Nos despertamos con la lamentable noticia del fallecimiento de nuestro gran amigo y colega, el periodista y maestro de periodistas, Jesús Hernández Martínez. Fue un desenlace esperado, debido a su delicado estado de salud en el hospital, aunque el dolor es el mismo.
Chucho Hernández era, verdaderamente, lo que se llama una buena persona: de amplia cultura sin alardear de ella; de impecable escritura periodística, nunca dejaba lugar a la duda ni a la ambigüedad. Forjado en la excelsa redacción del Diario de Yucatán, llegó a Chetumal y, desde la sala de redacción, fue maestro de muchos periodistas que trabajaron con él y para quienes tuvimos el privilegio de contar con su amistad.
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Muere Chucho Hernández, referente del periodismo en Quintana Roo
Aunque se curtió en las redacciones de la tiranía periodística, esas de jefes duros que se regían por la máxima “la letra con sangre entra”, Chucho estaba en el polo opuesto, lo cual no le restaba rigor periodístico y sí mejoraba, seguramente, su capacidad didáctica.
El chiste blanco inteligente era su arma pedagógica que más le gustaba usar; chistes que llegamos a acuñar en el gremio como una “chuchada” que hablaba de su carácter campechano aunque era de Veracruz.

Escribo estas líneas con todo respeto, esperando que, desde donde esté, no se asome para corregirme algún gazapo, como tanto le gustaba, y dejar al vuelo otra enseñanza.
Periodistas despiden a su colega y amigo Chucho Hernández
Descansa en paz, Chucho. Te extrañaremos en los desayunos de los jueves. Te nos fuiste demasiado rápido, y contigo se va también una parte de la historia del periodismo pionero de Quintana Roo.
A su familia, un fuerte abrazo y mis condolencias desde este espacio.
Otro abrazo para ti, amigo querido. ¡Hasta pronto!

