Desde el “boom” que tuvieron los videojuegos en la década de los 70, este nuevo medio de entretenimiento ha creado una comunidad de jugadores en la que muchos han sentido esta curiosidad y pasión por formar parte de esta industria, también para aportar su granito de arena.
Pero, a pesar de que entrar en esta industria o desarrollar un juego es complicado de por sí, el desarrollo de mods —acrónimo de modificaciones— ha jugado un papel fundamental que desde sus orígenes han aportado mucho más a la industria de lo que se cree.
Un inicio complicado, pero lucrativo
La historia de cómo los mods se introdujeron en el mundo de los videojuegos quizá no es tan conocida como otras, pero gracias a la docuserie High Score estos testimonios de las personas que estaban detrás de esto, lo hicieron inocentemente en su momento y sembraron un precedente que es vigente hoy en día.
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Era 1976 cuando Doug Macrea y Steve Golson, dos estudiantes del MIT en los Estados Unidos, iniciaron un “negocio” dentro del campus al colocar diferentes máquinas de arcade para que las personas pudieran utilizarlas a manera de distracción, pero lo importante realmente eran las ganancias que tenían gracias a éstas.
No fue hasta que colocaron a Missile Command, un clásico arcade de Atari que llegara al campus en 1980, que los llevo a tener altas ganancias, pero por un corto periodo de tiempo, y esto se debe a un factor: Los jugadores se volvían mejores y consumían menos tiempo en el juego.
Motivados por conseguir una solución, en 1981 comenzarían a crear un “kit de mejora” el cual, tomando el juego original, lo transformarían en algo nuevo, con más colores, mayor dificultad e inclusive enemigos extra. De esta manera, estos pequeños cambios crearon un revuelo en el campus, y por supuesto, más ganancias.
Eventualmente, Atari se dio cuenta de esto y los demandó por infligir derechos de autor, pero sorprendentemente durante el juicio y a la defensa de los chicos que planteaban que esos mods se realizaron con un código totalmente nuevo.
Es así como Atari se retiraría del juicio, pero llevaría a este equipo a formar parte de sus filas en Sillicon Valey para crear más mods, pero siempre buscando la aprobación de los dueños del juego. Es así como su próximo éxito comercial sería el conocido como Ms. Pac-man.
Las infinitas posibilidades de los mods
Como bien he planteado, los mods no son más que modificaciones que realizan terceras personas, en este caso tienden a ser fanáticos de una franquicia o incluso amateurs que desean ingresar a la industria, quienes con base al juego crean su propio contenido.
Los mods han traído numerosas cosas al mundo de los videojuegos, ya que toman muchas formas, desde simples añadidos al juego (como el cambio de idioma o mejoras en la interfaz), y parches que arreglan fallos del juego. Cambios que son muy sutiles, pero que terminan marcando una diferencia.
Pero los grandes cambios los hacen otros tipos de mods, los cuales pueden llegar a plantear contenido nuevo para juegos vigentes, descontinuados o inclusive “remasterizar” un juego por completo.
Podemos incluso atrevernos a decir que gracias a los contenidos de estos mods se extiende la vida de un videojuego, ya que la comunidad busca dar rienda suelta a sus ideas y las plasma en algún titulo de su agrado en el cual sepa que podría ser reconocido y usado por los demás, dando un “aire fresco” a juegos que han quedado estancados.
Es posible mencionar a juegos como GTA V o Minecraft en el cual los mods son algo que agregan nuevas funciones y formas de jugarlos. Por otro lado, está Skyrim con una gran remasterización gráfica hecha por fans. Y en el caso de los parches, juegos como Undertale o Persona 3 FES, en su traducción al español.
Si bien es cierto que esto está hecho por fans, no llega al nivel de ser un juego totalmente nuevo, pero en ocasiones debido a la gran cantidad de contenido, incluso puede sentirse como eso, siendo así algo que es impresionante a la hora de la verdad.
La complicada situación de los mods
Es relevante mencionar que así como sucede con los fangames, los mods tienen esta encrucijada legal principalmente por el hecho de que modificar el contenido original se considera como una violación de derechos de autor en muchas ocasiones, siendo el caso de Atari —e incluso con Nintendo actualmente— el como se busca acabar con ellos.
Sin embargo, actualmente las cosas han ido cambiando gradualmente para mejor y esto se debe a que los estudios y las compañías de videojuegos se han dado cuenta que dentro de los mods existe un verdadero potencial que juega mucho más a su favor que en su contra, por lo que respaldarlos no siempre es mala idea.
Por poner un par de ejemplos, es posible mencionar que juegos tan grandes hoy en día como Counter Strike o Dota 2 fueron creados como modificaciones de sus juegos base, Half-Life y Warcraft III, respectivamente, siendo Valve y Blizzard los que les darían una mano para convertirse en lo que son hoy. Estos casos se repiten en varias ocasiones y revelan la relevancia que han tenido
A pesar de ello, es necesario recalcar que la legalidad de estos mods depende mucho de las condiciones que expone cada uno de los juegos, variando y dependiendo del contenido que se desea crear y el objetivo de éste, siendo los Hacks algo que se busca evitar a toda costa.
Una nueva vida para los juegos
Como bien se ha visto, los mods ya tienen mucho tiempo desde esta industria, al nivel de que ya parece imposible detener estas prácticas por mucho que se desee.
Si bien estas modificaciones son algo problemáticas, el hecho de este cambio de visión que han tenido las compañías llegando al punto de fomentarlas e incluso apoyarlas con sus propios softwares (similares a los motores gráficos), dejan en claro la necesidad de replantear los términos bajo los cuales una compañía puede permitir esto.
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Al final, el trabajo de las personas que trabajan en estos mods son simplemente fans y entusiastas de los videojuegos que los crean por la pasión que sienten por ellos, siendo esto algo que es beneficioso para todas las partes; con su esfuerzo permiten crear nuevas formas de disfrutar nuestros títulos favoritos.