David Acosta | R360
Verdades a medias, mentiras completas y un ir y venir de cifras que ni los mismos secretarios del gabinete de Carlos Joaquín González entienden, en una pasarela organizada por el nuevo vocero Carlos Orvañanos Rea, quien pretende presentar el ejercicio como algo novedoso, no obstante el modelito ya mostró su fracaso: lo implementó la anterior coordinadora de Comunicación, Haidé Serrano Soto. Como decía mi maestro de la universidad, el que expone se expone.
En el afán por mostrar el trabajo que según el Gobierno del Cambio ha realizado se implementó una pasarela de hasta ahora seis integrantes del gabinete, de quienes lo menos que se puede decir es que han dejado mal parado a su jefe.
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Primeramente la secretaria de Desarrollo Económico, Rosa Elena Lozano Vázquez, quien como antecedente tiene haber quebrado la Volskwagen de Chetumal, durante su conferencia se dedicó a hablar de proyectos que según ella van a realizar, pero que hasta el momento no tienen pies ni cabeza como el caso del Parque Industrial con Recinto Fiscalizado, que después de todos estos años solo tiene construida una nave.
No supo responder a los reporteros datos duros respecto al impacto económico y el desempleo como consecuencia del Covid-19 y solo acertó a contestar que si querían saber datos sobre desempleo entraran a la página del IMSS porque ella no los tenía.
El segundo en la conferencias fue Luis Torres Llanes, secretario de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca, quien se la pasó responsabilizando al Gobierno de México de la cancelación del seguro catastrófico para los productores del campo que este años no se otorgó, pero no dijo que esta responsabilidad es bipartita y que el Gobierno del Estado tiene que aportar el 20 por ciento del costo del seguro.
Además no dijo que por sí misma la administración estatal no cuenta con ningún programa de apoyo de este tipo para proteger a los campesinos en caso de siniestros; hoy el gobierno está esperando recursos del Fonden porque no hay dinero estatal para apoyar a los campesinos afectados por las lluvias.
En el caso del secretario de Seguridad Pública, Alberto Capella Ibarra, su presentación estuvo de pena ajena, ya que dijo que la delincuencia de manera general se redujo un 23 por ciento y los homicidios en un 35 por ciento en junio, algo que solo él piensa que fue por el trabajo que realiza la corporación a su cargo.
Basta revisar las estadísticas nacionales, en las que la entidad continúa en los primeros lugares en diferentes delitos y si bien es cierto ha bajado el impacto de algunos, ha sido como consecuencia del confinamiento de los últimos meses por la pandemia.
Y en cuestiones de la emergencia sanitaria, el mayor logro hasta este momento es hacer que sus policías sean fuente de contagio; los hace trabajar con síntomas de la enfermedad, y también responsabiliza a la sociedad por las muertes de sus elementos, sin embargo se ha convertido en “farol de la calle y oscuridad de su casa”.
La secretaria estatal de Salud, Alejandra Aguirre Crespo, por su parte dio un panorama del Covid-19 y datos que distan mucho de la realidad, responsabilizando a los ciudadanos y esforzándose para hacer creer que se ha hecho un excelente trabajo. Habló de inversiones que superan los mil millones de pesos, pero que carecen de transparencia. La estrategia de la dependencia no tiene pies ni cabeza y los problemas para la atención de pacientes sigue, entonces: ¿adónde fue a parar tanto dinero?
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En el caso de la secretaría de Turismo, Marisol Vanegas, más que despejar dudas las sembró, pues en su intervención habló de que al inicio de la pandemia se tenían en el estado 350 mil turistas y que se estaba al 80 por ciento de ocupación. Ahora la entidad tiene una ocupación del 23 por ciento de esos 350 mil. Ella dijo que eran 20 mil turistas, pero con una simple regla de tres se obtiene que no es el 23 por ciento sino menos del 10. Ni siquiera en la actividad “esencial” del estado se tiene claridad, pero eso sí aseguró que para diciembre estarán llenos al 60 % los cuartos de hotel.
Por último, la secretaria de Finanzas y Planeación, Yohanet Torres Muñoz, dedicó su presentación a explicar que no se han contratado más créditos, que solo refinanciado la deuda del estado. No explicó que se aprovecharon del refinanciamiento autorizado por el Congreso del Estado para manejar la deuda a su antojo, hasta ahora van más de dos mil millones de pesos contratados en deuda a corto plazo, sin saber el destino. Esto último dicho hasta por la propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Payo Obispo
Dicen los que saben que aparte de lo peligrosa que ha resultado la pandemia del Covid-19, el riesgo más grande que enfrenta Quintana Roo es el poco oficio de los funcionarios del Gobierno del Cambio, pues resulta que la secretaria de Salud, Alejandra Aguirre Crespo, se despareció por lo menos dos meses, abril y mayo, de la dependencia, tiempo en el que cada quien hizo las cosas como Dios le dio a entender.
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Hay que mencionar que ni los jefes de área pudieron tener contacto con la funcionaria, ello fue justamente cuando la pandemia empezó a registrar la mayor cantidad de casos; aquí la pregunta es: ¿no representa una falta digna de separación del cargo o algo así? Al final estos errores se están pagando con vidas de quintanarroenses.