Desde el año pasado, a Marybel Chapulín se le ha visto pasearse por las oficinas de directores y gerentes de mass media de Quintana Roo. Ya muchos se imaginarán por qué.
Entre apretones de manos, charlas conspirativas y hasta uno que otro cafecito en la mesa, los magnates de los mass media le dan el sí a la suspirante a la silla grande del estado.
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Pero ese sí tiene sus aristas, independientemente del pago que la hoy senadora ofrezca, en cash, como dicta la costumbre de los recursos bajo el agua: ¿qué más ofrece la futura candidata a la gubernatura de Quintana Roo?
Para los trabajadores de los mass media, no es un secreto que las empresas para las que trabajan ya no son un negocio rentable; lo afirman las condiciones laborales:
- Sueldos bajos
- Escasas prestaciones
- Contratos (cuando los hay) con renuncias en blanco
- Alta con pagadoras, que escamotean siempre los pagos del IMSS y del Infonavit
- Nulo apoyo económico para desplazarse en sus coberturas informativas
Mientras la clase laboral de los mass media pasa las de Caín, incluso ahora con la pandemia del bicho mortal del Covid-19, los dueños de periódicos, radiodifusoras y televisoras, viajan en autos último modelo, se van de vacaciones a Europa y tienen a su prole estudiando en el extranjero.
Pero ese estilacho de vida no proviene de los recursos que generan sus negocios, propiamente, sino de los bisnes que hacen con suspirantes como Marybel Chapulín en tiempos de campaña.
– ¿Qué quieres mi señor director?
Y el señor director pide: La construcción de un parque de tecnologías para el manejo de la basura; una notaría; un predio para un parque deportivo; una franquicia para un equipo de basquet…
– Todo te lo doy señor director, pero ayúdame a ganar.
Y es ahí, desde los oscuros acuerdos para hacer campañas negras contra los adversarios, es cuando se curten los políticos en la negociación con lo que no es suyo… (pero que lo sienten suyo porque así es el poder, ¡como chingados no!)
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Así, Marybel Chapulín ha viajado por las oficinas de esos señores directores y gerentes, que ya hasta las siente como si fueran su casa, y ha construido su chapulinato.
La política es una larga inversión, y un tejido de alianzas insanas.
A lo largo de su chapulinato Marybel lo sabe, como sabe que quiere, desde la senaduría, la gubernatura de Quintana Roo.
Pero los mass media, aunque arriesgan, nunca apuestan por una sola ficha (primera regla); hacen como que sí, pero juegan con todos los suspirantes en tiempos electorales.
Para llegar a la silla grande del estado, Marybel Chapulín debe sacar del camino a una contrincante fuerte, que desde el municipio de Bomberito Juárez ya recibe fuego amigo y no tan amigo.
En esa guerra, que ya se desarrolla desde 2020, los mass media ya tienen firmes sus apuestas, pero…
– Marybel, ¿por qué te adelantas al 2022?
Hay que invertir desde antes, porque la política es así: hay que anticiparse. Y empezar a especular, por ejemplo, con una presidencia municipal.
– La senaduría te da más movimiento, más vitrina a nivel nacional, ¿no?
Claro, pero hay que debilitar al contrincante, hacerlo polvo antes de que alcance algún signo de popularidad. Hay que lanzar campañas negras, total, eso el electorado no lo ve.
– Pero los tiempos son de la 4T, de renovación, senadora…
Claro, Marybel Chapulín los comparte, pues ¿no ves que hasta en el apellido lleva la lealtad?
Y claro, hay que cambiar, pero a quien se sienta en la silla de este mal llamado Gobierno del Cambio, otro enemigo que ya no cuenta, porque su poder es ínfimo, pero a veces da pataleos con… ¡los mass media!
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Sí, la lealtad en la política y en los mass media es un ir y venir de intereses, sobre todo económicos. Así, que quien te critique Marybel, que tire la primera piedra.