Crónica: Doblegan tiempos electorales al aborto

- Advertisement -

Fueron 13 días de discusión sobre la legalización del aborto; sin embargo, el factor electoral incidió en la determinación final y fue el elemento que se usó para que esta reforma estuviera destinada al fracaso y en ello jugaron las y los diputados de prácticamente todos los partidos.

Fue así, con el proceso electoral encima y los intereses de partido o de aspirantes a diputados federales o presidentes municipales, como se llegó al “se desecha”, cantado en el pleno la noche de este martes 02 de marzo con el que se sepultó la iniciativa para despenalizar el aborto en cualquier circunstancia.

También te puede interesar: Lucha feminista es borrada de los murales del Congreso

Para que el proyecto de dictamen se desechara, hubo conversaciones, acuerdos y reuniones, todavía una de ellas se dio precisamente antes de reiniciar el debate en la sesión de las cinco comisiones que lo tenían a cargo para revisión.

- Advertisement -

Se acordó dar trámite a licencias para dejar la curul, a tolerar ausencias, a respetar decisiones personales y a dejar que, quien quisiera, hiciera catarsis desde el micrófono. Cada quien hizo sus cálculos para no perder sus candidaturas y salir para registrarse a tiempo. El debate no podía prolongarse un días más, pues les cerraban el registro a los aspirantes.

Por enésima ocasión salieron a relucir las torpezas de la Dirección Jurídica del Congreso, dependiente de la Subsecretaría de Servicios Legislativos. De dos no hacen una. Llegaron al grado de tener que hacer una reunión ex profeso entre abogados, asesores y diputados en pleno salón de sesiones, para lograr la modificación de un proyecto que no los comprometiera por fallas en la técnica legislativa.

Cuando se logró el acuerdo, las y los legisladores definieron su presencia en el pleno, adelantaron cómo votarían y otros determinarían salirse del salón de plenos donde se requería de 17 votos para aprobar la enmienda al ser una reforma constitucional.

- Advertisement -

Pretendieron pasar desapercibidos tres legisladores de Morena: Fernando Chávez, Alberto Batún y Fernanda Trejo. Los tres se guarecieron en sus oficinas.

En el PVEM ya se había dado a conocer que el mandamás del partido, Emilio González, había reconvenido a aquellos que querían votar a favor del aborto, en concreto la diputada Tyara Schleske, quien durante la sesión previa, había tenido un activismo inusitado que levantó decenas de cejas, pues nunca, en cuatro años y medio (pues repite como legisladora) se había visto tan participativa.

Hasta se dio el lujo de gritar la sesión anterior a sus compañeros que rompieron el quórum. “¡Deberían de trabajar! ¡No se les olvide que para eso nos pagan!”.

- Advertisement -

Finalmente cedió a la presión y le dieron dos opciones: a favor de la vida o no votar. Y mejor decidió ni aparecerse por el Congreso.

Afuera del edificio del caracol, en Punta Estrella, arreciaba la competencia entre grupos en pro y en contra del aborto. Fue una una lucha de bocinas, a ver quién sonaba más fuerte o quien se descalificaba mejor con los conceptos más crudos como “asesinos” que se profirieron mutuamente.

Un “cementerio de bebés”, hecho con cajas de zapatos, colocado a un costado del acceso o una manta verde en la explanada fueron las imágenes que peleaban los espacios en los medios. Las feministas con un festival cultural y vendimia, donde por su puesto hubo jóvenes que acompañaron la velada con una que otra cerveza mientras los de ProVida, con mariachi y una banda de guerra hicieron honores a la bandera.

De regreso al interior, las y los legisladores recibieron en sus correos el proyecto de dictamen, ya “planchado” para ser destinado al fracaso absoluto. La Dirección Jurídica, con la opinión de más de una docena de participantes ante los ojos de todos, había rendido frutos. Sudaron. Se desgastaron en explicaciones y aunque tarde, con mucho esfuerzo, lograron sacar un dictamen que sabían se iba directo al cesto de basura. Misión cumplida.

Ahora a votarlo y botarlo.

Se abrió la sesión y se enlistó a los oradores a favor y en contra. Prácticamente subieron los que quisieron desmarcarse de la votación a favor y esgrimieron lánguidas peroratas para decir por qué no estaban de acuerdo.

Con más intensidad e inteligencia actuó el priísta Carlos Hernádez, claro en sus conceptos y hábil en el manejo verbal. Se deslindó de las trampas y las acusaciones y defendió su postura personal como un caballero.

En su turno Iris Mora, la perredista que abrazó al fútbol como su profesión, también fue intensa. Más pasional pero también racional.

Reyna Durán no atina a hallar su estilo: pretende ser irónica y socarrona, pero se convierte en víctima de su humorismo fallido, reflejado en su voz chillona que a nadie convence.

Larga perorata de Hernán Villatoro con sus lecciones de historia del siglo pasado que pasa hasta por el clásico de “La Visión de los vencidos”, de Miguel León Portilla.

Edgar Gasca, morenista, viendo frustrado su intento de empujar la reforma, hizo catarsis con un mensaje lleno de reproches, mientras que la única que habló dos veces en tribuna, fue la diputada Judith Rodríguez Villanueva; primero para defender su voto a favor del aborto, posteriormente, antes de que se levantara la sesión, para lanzar un mensaje que tenía un dejo de quien pierde y no pudo arrebatar al final, de ardor.

El único que de repente esbozaba una risa detrás de su cubrebocas y de vez en vez alzaba las cejas, era el presidente de la Mesa Directiva, Eduardo Martínez Arcila, quien, desde que se sentó en la mesa sabía lo que marcaría el tablero de votación y no se permitiría pasar encima de la Constitución para aprobar el aborto en leyes secundarias.

Ganaron los diputados-candidatos, ganaron los políticos que cuidaron sus intereses. Perdió la ciudadanía que se mantuvo a la expectativa de una negociación que iba más allá del interés común y donde dominaría el objetivo personal y político.

A esa hora, las organizaciones feministas y los promotores ProVida, ya habían roto sus lanzas y enfundado sus espadas a la espera de la siguiente batalla.

Banner Google News

- Advertisement -
Javier Casillas
Periodista multifacético, especializado en todo y en ocasiones, en nada. Egresado de la UNAM, en periodismo y comunicación.

Quizá te pueda interesar

Síguenos

4,785FansMe gusta
14SuscriptoresSuscribirte
spot_img

Lo más leído