En la reunión del gobernador Carlos Joaquín González con los colegios de profesionistas del sur del estado, el pasado 19 de abril, éste emplazó al maestro Antonio Hoy Manzanilla a que le comprobara que trajo gente de otros lados para sustituir al personal de diferentes dependencias del Gobierno de Quintana Roo.

Según datos de Hoy Manzanilla, unos 4 mil empleados estatales fueron echados a la calle por el Gobierno del Cambio.

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La verdad es que la petición de Carlos Joaquín es tan absurda como los nombramientos que hizo en dependencias como la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), donde Alberto Capella Ibarra no hizo más que engrosar su ego, la nómina con gente de fuera y sumir al estado en una crisis de inseguridad jamás vista. El gobernador se negó a moverlo hasta que la terca realidad se impuso.

El fiscal general del Estado, Óscar Montes de Oca Rosales, por quien Carlos Joaquín movió cielo mar y tierra para ponerlo en ese lugar, pese al negro expediente que traía por el ejercicio de sus funciones en la Ciudad de México, su nombramiento resultó fallido como la historia de los Niños Héroes, de quienes lleva un apellido.

Los “piratas” del gobernador 

En el caso de este último, llenó la dependencia de gente de fuera con sueldos que superan por mucho los salarios que se tenían el sexenio pasado y que han llevado, incluso, a manifestaciones por parte del personal local.

  • Juan José Olea Valencia desempeña el cargo de coordinador general de Asesores con un salario de 5 mil 250 pesos y una compensación de 29 mil 867 pesos quincenales.
  • José Luis Díaz López, con el cargo de director, con un salario de 4 mil 987.50 pesos y una compensación de 25 mil 214 pesos quincenales.
  • Carlos Maya Girón, quien se desempeña como vicefiscal, con salario 5 mil 250 y compensación de 29 mil 867 quincenales. Todos traídos de fuera de Quintana Roo.

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Esto es sólo una muestra de los abusos que se han registrado en el transcurso de la presente administración, los cuales Antonio Hoy Manzanilla planteó a Carlos Joaquín.

El mandatario estatal, fiel a su estilo, gritó, manoteó y hasta retó al chetumaleño a demostrarle con hechos lo que es evidente para todos los capitalinos: el nombramiento de gente extraña a esta tierra y de funcionarios que vienen como “piratas” a llevarse lo poco que hay de las arcas públicas, que debería ser de beneficio común, pero que termina en manos de unos pocos.

Se puede decir que hay dos tipos de chetumaleños:

  • En el que se encuentra el difunto Eusebio Azueta Villanueva y Antonio Hoy Manzanilla, quienes han defendido al estado como lo hicieron los integrantes del Comité Proterritorio, gracias a quienes hoy existe Quintana Roo.
  • La gente como José Alberto España Novelo y todos los demás, que tratan de defender lo indefendible a cambio de beneficios personales.

Payo Obispo

Luis Gamero Barranco, quien hoy hace honor a su apellido, se aferra a la candidatura a la que llegó sin cuidar las formas y en la cual ya se sentía presidente municipal por Morena.

Es difícil olvidar la justificación que dio cuando se le cuestionó sobre el nombramiento de su esposo como su suplente: “tú dejarías a tu esposa fuera de un proyecto”.

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Por fortuna para los othonenses, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) les corrigió la plana. Ahora todo esta en manos de los morenos y de los othonenses.

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