CHETUMAL, QRoo.- Desde hace algunos años es consumidor lúdico de marihuana. La necesidad lo llevó a buscar otra forma de generar ingreso y vio en el Cannabis Sativa la oportunidad; hoy elabora productos para cuidados de belleza y salud.
Baltazar es una persona de 40 años, nativo de esta ciudad y tiene un empleo en la iniciativa privada. No es casado, aunque tiene pareja. Él se define como una persona emprendedora y que ante la adversidad siempre busca el lado positivo, ha pasado la mayor parte de su vida trabajando.
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Dice que desde joven ha buscado formas para autoemplearse, para combinar sus trabajos formales y con ello allegarse de un poco más de recursos, que nunca están de más.
Luego de cumplir la mayoría de edad tuvo contacto con la marihuana, sin caer en los extremos. Se considera consumidor lúdico, conoce claramente los “pros y los contras” de este enervante, que proviene de la planta denominada Cannabis Sativa.
“Es una planta que me gusta, la consumo de forma lúdica, pero he aprendido que tiene propiedades, eso me llevó a ir un paso más allá”, agregó.
Tiene presente que la marihuana es una droga ilegal, nunca le ha interesado ingresar a las filas del narcomenudeo o narcotráfico, que considera como actividades riesgosas. No obstante, a través de la lectura de investigaciones y de tutoriales en redes sociales generó sus propias fórmulas -las cuales se reservó- para elaborar shampoo como parte de un tratamiento de belleza, pues contiene, según señala, propiedades antienvejecimiento, y cremas para dolores musculares, por sus propiedades analgésicas y de relajación muscular.
“Desde que me volví consumidor he tenido la firme convicción de no generar adicción en otras personas, por ello opté por otras formas de generar recursos y lejos de perjudicar a la gente, ayudar”.
Su producción es artesanal y a baja escala, y en ocasiones por pedido, ya tiene a clientes cautivos y poco a poco, se suman más.
Para probar la eficacia del producto, elaborado a través del método de combustión, tuvo que ser él mismo quien lo usó, pero al igual que cualquier otro producto poco a poco se va perfeccionando. Por el momento el costo del shampoo y de las cremas oscilan en 100 pesos en promedio.
Cuenta con sus proveedores de la droga y depende de la calidad del cannabis el costo que paga, pues los precios van desde cinco a cien pesos por gramo. Aunque no es la única forma de conseguir su insumo base, ya que cuando hay oportunidad siembra sus propias plantas, entonces sí se preocupa más para dar los cuidados y alcanzar la calidad óptima, incluso con el fertilizante apropiado.
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La aprobación de la despenalización del uso lúdico, científico, medicinal e industrial de la marihuana por parte del Senado, asegura, le abre la posibilidad de tener un negocio en forma y legal, que anticipó aprovechará de ser avalado por la Cámara de Diputados y posteriormente las 32 entidades federativas del país.
Para Baltazar el consumo de la marihuana es un tema social que ha existido por décadas, pero pocos se han atrevido a generar de esta planta un elemento de ayuda, ese es su objetivo. “El consumo se ha dado y no solamente en término de adicciones, sino como insumos para la salud, conozco a mucha familias que en sus casas tienen su botella de alcohol con marihuana, es una práctica que viene de nuestros ancestros”.
El uso y consumo aún representa un tabú para la sociedad, la mayoría inicia su consumo a través de la curiosidad. La despenalización abrirá un panorama diferente y un mercado importante en el que muchos ya tienen interés en invertir.
Esta actividad que realiza para generar ingresos extras no ha tenido repercusión alguna en su relación de pareja o familiar, sus propios parientes forman parte de su clientela, concluyó.
El Senado de la República aprobó el 19 de noviembre pasado el uso lúdico, medicinal, científico e industrial de la marihuana. La Cámara de Diputados deberá definir sobre el particular a más tardar el 15 diciembre, será entonces en su caso que se envié a los estados para su aprobación; se requiere de la mayoría (16 más uno).
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Para uso lúdico se podrá tener por persona hasta 28 gramos del enervante y ocho plantas en una vivienda. Solo se permitirá para mayores de 18 años.