CHETUMAL, QRoo.- La necesidad de los niños en el proceso de aprendizaje ante la pandemia por Covid-19 y su vocación de servicio la motivaron a convertir el patio de su casa en una “escuela”, en donde 24 estudiantes reciben su instrucción apegada a los lineamientos del programa “Aprende en Casa 2” y con todos los protocolos sanitarios.
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Se trata de la maestra Noemí Guzmán Alcocer, de la primaria “Cecilio Chi” de la ciudad de Bacalar, quien afirma que con el problema de la emergencia sanitaria muchos niños han resultado perjudicados en su nivel de conocimiento y aprendizaje, en especial los estudiantes que inician la educación primaria.
Recuerda que el periodo escolar pasado, los niños de primer grado de primaria, del plantel educativo, tuvieron problemas en el aprendizaje “porque el grupo fue entregado a profesores recién egresados, hubo muchos cambios, luego contrataron a una maestra que resultó ser de telesecundaria y al final los alumnos pasaron a segundo sin saber leer”.
La profesora dice que la instrucción primaria es la base de la educación de los niños, pero la lectura también es parte de la base para adquirir los conocimientos en la formación presente y futura.
“Si pasamos a los niños sin saber leer, aprender a contar ni nada, entonces hay mucho atraso en ellos”, puntualizó.
Preocupada por las necesidades de los niños decidió regresar en este periodo escolar a impartir clases al grupo de primer año de primaria, pues impartía cátedra en otros grados de estudio. Pero además se las ingenió para localizar a los padres de familia, de los 24 niños que conforman el grupo, pues con las complicaciones de la pandemia no se contaba “a la mano” con números telefónicos y direcciones de los papás o tutores.
Así pasó a platicar casa por casa con los papás y les hizo la propuesta de habilitar su vivienda como una “escuela” para que los niños acudieran a sus clases, con las medidas sanitarias que ello implica y de acuerdo al programa de estudio para este ciclo escolar 2020-2021. Los padres estuvieron de acuerdo.
Los niños toman clases en una palapa acondicionada para cubrirse de las inclemencias del tiempo, con piso de cemento. Para prevenir contagios la profesora dividió a los 24 niños en cuatro grupos de seis y estableció horarios y días para que acudan a clases.
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Un grupo de seis estudiantes va de 08:00 a 10:00 horas; otro, de 10:00 a 12:00 horas, los lunes; los martes van los otros dos grupos en los horarios señalados. Esto se repite los miércoles y jueves, es decir los grupos de los lunes regresan los miércoles y los grupos de los martes los jueves. Mientras que el viernes imparte clases de una hora a cada uno de los cuatro grupos. Cuando no les toca ir de forma presencial tienen que cumplir con sus actividades escolares desde sus casas y enviar la tarea a la maestra para revisión e integración en su carpeta de experiencias.
Los niños son instruidos de acuerdo al programa de estudios y a la planeación del periodo escolar vigente, que contempla la enseñanza a través de los medios a distancia. Por ello a través de un proyector les pone en pantalla lo que corresponde a cada día de estudio, además de enseñarles a leer y escribir, así como reforzar su aprendizaje con otras actividades educativas.
Para evitar contagios en la palapa habilitada como aula se tienen colocadas seis mesas separadas contemplando la sana distancia, los niños asisten con cubrebocas que no se quitan durante el tiempo que permanecen en el lugar. Se cuenta también con tapetes desinfectantes y gel antibacterial. En el caso de ella también toma las medidas sanitarias respectivas.
Los niños están a gusto y los padres también, pues ellos mismos los recogen. La puntualidad es algo que se ha respetado por parte de los mismos papás y que está haciendo funcional este sistema.
Además de que las autoridades de la primaria “Cecilio Chi” están al tanto de esta forma de trabajo con los niños y como hay autorización de los propios padres de familia no ven ningún problema, pues todo lo que abone a una mejor enseñanza de los niños es bienvenido y más en estos momentos.
Guzmán Alcocer comenta que la falta de asistencia de los niños a las escuelas de forma presencial genera muchos atrasos en el aprendizaje.
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“A los padres de familia se les complica el envío de las tareas en estos momentos, hacer tareas con sus hijos es estresante; se estresan más de lo que ya están por no tener trabajo. Es necesario regresar a las escuelas cuando las condiciones lo permitan; anhelo estar con los niños en las aulas y darle la instrucción que ellos se merecen”, concluyó.
