Desde hace miles de años, las experiencias de los ninis o juniors del poder nunca han resultado provechosas. Si bien es cierto, cuando se trata de los juniors de malos gobernantes la respuesta pronta del argumento derivado de la mala semilla es siempre una salida obvia, como en el caso de Emiliano Salinas, el hijo del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, al que se le relaciona con una secta sexual denominada Nxivm, y del que de inmediato se respondió con el dicho: “de tal palo, tal astilla”.
Y se tiene información pública de innumerables actividades que van desde la perturbación del orden hasta la completa ilegalidad, como cuando Manuel y Jorge Bribiesca Sahagún, hijos la ex primera dama, Marta Sahagún, a través de su empresa Construcciones Prácticas, SA de CV, se adjudicaron contratos millonarios en el gobierno de su padrastro Vicente Fox; o el show del junior de Felipe Calderón, quien protagonizó un escándalo en un bar de un hotel en Playa del Carmen, Quintana Roo, en “estado alterado”, y quien resultó ser responsable de perturbar el orden público, bajo las influencias del poder y del Estado Mayor Presidencial.
Las dinastías desde la Roma antigua
Sin embargo, estas desastrosas acciones de los ninis de malos gobernantes, también se han dado a gran escala cuando se trata de gobernantes reconocidos, de buenos lideres, buenos militares, de grandes conquistadores y de estadistas que marcaron la historia con sus acciones, pero con pésimas descendencias.
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Un ejemplo de Roma lo tenemos en las cercanías del año 100 después Cristo, cuando el emperador Tito Flavio Vespasiano, reconocido por ser un gobernante justo, cedió el trono a su hijo mayor Tito, quien se dice fue asesinado por su hermano menor Domiciano, quien es aún recordado por los niveles de corrupción y violencia que generó en Roma y que fuera finalmente asesinado por órdenes de su propia esposa, la emperatriz, tirando por la borda a la dinastía Flavia.
Poco después, cuando llegó Marco Ulpio Trajano, el gran constructor y conquistador de Roma al poder regresando la brillantez al imperio, al caer enfermo, su sobrino Adriano, acusado de envenenar a su tío el gran Trajano, accedería al poder para comenzar la debacle y el retroceso de las fronteras ganadas por su tía para el imperio.
Tiempo después, el emperador Marco Aurelio, quien trató de reconquistar las tierras del norte que había anexado Trajano para Roma y que se habían perdido por la tibieza de los emperadores que le siguieron, fue un líder reconocido como un gran filósofo, buen militar y gobernante, cuyo hijo, Cómodo, al acceder al trono después de la muerte de su padre por la peste, sembró terror y destrucción en la Roma cerca del 200 después de Cristo, acabando con la buena fama y fortuna de su padre.
Han pasado ya miles de años, y sin embargo aún no se tiene respaldo documentado alguno que nos haga aseverar que los ninis de la clase política tengan la certeza del éxito de sus antepasados; lo que si es un hecho, es que los ninis de los políticos sin clase terminan siendo a la imagen y semejanza de sus antepasados, lo que sin duda nos lleva a preguntarnos: ¿cómo ha sido la prevalencia de las dinastías en países como China…? Aquí seguiremos indagando en los anales de la historia mientras la vida sigue, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.