Para nadie es un misterio que en el siglo XXI uno de los mercados con un crecimiento impresionante ha sido el de los dispositivos móviles —más exactamente, los smarthpones—, llegando a ser una de las plataformas principales para poder acceder a una gran cantidad de contenidos de todo estilo y llevando a la frase “como quieras, cuando quieras, donde quieras” a un nivel muy literal.
Es así como mercados de películas y series que antes tomaban lugar en la televisión han migrado a las plataformas de Streaming, lo cual es muy similar a lo que sucedió con la industria de la música, siendo ahora accesibles desde nuestros teléfonos.
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Del mismo modo, los videojuegos desde hace años han incursionado en este nuevo mundo que, en vista de la decaída de las consolas portátiles, apuntan a ser un lugar ideal.
Sin embargo, no todo es color de rosas y si bien a nivel de ingresos se ha plantado como uno de los más redituables, los videojuegos en dispositivos móviles se han convertido en una autentica selva digital en donde han tomado lugar prácticas que pueden atentar directamente contra la seguridad del usuario, siendo así entonces un nuevo entorno que no puede ser tomado a la ligera.
La primera toma de contacto
Muy probablemente personas que pertenecen a las generaciones de Millennials y Centennials podrán recordar cómo los primeros teléfonos con pantallas monocromáticas tenían estos carismáticos juegos como Snake —el famoso juego de la serpiente—, o Tetris.
Estos fueron los primeros teléfonos que permitirían jugar estos títulos tan sencillos, y que, con el paso del tiempo, con la mejora en los procesadores y la llegada de Java, franquicias como Doom o incluso Sonic tomarían lugar aquí.
Pero no sería hasta el 2007 que Apple pondría las cartas sobre la mesa con su presentación del IPhone, la idea revolucionaria que cambió la historia de los dispositivos móviles debido a la introducción de una pantalla más grande, pero sobre todo, que optó por comandos táctiles y no con botones como se tenía anteriormente.
Con la llegada de estas nuevas ideas y sumado a que Google luego se uniría con el sistema Android, el desarrollo para este nuevo mercado cambiaría radicalmente debido a que se buscaría crear experiencias totalmente nuevas y enfocadas a un nuevo público, distanciándose así un poco del mercado de videojuegos al que se estaba acostumbrado.
Sumado a ello, estas nuevas posibilidades que se abrían tenían un gran punto a su favor: tiendas como la App Store y la Google Play Store, las distribuidoras perfectas para los nuevos títulos que saldrían para móviles.
De esta manera y tal como indica Xataka, estas plataformas han generado más de 44 mil millones de dólares solo en videojuegos para la primera mitad del 2021.
Este nuevo terreno era completamente nuevo para este sector, por lo que no tomaría mucho explotarlo.
Un éxito rotundo
Gracias a la nueva tecnología que se iba implementando en estos dispositivos móviles, la creatividad y la innovación tomarían lugar. Juegos como Plants Vs. Zombies; Angry Birds y Candy Crush y la versión de Minecraft Pocket Edition, todos títulos que directamente transportan a unos años en que los videojuegos aterrizaban en los móviles.
Los resultados de los ejemplos anteriores se tradujeron en negocios redituables: la desarrolladora de Plants Vs. Zombies sería adquirida en 2009 por Electronic Arts, y por otro lado, King, quienes desarrollaron Candy Crush, sería adquirido por Activision por 5,900 millones de dólares en 2015.
Esta es la manera en como se mueve el mercado, y al ver cómo estas compañías que ya estaban bien establecidas en la industria, es fácil intuir que al ver una nueva oportunidad de negocios no tardarían en ingresar a él como fuera posible.
Además de este nuevo tipo de videojuegos, la cereza del pastel fue la presencia del modelo Free to Play, es decir, no existe un precio de entrada para que puedas comenzar a jugar un título. Esto fue su principal atrayente e incluso diferenciador de sus contrapartes de PC o consolas.
Pero como bien se conoce en esta industria, este modelo de negocios en el caso de juegos para móviles posee un financiamiento no solo de inversores de una firma, sino también de publicidad dentro de la aplicación y de cualquier tipo de microtransacciones (gacha, lootbox, energía, entre otros) y sí fue como se obtuvieron ganancias de una manera “indirecta”.
El mercado siguió en su auge y fue así que tomaría su lugar el fenómeno mundial de Pokémon Go durante el 2016; incluso grandes franquicias como PUBG o League of Legends optarían por lanzar también una adaptación de sus juegos a un formato apto para móviles. Con un vistazo al seguimiento de Sensor Tower es posible ver que la competencia actualmente es totalmente feroz.
Un problema del mercado
Retomando lo que mencionaba en un inicio, este lugar se ha convertido en una selva digital en donde se busca la manera de subsistir y es aquí cuando específicamente el mercado de los videojuegos móviles se enfrenta a dos grandes problemas: el plagio y los engaños.
