Pocos colegas estudiosos de la historia de México recordarán la triste y vergonzosa etapa histórica del gobierno conservador y centralista del general Antonio de Padua María Severón López de Santa Anna y Pérez de Lebrón (en adelante Antonio López de Santa Anna), cuando por ahí de 1853, tuvo a bien vender el territorio de La Mesilla al gobierno de los Estados Unidos, en lo que Emilio O. Rabasa Mishkin en su obra denominada “El pensamiento Político del constituyente de 1856-1857”, describe como un verdadero atraco a la nación.
Y es considerado así, dado que, según la obra antes citada, el tratado para la venta de más de cien mil kilómetros cuadrados de territorio nacional se cerró en diez millones de pesos de aquella época, recursos que fueron a parar en los bolsillos de los involucrados en la venta de nuestro país.
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En estricto sentido, Rabasa Mishkin describe que de los diez millones que señalaba el Tratado de La Mesilla firmado el 30 de diciembre de 1853, la nada despreciable comisión de 70 mil pesos de aquellos tiempos, fueron directamente a los bolsillos de Francisco de Paula y Arraingoz, representante de México en Estados Unidos, por concepto de comisión. La cantidad de 600 mil pesos fueron a las arcas del mismísimo general Antonio López de Santa Anna, por instrucción de su Alteza Serenísima, como él mismo se hacía llamar.
Esto provocaría que solo dos meses después comenzaran las reuniones de lo que hoy conocemos como el Plan de Ayutla, que sentaría las bases de la Segunda Transformación de México, es decir, de la Guerra de Reforma y del surgimiento de la gran Constitución liberal de 1857, con la que se daba término a una era de conservadurismo cuasi monárquico, establecido entre los oligarcas conservadores y la Iglesia durante los diversos periodos que gobernó Santa Anna que va desde 1833 hasta 1854.
Conservadores de La Mesilla y los de hoy
Si analizamos con detenimiento y nos damos a la tarea de retrotraer esa parte de nuestra vergonzosa historia de más de 20 años de gobiernos centralistas y conservadores, y la comparamos con las administraciones conservadoras y privatizadoras de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, podemos darnos cuenta de que, en ambos casos la venta de bienes propiedad de la nación para beneficios de grupos oligarcas y la conveniencia de un pueblo pobre y sometido, son el común denominador.
Pero de igual forma, así como en los tiempos antiguos llegaron personajes de la talla de Juan Álvarez, Ignacio Comonfort y Benito Juárez, para configurar la Segunda Transformación de México en un gobierno liberal; hoy de la misma forma se combaten corrupciones como las de La Mesilla, a través de un proyecto de nación diferente que busca implantar la Cuarta Transformación de México, y que es encabezado por personajes con las mismas características y compromiso de los que enarbolaron el Plan de Ayutla.
Sin duda la historia es cíclica, y mientras no aprendamos los ciudadanos de los mismos errores del pasado, seguiremos atrapados en el bucle de la historia que sigue, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.
Sobre el autor
Hugo Alday Nieto es licenciado en derecho por la Universidad La Salle del Pedregal; Maestro en Derecho por la Universidad del Anáhuac del Mayab; Master Internacional en Propiedad Intelectual, Industrial y Derecho de la Competencia por la Universidad de Alicante, España. Cuenta con publicaciones especializadas en derecho en México y el extranjero, donde destacan colaboraciones con Porrúa, UNAM, ASIPI, AMPPI, INDAUTOR, Marcasur, la Universidad de Alicante y otros. Ha representado al estado de Quintana Roo en la protección de marcas turísticas y logró mediante controversia constitucional la denominación de origen del Chile Habanero de la Península de Yucatán, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ha laborado en la Secretaria de Gobernación, el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, la Lotería Nacional para la Asistencia Pública y como secretario técnico del Municipio de Benito Juárez (Cancún). Es diputado federal suplente.
