Jazmín Ramos | R360
Las 17 Áreas Naturales Protegidas en Quintana Roo, que ofrecen servicios medioambientales a la Península de Yucatán y son pieza fundamental en la conservación de la biodiversidad, no solo para el país sino a nivel mundial, se encuentran a merced de los desarrolladores, la permisividad y la corrupción ante la falta de recursos financieros que permitan su adecuado manejo y su protección.
Basados en datos del Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente, en los últimos siete años, la reducción del presupuesto al sector ambiental registra un 62.2%; este retroceso afecta las capacidades de inspección, vigilancia, regulación, evaluación de impactos de riesgo, actualizaciones a normas y todas la políticas públicas para la protección de los recursos naturales.
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Camilo Thompson, de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), indicó que los recortes al sector ambiental son un mal que data de varios años y es un grave problema, pues deja a otros actores la función pública, cuando es obligación del estado proteger los recursos naturales, más aún cuando se trata de las ANP que en el caso de Quintana Roo son la fuente de servicios medioambientales que permiten la conservación de la biodiversidad.
Áreas Naturales Protegidas de Quintana Roo.
Consideró que si bien no ha hecho un análisis a profundidad de la disminución del presupuesto en materia ambiental, es un hecho de que hay un impacto pues se limita a las autoridades a la hora de establecer los programas de conservación del patrimonio natural, entonces, las organizaciones sociales y los activistas tienen que sumarse a la protección de los recursos, así como a los trabajos de mitigación del cambio climático.
Dijo que, aunque no se puede generalizar, algunos funcionarios no le dan la importancia o desconocen el hecho de que el desarrollo de la sociedad y el bienestar de la población está ligado precisamente a la conservación de los recursos naturales y actualmente existen afectaciones importantes en ANP que no pueden ignorarse, las cuales no son privativas de Quintana Roo, sino en todo el litoral mexicano.
“Afectaciones en la ANP hay muchas, en los ecosistemas marinos y costeros, por lo tanto las autoridades deben ser congruentes en cuanto a la asignación de recursos, basados en el derecho a un ambiente sano; pero es un tema complejo, más aún en zonas que son prioritarias y en las cuales no se cumplen las leyes, se otorgan permisos o no se reconocen los programas de manejo, poniendo en duda el trabajo de las instituciones, pero insisto, no es una generalidad”.
En relación a las ANP, la disminución de los recursos es todavía más complicada, pues del 2012 al 2018 se aumentó la superficie terrestre y marina, es decir la Comisión Nacional de Áreas Nacionales Protegidas (Conanp) tiene que administrar 90 millones de hectáreas, distribuidas en 182 zonas de protección que se tienen en el país, con un presupuesto diezmado y una plantilla laboral de mil 294 empleados.
Este cotejo refiere que, el presupuesto se redujo durante los últimos tres años más de 670 millones pesos, por lo cual este 2019 a la Conanp se le asignaron 23,727,238,434 pesos, cuya mayor partida se queda en gastos operativos y pagos de nómina, un total del 60%, y solo un 40% se destina a las tareas de protección del 11% de las zonas terrestres que abarcan las zonas protegidas y el 22% de la superficie marina.
Sacrifican sector ambiental
El biólogo Rubén Borau García, mencionó que aunque los recortes presupuestales han sido generalizados, el sector ambiental es uno de los más sacrificados, los cuales se vienen arrastrando desde los gobiernos panistas, cuando en estados como Quintana Roo es prioridad cuidar los recursos naturales, dado que es su principal activo.
“En lo que respecta a la Conanp tenemos conocimiento que los recursos que se les asignaron son limitados, carecen de personal y tienen restricciones en cuanto a la gasolina e insumos, entonces se les dificulta hacer los monitoreos y todo el trabajo que se requiere de vigilancia”.
Dijo que existe una persona por cada ANP, por lo tanto hay pesca furtiva, tala inmoderada y zonas invadidas: “es difícil trabajar en esas condiciones y así como hay funcionarios que se prestan para dar entrada a proyectos que no cumplen con la ley, hay quienes sí están comprometidos, pero se enfrentan a la falta de recursos”.
“Esto desde luego los limita y prueba de ello es que actualmente enfrentan severos problemas con el blanqueamiento del coral y no existe un estudio real de lo que está pasando con el arrecife, hay algunas acciones por ahí que realiza con el sector empresarial que obviamente se preocupan porque finalmente viven de las bellezas naturales de Quintana Roo”.
