Jazmín Ramos | R360
CANCÚN, QRoo.- El confinamiento por el Covid-19 en Quintana Roo como medida de contención contra la pandemia ha propiciado que ejemplares de varias especies salvajes sean vistos en zonas turísticas sobre todo en la franja costera, así como en hoteles de Cancún, Playa del Carmen y Tulum.
Entre los avistamientos de animales incluso en peligro de extinción se encuentra el puma-negro, jaguar, tigrillos, hocofaisanes, reptiles, tucanes, y monos araña, quienes se pasean en las áreas públicas ante la ausencia de los humanos y la falta de actividades turísticas en las costas.
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El biólogo Rubén Borau García, explicó que la observación de especies durante el confinamiento se debe a que los animales al no detectar la presencia de los humanos, van ocupando sus espacios naturales; básicamente el que permanezcan alejados se debe a que le huyen a la contaminación auditiva, ese es su primera señal de alerta.
“En el caso de los especies marinas, al no percibir el ruido de los bañistas y el motor de las lanchas se mueven hacia las zonas bajas e incluso se han tenido avistamiento de delfines que cruzar del mar hacia la laguna, cuando no se tiene presencia de humanos”.
Otro factor que abona al avistamiento de animales en las zonas turísticas, es el hecho de que bajó la contaminación lumínica (luz artificial que degrada los ecosistemas o el estado natural), a la cual le huyen las especie sobre todo los reptiles, por ello es que desde el confinamiento se han observado tortugas y cocodrilos.
Mencionó que incluso la calidad del agua de las playas y lagunas mejoró, esto debido a que las operaciones acuáticas descendieron en algunos casos es nula, además lo hoteles que son los que contribuyen al aumento de nutrientes al mar también disminuyeron sus actividades.
Con esto, argumentó, se demuestra que el virus son los humanos, quienes han incrementado su población y su longevidad, además son extremadamente depredadores, pues en lugar de fomentar el desarrollo sustentable y equilibrado han devastado la selva, así como los humedales a esto se le suma que su consumo no es equilibrado.
“Este cúmulo de factores está afectando los ecosistemas, de ahí, que tanto la flora y la fauna están en constante amenaza. Los animales se alejan cada vez más se su hábitat natural, pues la deforestación, la contaminación auditiva y lumínica los ahuyenta en busca de refugio para salvar sus especies”.
Dijo que a nivel mundial el confinamiento de los humanos ha propiciado el avistamiento de especies que incluso se creían extintas o disminuya la contaminación de las aguas, como en los canales de Venecia, donde se observaron delfines y medusas.
En ese sentido, consideró que el aislamiento debe servir como un espacio de reflexión para modificar los hábitos y consumos, así como establecer medidas más restrictivas que obliguen a los empresarios e industriales al impulso del desarrollo sustentable, más allá del discurso y de un tema de moda.