx y Engels; lo que sí se retoma, son algunos elementos es de la mundialmente difundida Pedagogía del Oprimido, de Paulo Freire, pedagogo brasileño cuyo pensamiento se circunscribe dentro de las teorías pedagógicas actuales y que tiene como objetivo principal que la educación conduzca a una transformación social en favor de una sociedad más justa, democrática y solidaria.

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El pensamiento de Freire responde al contexto de pobreza y analfabetismo en que vivió, y que justamente es el contexto que comparten la mayoría de países de América Latina, incluido México.

Ahora bien, quienes se preocupan por el supuesto virus del comunismo en los libros de texto de la NEM, ¿externaron la misma inquietud por el Enfoque por Competencias, modelo subyacente a los planes de estudio de las administraciones de Fox, Calderón y Peña Nieto -que sí tienen un trasfondo que favoreció a los intereses políticos y económicos de ciertos sectores privilegiados de la población -? La respuesta es no. Es por ello que se realiza un breve análisis del enfoque por competencias y sus efectos en la educación del país.

Educación por Competencias

El antecedente directo del modelo de la Educación por Competencias proviene del concepto “competencia laboral” que surge en países desarrollados durante la década de los ochenta y que posteriormente llevó a la unión del sistema de producción y los sistemas educativos. En nuestro país esa articulación comienza a gestarse en políticas como el Programa para Abatir el Rezago Educativo en Educación Inicial y Básica (Pareib), subsidiado por el Banco Mundial,  y el Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA), que promueve la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Subsiguientemente, el modelo se consolida y expande con la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB), cuya meta principal fue la formación integral de todos los alumnos de preescolar, primaria y secundaria a fin de favorecer el desarrollo de competencias para la vida y el logro del perfil de egreso, a partir de aprendizajes esperados y del establecimiento de Estándares Curriculares, de Desempeño Docente y de Gestión (DOF, 2011).

En el modelo de la educación por competencias de la RIEB, las competencias son la parte central de planes y programas de estudio, éstas se manifiestan en el nivel de dominio de los conocimientos adquiridos, que se desglosan en tres áreas: saber (nociones teóricas y conceptuales), saber hacer (habilidades y destrezas que se emplean dentro de los procedimientos o procesos de las competencias) y saber ser (valores y actitudes).

Los cinco tipos de competencias en la educación, a desarrollarse en las diversas asignaturas son: 1. Para el aprendizaje permanente, 2. Para el manejo de la información, 3. Para el manejo de situaciones, 4. Para la convivencia y 5. Para la vida en sociedad.

La metodología empleada para el desarrollo de dichas competencias, es justamente la misma que emplean los actuales libros de texto gratuito de la NEM: el aprendizaje basado en proyectos. Esta metodología se desarrolla a partir del planteamiento de un problema que surge del contexto inmediato de los alumnos, quienes parten de sus saberes previos para desarrollar saberes nuevos, que se han de aplicar a través de habilidades o destrezas para encontrar soluciones.

A diferencia de la metodología planteada por la NEM en la educación, en donde el objetivo de los proyectos es resolver una situación real del contexto comunitario de los alumnos, en el método de proyectos de la RIEB, el objetivo principal es el desarrollo de productos (carteles, folletos, resúmenes, experimentos, etc.) que representan evidencias tangibles a considerar en la evaluación, es decir, se trata de medir qué tan competente es el alumno “haciendo” lo que el sector productivo necesita.

La razón del implantación del modelo por competencias de la RIEB como una solución a los problemas de la sociedad del siglo XXI podría pensarse que respondió a la búsqueda de la eficiencia y productividad en la educación, al proveer al individuo la formación y el desarrollo necesarios para la ciudadanía y habilidades para incorporarse de manera equitativa a la vida productiva.

Sin embargo, la intención que subyace al modelo fue responder a las necesidades del modelo económico neoliberal –implantado en nuestro país durante el Gobierno de Miguel de la Madrid, que provocó una crisis económica en el país al estancarse el crecimiento económico, el desmantelamiento de la planta productiva nacional, el empobrecimiento de muchos y el enriquecimiento de pocos-, tendiente a colocar al estudiante al servicio de las necesidades de la economía y del mercado, y no la educación al servicio del estudiante.

De esta manera, la educación de México, quedó reducida a la fabricación de un alumno económicamente adiestrado para ser competitivo en los mercados profesionales y del trabajo, es decir, las escuelas formaron mano de obra barata para las empresas en lugar de contribuir al logro de una sociedad más equitativa, democrática y solidaria.

DOF (19/08/2011). Acuerdo número 592 por el que se establece la articulación de la educación básica. Recuperado de: https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5205518&fecha=19/08/2011#gsc.tab=0

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