Probablemente no sea un misterio para nadie, pero actualmente internet se encuentra dominada por la publicidad de artículos; en el caso de los videojuegos sucede algo particular, y es que existe una gran cantidad de anuncios muy similares (juegos de palanca, lógica matemática o incluso juegos con grandes gráficos, entre otros), pero que al momento de ingresar en ellos y descargarlos —sea por la razón que sea—, los juegos resultan totalmente distintos, dejando en evidencia el gran engaño para solo conseguir clicks y descargas, lo cual se traduce en ganancias.
A través de esta práctica también se hace presente otro punto muy fuerte: el plagio. Si bien varios de los ejemplos de anuncios anteriores redirigen en ocasiones directamente a una tienda oficial para móviles, en otros simplemente llevan a una página para conseguir descargar el APK (formato ejecutable en móviles).
Un caso de estos es presentado en YouTube por BaityBait, refiriéndose a Pokeland Legends, un videojuego para móviles que busca pasarse por uno de la saga principal, que si bien hay numerosos juegos que se inspiran en la mecánica de capturar criaturas, éste lo lleva al siguiente nivel: el uso los modelos de Pokémon originales e incluso la misma música original, sin ningún cambio para ocultarlo. Este es un caso de los que mejor ilustra el problema.
Esta situación además tiene un agravante: como es común en internet, en numerosas ocasiones también pueden ser utilizados para robar datos personales o colocar un virus en el dispositivo, y aunque suene paranoico, es una realidad.
Sumado a esto y tal como lo abordan en The Game Theorists, existen leyes que son muy laxas con respecto a estos temas y es debido a que el mundo digital y globalizado es complicado de controlar, por lo que esta situación persistirá hasta que hay algo que pueda regular estas prácticas.
Situaciones como las mencionadas anteriormente son casos que suceden a lo largo y ancho de todo internet, que si bien muchas personas pueden considerar que sería muy ingenuo caer en estas trampas, es necesario tomar en cuenta que muchas personas no están al tanto de todo lo que sucede en este mundo digital, lo que las convierte en un blanco vulnerable, aprovechado por estas “empresas de videojuegos”.
La actualidad del nuevo entorno
A pesar de todo, el mercado de los videojuegos en móviles se ha colocado como uno de los más fuertes en lo que respecta en esta industria, ya que ahora no se ve como una “versión simple” de sus juegos originales para PC o consola, sino que ya se les ve como algo completamente aparte.
Grandes compañías como Ubisoft o Nintendo han comenzado a desarrollar juegos exclusivos para estos formatos, buscando así su propio pedazo del pastel, por mencionar el caso de Fire Emblem Heroes o Assasins Creed Rebellion.
Gracias a que el ecosistema de los móviles es —en cierta medida— mucho más simple que el de su contraparte, permite que haya una mayor presencia de Indies que han destacado fuertemente, por ejemplo el caso de Gris o Florence.
Con la mejora de las redes de datos móviles, el aumento en la banda ancha y un hardware cada vez más capaz para realizar múltiples tareas, varias compañías apuestan al videojuego por streaming.
Xbox ha demostrado la rentabilidad que puede tener este modelo en el cual se puedan ejecutar juegos Triple A desde la comodidad de los teléfonos móviles, que a su vez permite un guardado de la partida en la nube para poder seguir jugándolo en cualquier plataforma.
A pesar de no poder contar con un poderoso hardware, se ha conseguido la manera de poder trasladar a los videojuegos a este nuevo entorno, y es que casos como el exitoso Genshin Impact ha dejado ver las posibilidades que aún se pueden explotar para los juegos móviles.
Un futuro prometedor
Resulta sorprendente que el poco tiempo que tienen los smarthphones, ya han tenido una evolución tan grande que permita realizar una cantidad de cosas en unos aparatos tan pequeños, convirtiendo algo que parecía una fantasía futurista en una realidad.
Al tomar en cuenta los datos sobre el crecimiento exponencial de los dispositivos móviles, si se le suma a que la industria del videojuego ha llegado a sobrepasar al cine y la música juntas en lo que respecta a ganancias generadas, es sencillo comprender porqué este sector fácilmente ha abarcado más de la mitad de los ingresos de la industria del videojuegos, convirtiéndose así en un punto interesante para explorar por parte de las compañías y estudios desarrolladores.
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El disfrute de este nuevo ecosistema para los videojuegos trae consigo la necesidad de que las personas se informen sobre estas prácticas que pueden amenazar directamente la seguridad de sus datos; hasta que no se consiga por medios legales, es necesario estar muy atentos.
No existe duda de que el mercado de los videojuegos para móviles ha llegado para quedarse, y que, si bien resulta bastante distinto e incluso algo incómodo para los jugadores de consolas o PC, es una realidad que ahora existen nuevos hábitos de consumo, por lo que el desarrollo de títulos para este nuevo publico es algo que tenía que suceder. Tomando en cuenta esta evolución hacia los videojuegos por streaming, probablemente nos encontremos ante el inicio de un nuevo estándar en la industria.
