David Acosta | R360
CHETUMAL. QRoo.- Eran cerca de las 09:50 horas cuando se escuchó un estruendo y el grito de desesperación “una bomba, una bomba”. En una oficina salía humo, había una persona ensangrentada al tiempo que el miedo invadió el edificio.
Como todos los días el conserje arribó a la Dirección General de la Escuela Eva Sámano, ubicada en las confluencias de las avenidas 16 de Septiembre con Othón P. Blanco. A un costado la catedral de Chetumal “El Sagrado Corazón de Jesús” y enfrente el Parque de los Caimanes, en la colonia Centro de la ciudad.
Este trabajador siempre es el primero en llegar y este día, siendo alrededor de las 07:00 horas, al abrir las instalaciones se topó con un sobre amarillo en el piso justo después de las rejas, mismo que levantó y al percatarse que iba dirigido para el director general, William Briceño Guzmán, lo depositó en el escritorio de su secretaria e inició con sus actividades de limpieza.
Los cerca de 35 trabajadores administrativos iniciaron su llegada alrededor de las 08:00 horas. En tanto Briceño Guzmán se demoró, pues tuvo que presidir una ceremonia cívica en el plantel escolar ubicado en la colonia Proterritorio, al norte de la ciudad.
No era un día habitual para el personal y autoridades de la Eva Sámano, pues hacían los preparativos en el Aula de Medios para un evento importante con la Dirección de Turismo Municipal.
Alrededor de las 09:10 minutos arribó al edificio el director general, quien al tener presente la reunión importante fue directo al Aula de Medios a supervisar los pormenores de los preparativos y 10 minutos antes de las 10:00 horas se dirigió a su oficina ubicada a unos escasos 12 metros del Aula de Medios.
En su oficina le fue entregado “un paquete” y de acuerdo con testigos tenía impreso el nombre de la empresa de envíos Fedex.
Además traía una presunta leyenda a mano que refería a que por equivocación el sobre había sido llevado a otra dirección a su nombre, pero como la gente a donde llegó lo conocía se lo hicieron llegar a sus oficinas.
No obstante, cuando se dispuso a abrir el paquete hizo explosión generándole lesiones en el rostro y en manos, principalmente.
De inmediato se escucharon los gritos de “una bomba, una bomba” y el pánico cundió en el edificio: la detonación fue escuchada por todo el personal.
Unos acudieron a observar lo ocurrido y apoyar a Briceño Guzmán, otros salieron por temor a lo que pudiese ocurrir de más y algunos corrieron hacia la caseta de policía ubicada en el Parque de los Caimanes para solicitar auxilio.
Sin embargo compañeros del director general, aunque se había dado aviso al 911, no esperaron y lo trasladaron en un vehículo particular a una clínica de la ciudad; al momento de salir estaba con el rostro cubierto.
Todos los trabajadores evacuaron el edificio de tres plantas y se instalaron en el parque en espera de noticias del estado de salud del director y de información de los hechos.
A pesar del aviso oportuno, las autoridades policiacas tardaron unos 10 minutos en llegar al lugar de los hechos. De igual manera se apersonaron unos 20 efectivos armados del Ejército Mexicano a bordo de vehículos, con un perro entrenado para la detección de explosivos, elementos de la Fiscalía General de Estado (FGE) y de la República (FGR), así como elementos del H. Cuerpo de Bomberos.
El área fue acordonada con cinta amarilla, propia de la escena de un crimen, los militares se esparcieron por el perímetro, algunos con el rostro cubierto y otros, como centinelas a bordo de los vehículos camuflados que portaban hasta metralletas de alto calibre.
Aunque las autoridades permanecieron herméticas en cuanto al tema trascendió que el artefacto explosivo era de fabricación casera, elaborado con pólvora. Y como ya es costumbre la FGE, a través de una tarjeta informativa, anticipó el resultado de la investigación señalando que “puede tratarse en un tema de índole personal”.
Tras verificar que no había ningún artefacto más en el lugar la mayoría de las autoridades se retiraron, quedando resguardado el inmueble por policías estatales y algunos militares.
La salud de Briceño Guzmán según algunos trabajadores administrativos es estable y por el posible hecho delictivo inédito en Quintana Roo se levantaron las carpetas de investigación respectivas ante la FGE y la FGR.
La iglesia a un costado daba la impresión del cumplimiento de una profecía, pues durante la parte de más movimiento de los acontecimientos no abrió ninguna de sus puertas.