Como periodista, una de mis responsabilidades con la sociedad es opinar sobre lo que observo en los temas que le atañen: los que la benefician, los que la perjudican, los que no son trascendentales y los que podrían quedar en la historia del colectivo, como lo reciente de Flavio Carlos Rosado.
Digo esto porque desde hace seis meses hay una consigna para “arraigar” a tal político o política con miras al proceso electoral de 2027. El caso más sonado es el del diputado federal “Kike” Vázquez, al que desde esta semana se suma con más fuerza el del secretario de Salud de Quintana Roo, Flavio Carlos Rosado, quien ahora resulta ser residente de Isla Mujeres, aunque cuando se le pregunta afirma que es “de Quintana Roo”.
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Pues sí, yo también soy de Quintana Roo, pero no ando buscando ser presidente de uno de los municipios de la zona maya donde paso la mitad de mi tiempo por cuestiones laborales.
Aclaro: no cuestiono sus aspiraciones legítimas a un cargo de elección popular. Mi opinión va en función de que se “fabrican” candidatos sin arraigo en el municipio que pretenden gobernar; luego los propios lugareños son quienes pagan las consecuencias. El ejemplo más reciente en Isla Mujeres es la imposición de un candidato con residencia en Cancún, que estuvo dos periodos y cuya gestión los isleños recuerdan sin obras, sin atención, sin presupuesto público y con una larga decepción durante seis años.
Reacciones ciudadanas ante avance político de Flavio Carlos Rosado
Lo más grave es que Flavio Carlos Rosado, cuando fue delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018), tuvo una presunta denuncia por acoso sexual presentada por una trabajadora del organismo, como lo consignó un medio de comunicación en su momento.
Como muchos, Flavio Carlos Rosado llegó a Quintana Roo a trabajar en la década de 2010, procedente de la Ciudad de México. Su primer cargo fue gerente de Enlace Regional del desaparecido Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur). Luego fue delegado de Financiera Rural, subdelegado del IMSS y posteriormente delegado del IMSS desde abril de 2014 hasta su destitución “por su problema”.

Ya adoptado por el llamado Grupo “Chilango”, Flavio Carlos Rosado fungió como director general del Sistema DIF de Benito Juárez en 2018; ahora ocupa un cargo como secretario de gabinete, donde su desempeño deja mucho que desear.
Lo que no saben Flavio Carlos Rosado ni quienes lo impulsan es que ya existe un frente formal contra la imposición. A través de mensajes en redes sociales y grupos de WhatsApp se advierte sobre el albazo que pretenden realizar en Isla Mujeres.
Isleños organizan resistencia ante candidatura de Flavio Carlos Rosado
Por ejemplo, una publicación señala: “¡Basta de humillaciones! Despierten, isleños. Isla Mujeres no es un botín político ni un anexo administrativo de Cancún o Chetumal. Somos uno de los pueblos más antiguos de Quintana Roo. Nuestros desafíos deben ser resueltos por quienes llevan tatuada la camiseta isleña, no por un funcionario de alto nivel que solo ve en la isla un peldaño más en su carrera”.
Los comentarios en los lugares de reunión tradicional de los nacidos en Isla Mujeres son los siguientes: “Esta propuesta de un candidato ‘nulo’ es una afrenta directa a la dignidad del pueblo”.
Los más viejos opinan: “Si se permitió que Juan Carrillo, el ‘reeligido con mañas’, se diera el lujo de un exilio político tácito, ¿por qué debemos permitir que otro foráneo venga a experimentar con nuestro futuro? ¡No seamos cómplices! La falta de información y los rumores son caldo de cultivo de los ‘tiempos adelantados’. Es hora de levantar la voz y exigir la verdad”.
Como dije al principio, mi labor periodística es advertir sobre el daño que pueda hacerse a un grupo social, en este caso a un municipio de los más longevos de Quintana Roo. Ahí se las dejo…
SASCAB
Por cierto, como dice la canción “Llegó diciembre y sus posadas”, esta es la penúltima entrega de “Caminos del Mayab” para cerrar el mes y el año. A partir de la próxima semana me dedicaré a ir de posada en posada para compartir el pan y la sal con los conocidos. Obviamente, quienes me conocen saben que no transijo con los poderosos e inútiles que están en algún cargo público.
Además, me la pasaré en la zona maya, pues estoy con mi cuarta novela en construcción: La Nación Macewal, que aborda la segunda etapa de la Guerra Social Maya, mal llamada “guerra de castas”.
Para quienes me preguntan por mis tres novelas anteriores —La Asesina del Militar, El Gavilán de X’Balam Naj y El Filósofo de Cantina—, ya están agotados los ejemplares. Con el favor del Ser Superior, el próximo año estarán nuevamente en reimpresión. Al tiempo…

