David Acosta | R360
Cuando los chetumaleños despertaron aquél 6 de junio del 2018 con la noticia de que Morena había ganado la presidencia municipal, mucha gente no cabía de felicidad y el partido ganó con un candidato que apenas había hecho campaña.
El desenlace de la historia pocos lo imaginaban, este gobierno que a pesar de lo que han vivido los othonenses al soportar a políticos como Cora Amalia Castilla Madrid, Luis Torres Llanes y una gran lista de oportunistas, no pensaron que se podía estar peor, pero como suele suceder, la realidad superó la ficción.
Otoniel Segovia Martínez, quien durante muchos años aspiró a ser presidente municipal, tuvo la oportunidad de sumarse a la planilla de su suegro Hernán Pastrana y debido a la enfermedad y muerte de éste tomó las riendas del municipio capitalino, así sin más mérito que el parentesco como en el sistema castas, en que el poder se hereda por derecho de sangre.
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No obstante hoy los othonenses tienen algo claro: En Othón P. Blanco hay un gobierno desordenado y que está a la deriva. Segovia Martínez no tiene idea lo que significa el cargo que ostenta, es más no se puede decir que gobierna, porque desconoce ese término.
Solo basta acercarse a él unos metros para escuchar la forma en que se dirige a sus subalternos. En el evento de la entrega al Mérito Deportivo, al concluir el acto protocolario se le acercaron trabajadores de los Servicios Públicos Municipales; ellos, quienes tienen a su cargo la limpieza de la ciudad y la recoja de basura, le pedían el pago de algunas prestaciones que no estaban recibiendo, sin embargo sin voltearlos a ver, incluso sin dejarlos terminar de hablar les dijo: “No hay dinero para pagarles y pueden hacerle como quieran”.
Después de cambiar a su jefe de prensa intentó relanzar su imagen con una fallida estrategia que lo expone ante las cámaras, cuando está visto que ese no es su fuerte, se requiere más que un trabajo de comunicación, es necesario un cambio de actitud, de tolerancia y de conocer las necesidades de gente.
La realidad es que en la capital es difícil el lucimiento de la imagen del presidente municipal, ante la constante presencia del gobernador, sin embargo el equipo de Otoniel Segovia, si es que lo tiene, no ha sabido aprovechar el poco interés que Carlos Joaquín González tiene por Chetumal.
Contrario a eso ahora enfrenta una denuncia ante la Contraloría Municipal interpuesta por cinco regidores, en la cual se le señala de irregularidades en 34 obras públicas del ejercicio fiscal 2019, por un monto de alrededor de 61 millones de pesos.
Así es como la capital de Quintana Roo navega ahora entre la corrupción y sola ante el abandono del Gobierno del Estado y la marcada incapacidad del gobierno municipal encabezado por Otoniel Segovia Martínez, quien no ha sabido sacar al municipio del bache en el que se encuentra, pero sí ha podido colocar a sus familiares y amigos en la nómina municipal, porque como dice Joaquín Hendricks: “Amistad que no se refleja en la nómina, no es amistad”.
Payo Obispo
Resulta que con todo el mal gobierno que ha realizado Otoniel Segovia Martínez ahora se jacta de decir que con la mano en la cintura podría vencer en la próxima contienda electoral del 2021 al aspirante priista para la presidencia municipal, José Alberto Alonso Ovando, o a cualquier otro candidato. No obstante como versa el dicho popular: “No hay peor ciego que el que no quiere ver”.