Agregó que el tema ambiental básicamente se deja en segundo plano, lo que genera activismo social y eso es bueno, pero el Estado no debe evadir su responsabilidad en relación al marco regulatorio, así como garantizar que se dé cumplimiento a la ley, no obstante por más voluntad que haya por parte de los funcionarios y sin el personal suficiente se pone en riesgo la conservación del patrimonio natural, no solo de Quintana Roo, sino del país.
Santuario de la Tortuga Marina Xcacel-Xcacelito
De acuerdo al informe de Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente, desde el 2012 los recortes al Ramo 16, que corresponde al Medio Ambiente y Recursos Naturales se redujo al 44.6% y este recorte continuó para el 2019 con un adicional del 20.6%, sin que exista una justificación de peso, comprometiendo los propósitos de protección y conservación de los ecosistemas.
Con esos recursos en México se destinan un promedio de 10 pesos por hectárea conservada y cada guardabosque de la Conanp administra una superficie de 70 mil hectáreas; a esto, se le suma la falta de insumos y equipo para realizar los monitoreos, debido a la aplicación de los programas de austeridad a los que se han sometido todas las dependencias de gobierno, situación que limita las acciones de conservación.
En el caso concreto de Quintana Roo, las 17 áreas protegidas se encuentran en una amenaza constante por lo intereses de los desarrolladores en zonas prístinas, luego del impulso turístico en Cancún y la Riviera Maya. Actualmente, los nuevos proyectos de la industria giran hacia el Sur del estado en áreas que abarcan ANP.
Clausura @PROFEPA_Mx trabajos y actividades al interior del Área Natural Protegida #ANP Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos en Quintana Roo https://t.co/liZUEiOqqg pic.twitter.com/t03DGpAuRB— PROFEPA (@PROFEPA_Mx) November 29, 2018
Christopher González Baca, encargado de la dirección Regional Peninsular de Yucatán y Caribe Mexicano de la Conanp admitió que la reducción al presupuesto limita las funciones de la dependencia, en donde se tiene un reducido personal, pero para compensar, trabajan de manera coordinada con otras instancias de gobierno y cuentan con el apoyo del Fondo Mexicano para la Protección de la Naturaleza.
Adelantó que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) determinó regresar el cobro de derechos a las ANP, el cual se aplica a cada visitante, de tal manera que es un aliciente para poder sortear los recortes que vienen afectando al sector desde hace varios años, “si bien, este recurso no es suficiente, sí permite una mayor flexibilidad en los trabajos y programas que llevamos a cabo en la zonas protegidas”.
Recurso humano y presupuesto, insuficientes
En relación al recurso humano, dijo que es poco el personal, pues para toda la Península solo cuentan con 180 personas, situación que consideró un verdadero desafío y ejemplifica con la Biosfera de Sian Ka’an cuya superficie administrada supera 4 veces la ciudad de Puebla, es un área muy grande en donde se tiene solo 20 personas que tienen que hacer el trabajo de supervisión, vigilancia y monitoreo, además de elaborar proyectos productivos para la comunidad.
La reserva de la Biosfera de Sian Ka’an
“Obviamente, si nos reducen el presupuesto, nos vamos a encontrar con limitaciones y nos toca improvisar, y aquí se suma el programa de austeridad, por lo que a veces no se tiene ni para la gasolina, hay dificultades para cubrir los gastos operativos e insumos, pero tenemos que sacar el trabajo”.
Comentó que actualmente ejercen un presupuesto de 20 millones de pesos directos a las zonas de conservación, esto quiere decir que no se incluye los gastos de nómina que son los más fuertes; del presupuesto total solamente se destina el 40%, por ello la importancia de establecer alianzas con otras dependencias.
Citó el caso del incendio en Sian Ka’an: “al inicio tuvimos problemas por falta de recursos pero trabajamos con la Secretaría de Marina (Semar) y la Comisión Nacional Forestal (Conafor), así como autoridades locales y municipales y así le hicimos frente”.
Sostuvo que de esta forma trabajan ahora con el tema de los bajos presupuestos y la austeridad, se trata de ser creativos y hacer más con menos, pero lógicamente hay cosas que se quedan pendientes y se restringen algunos trabajos que no son prioritarios.