La infiltración en cualquier organización es una práctica que se lleva a cabo desde hace siglos, la finalidad es poder estar en los primeros niveles de mando, enterarse de proyectos o planes del infiltrado y pasarlo a los adversarios. Este método se aplicó (y aplica) entre los países de regímenes diferentes.
Esa técnica se afianza para este proceso electoral 2021-2022 en Quintana Roo, pues de todos los partidos políticos han enviado a sus infiltrados al Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el primero de ellos es Alfredo Kanter Culebro, que aspira a ser el dirigente estatal de Morena en Quintana Roo, sin que conozca el territorio, menos donde queda la “Ruta de las Iglesias”, por poner un ejemplo.
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Ya no digamos de la llegada de integrantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que con todo un adoctrinamiento de centro derecha, no pueden ser representantes de un movimiento de izquierda y en caso de ganar una elección, éstos no observan los principios de Morena para gobernar, sino que echan a andar toda la maquinaria que traer metida en su genética política.
En ese contexto, desde dentro de la Cuarta Transformación representada en Quintana Roo por senadores, diputados federales, presidentes, diputados locales, dirigentes, delegados federales y “amigos íntimos” del Presidente de México, quieren intervenir para tomar el control sobre los partidos políticos; parece que en lugar de terminar con esa práctica, esa misión fue ampliada y complementada por los servicios de inteligencia de cientos de informantes pagados que trataban que uno de ellos se haga pasar por militante y les reportara información que pudiera delatar los movimientos de los considerados adversarios, o sea, en Morena todos se espían.
Hay que sumarle al propio desorden de Morena en Quintana Roo, la participación del gobierno del Estado, que a pesar de lo burdo que es para operar, logra meter a “su gente” en las filas de este partido y compra conciencia de los que están en un cargo público, como sucedió en el primer año de ejercicio legislativo del Congreso del Estado, que Reyna Durán Ovando presuntamente estuvo a los pies del Ejecutivo.
Pero no solo existe infiltración de políticos, sino también de patrocinadores del crimen organizado que llegan con sus diferentes empresas para poder fortalecer económicamente al candidato o candidata, solo si gana veremos la mano de esta “empresa” en la manera de gobernar de quien gane la elección.
No quiero dejar de pasar por alto la operación que realiza un grupo especial de la policía del Estado, que está encargado de armar disturbios, como distractores de la noticia; además de tener una base de datos de los movimientos que realizan la mayoría de los políticos y personajes que son considerados adversarios del nefasto “Gobierno del Cambio”.
La operación política en Quintana Roo para la sucesión en los municipios, en el Congreso y en el Estado es silenciosa, los medios de comunicación apenas nos enteramos de lo que es “la punta del iceberg”; no sabemos la cantidad de dinero (lícito e ilícito) que se mueve para echar a andar una maquinaria, que se dedica al espionaje en todos los niveles y con recursos ilimitados. Al final el objetivo es “salvar el pellejo” de quien gobierna para que no termine en la cárcel. Hasta ahí…
Sascab
Un llamado a los representantes de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México en Quintana Roo (CATEM), que es el sindicato que opera con la base trabajadora y dependiente de Morena, para que se pongan de acuerdo, pues mientras Antonio Gamboa García se ostenta como el líder estatal, Mauricio Espinosa dice que es el delegado estatal. No cabe duda que la marca “Morena” le ha redituado a muchos vivales y “vivalas” buenos dividendos, no solo políticos, sino también económicos.
Sobre el autor: Licenciado en Administración de Empresas. Diplomado en “Investigative Jornualism in Climate Security and Energy” por parte de la embajada Inglesa. Curso de Marketing Político por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).