Al final, el Movimiento Ciudadano (MC) optó por la candidatura a gobernador en Quintana Roo por un perdedor como el Dr. José Luis Pech Várguez, quien solicitó el martes su registro al Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo).
Pech Várguez compitió hace seis años, por ese cargo y terminó en el tercer sitio. En esa contienda logró un discreto 11.17 por ciento de los votos, contra el 36.13 por ciento del priista Mauricio Góngora Escalante y 45.08 por ciento, del panista Carlos Joaquín González.
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Esta vez se encaprichó para ser candidato por Morena y como suele suceder con él, cuando no lo logró, abandonó al partido que lo llevó a ser senador de la República en 2018.
En su búsqueda de la candidatura apeló en todo momento a la “meritocracia”, como solía hacerse en el PRI, su partido de origen. Creyó que con ser fundador de Morena, su supuesta identificación con la ideología del partido, su escaso trabajo de organización, sus pocas iniciativas y planteamientos como senador a favor de Quintana Roo, concretamente de la zona sur, le darían patente de corso. Pero se equivocó.
En ningún momento el Dr. Pech se planteó que los problemas de Quintana Roo requieren de una persona no sólo capaz, sino con energía para atacar la grave violencia e inseguridad y falta de oportunidades; la desigualdad del crecimiento entre el norte y el sur del Estado; el hecho de que la entidad esté secuestrada por personajes nacionales que han hecho que la política sirva a sus intereses: compran elecciones partidos, candidatos y tienen a Quintana Roo como feudo personal.
Las elecciones de 2018 y 2021 confirmaron que los ciudadanos piden que se recupere el rumbo. En el próximo proceso electoral nadie debe quedarse viendo cómo continúa la depredación en el estado, escudándose en las siglas de un partido o en la apatía.
Esa lucha debe unir a los quintanarroenses sin distinción de colores, porque hoy tenemos la necesidad urgente de quitarnos de encima a los insaciables del pasado, a los que realmente representa el Dr. Pech.
Desde luego, hay que considerar que Chetumal es nuestra capital por derecho propio y seguirá siéndolo, pero digna moderna, eficiente, bonita; y en el sur, Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos y Bacalar deben ser ejemplos de progreso, respetando su historia, pero construyendo un futuro digno y sólido.
Los quintanarroenses saben que es hora de cerrar el paso a la violencia, es hora de luchar, es la hora de Quintana Roo, que merece una gobernadora con juventud, energía y el respaldo de la gente. Nada de eso tiene el Dr. Pech.