CHETUMAL, QR.- Por quinta ocasión el presidente arribó a Quintana Roo para supervisar el avance de las obras del Tren Maya. Sobre el tema el director del Fondo Nacional de Turismo (Fonatur), Javier May Rodríguez, informó que se intensificaron los trabajos para que el proyecto esté listo en el tiempo prometido.

El mandatario nacional llegó al hotel de costumbre de la capital del estado, en donde pernoctó para posteriormente este sábado realizar sobrevuelos sobre el área de construcción de la obra del Tren Maya y también del Aeropuerto Internacional de Tulum.

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En esta ocasión el presidente y su comitiva llegaron en dos Suburban blancas, que se dirigieron al estacionamiento subterráneo.

Solo unos cuantos ciudadanos estuvieron presentes a su llegada y dos empleados del hotel. Aunque también arribó al centro de hospedaje el titular de Fonatur.

Manifestación en base militar

En el marco de esta gira se registró por la tarde una manifestación en la base Militar de Xpujil Campeche, donde se encontraba el presidente, por parte de ejidatarios de las comunidades de Laguna Om y Nicolás Bravo, del municipio de Othón P. Blanco.

Reclamaron una respuesta sobre el anuncio del cambio de ruta del Tren Maya y en que se prevé favorezca a un consorcio empresarial, asentado en la zona arqueológica de Kohunlich, de acuerdo con los comuneros.

Cuestionado sobre el tema, May Rodríguez señaló que se han atendido las inquietudes de los ejidatarios, como el caso ocurrido en Xpujil.

Aunque no dio detalles, aseguró que obtuvieron el consentimiento de los pobladores de Nicolás Bravo, para que la obra del Tren Maya, en su tramo 7, continúe sin contratiempos.

Rodríguez May comentó que se intensificaron las acciones, entre ellas la contratación de toda la mano de obra posible para concluir el proyecto el 1 de diciembre como lo prometió López Obrador.

El coordinador de Delegaciones Federales, Arturo Abreu Marín, señaló en el marco de la cuarta visita del Presidente que cabría la posibilidad de que la obra no sea concluida en tiempo y forma.

Justificó que el riesgo obedece a las negociaciones de pago con ejidatarios y particulares, así como a las tareas de salvamento de los vestigios arqueológicos.

López Obrador desestimó las declaraciones de este funcionario federal. “No hagan caso, aunque sean mis colaboradores”, resaltó.

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