Parte importante de la democracia son las elecciones para elegir a los representantes populares, pero más trascendente es que sean electos por la mayoría de los votantes.
En Quintana Roo las esperanzas de que un partido o por lo menos una coalición logre el 50 más uno del electorado es impensable.
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La legitimación de los triunfos electorales se hace con menos del 30 por ciento de la lista nominal de cada proceso en las elecciones.
En las elecciones del 2022, para gobernador y diputados locales, la votación total fue de 40.68 por ciento. En el 2021, para presidentes municipales, fue del 44.24 por ciento.
Para tener mayor claridad, en las elecciones 2022, de acuerdo con del Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo), se tuvo una la lista nominal de alrededor de un millón 336 mil 519 ciudadanos y tras los resultados solo votaron cerca de 544 mil personas.
Desglosando un poco más, la actual gobernadora Mara Lezama Espinosa ganó por 309 mil 931 votos con la coalición integrada por Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Verde Ecologista de México (PVEM), Partido del Trabajo (PT) y Fuerza por México. El porcentaje de votación fue aproximadamente del 23 por ciento.
Las elecciones concurrentes
A nivel local, las elecciones concurrentes, es decir, federal y especialmente la contienda para la Presidencia de la República, sin duda captará mayor interés del electorado, pero no lo suficiente para que vote el 50 más uno de la lista nominal por un solo partido o coalición, por lo menos en un municipio, pues el abstencionismo es un reflejo de lo que ocurre también a nivel nacional.
En Quintana Roo se habla de democracia sólo porque hay un sistema de partidos o se realizan las elecciones, o en su caso porque los ciudadanos ejercen “libremente” su voto.
La definición más sencilla de democracia es “el gobierno del pueblo”, pero de la mayoría, no de un tercio del pueblo o menos.
La baja participación ciudadana en las elecciones tiene diversos factores, entre ellos está, principalmente, la corrupción, así como la desconfianza en los partidos políticos y en las instituciones electorales.
El Ieqroo ha sido seriamente cuestionado por acuerdos parciales en la definición de candidaturas y en quejas interpuestas por violación a la ley electoral. Ni que decir, del Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo), que ha visto la luz al final del túnel, luego de las revocaciones a sus sentencias por parte de la Sala Regional Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Para este proceso electoral las cosas no pintan bien, pues se trata de un proceso accidentado, lleno de imposiciones y de guerra sucia, que lo único que fomenta es la apatía por votar y el desencanto ciudadano, pues al final de cuentas saben que los únicos que se benefician son los políticos y los partidos.
En el estado son ocho partidos que participan los que participan en las elecciones 2024, en el que se elegirán presidentes municipales y diputados. Del total de institutos políticos, cinco están integrados en dos coaliciones y tres van por cuenta propia.
Todos sin excepción han recurrido a viejas prácticas, las cuales se comprometieron a erradicar y se anticipa que el próximo 2 de junio repitan.
El abstencionismo más que los candidatos o partidos será el enemigo para vencer, pero de ello nadie habla, porque no se quiere reconocer que no hay forma de revertirlo. Legal no es sinónimo de democrático.
Payo Obispo
Con todo lo anterior se antoja difícil pensar también que Morena logre los 600 mil votos comprometidos, en Quintana Roo para la candidata presidencial Claudia Sheinbaum Pardo, del millón 460 mil ciudadanos en condiciones de sufragar en las elecciones del 2 de junio.