David Acosta | R360
CHETUMAL, QRoo.- “No tenemos luz, agua, carreteras, ningún servicio; vivimos aquí por necesidad”, dijo doña Argelia, integrante de unas de las más de cuatro mil familias con falta de certeza jurídica que habitan en los asentamientos irregulares de Chetumal.
Doña Argelia Ávila Salazar vive con su esposo, de oficio taxista, en la colonia irregular “Carlos Joaquín González”, de reciente creación, apenas hace unos dos años.
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Debido a sus condiciones humildes se vieron en la necesidad de ocupar lote en este asentamiento, no es la primera vez que les ocurre pues arribaron de la colonia, también irregular, Nuevo Progreso, por falta de certeza jurídica y cuyos terrenos están a punto de ser arrebatados a las familias por la inmobiliaria Tamalcab.
Aunque la colonia irregular, que lleva actualmente el nombre del gobernador de Quintana Roo, es relativamente nueva ya habían estado una primera vez en el 2008 ocupando un predio, incluso con orden de ocupación y con un pago de mil pesos. No obstante fueron retirados y sus casas destruidas; entonces la demarcación territorial no tenía nombre.
Ahora por segunda ocasión, y ante la imposibilidad de adquirir una casa de interés social, intenta junto con su esposo lograr la regularización y por lo menos han evitado no ser desalojados, hasta el momento.
“No tenemos dinero, estamos esperando a ver si logramos la regularización, pero nada hasta el momento, ya hablamos con el gobernador pero ni porque la colonia lleva su nombre hemos tenido una respuesta favorable”, comentó doña Argelia.
De hecho la razón por la que los colonos eligieran ponerle Carlos Joaquín al asentamiento fue para que el mandatario estatal estuviera al pendiente y “para quedar bien”.
Con ella cerca más de 300 familias tienen un lote en el asentamiento y también padecen de la falta de servicios públicos básicos como calles, energía eléctrica y agua potable.
De forma clandestina algunos están “colgados” al poste de energía más cercano y de la misma manera ocurre con el agua, desde una toma domiciliaria sin registro, pero la mayoría tiene que caminar para traer agua en recipientes o sacar agua de pozos.
La falta de alumbrado público genera un espacio propicio para la delincuencia durante la noche y madrugada. Además pone en riesgo a los estudiantes que diariamente acuden a la escuela desde antes que salgan los rayos del sol y después de que se ocultan.
Con sacrificio están sacando una pequeña tienda de abarrotes para satisfacer al menos los gastos diarios de alimentación.
La zona se ha vuelto una bomba de tiempo, pues la mayoría de las familias cocina su comida con carbón o leña, en un área donde las casas son de madera y láminas de cartón; muy pocas son de concreto.
El tema de salubridad también está pendiente, ya que no pasan a fumigar, no hay visitas por parte del área de vectores de la Secretaría de Salud y por si fuera poco se ven en la necesidad de tirar su basura en algún área de monte detrás de la colonia o pagar para que se lleven residuos inorgánicos a otros puntos de la ciudad; a la materia orgánica le prenden fuego.
De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Territorial Urbano Sustentable (Sedetus) en Quintana Roo hay por lo menos unas 419 asentamientos irregulares, en donde habitan al menos 60 mil familias, y para lograr su regularización se requiere de aproximadamente más de dos mil 300 millones de pesos, sin embargo no se cuenta con los recursos.
Del total de estas colonias, 262 se encuentran en terrenos privados y 59 en propiedades del Gobierno del Estado.
Actualmente solo están en proceso de regularización 59, de los cuales 17 están en Benito Juárez; 15, en Felipe Carrillo Puerto; 15, en Othón P. Blanco; seis, en Cozumel; tres, en Tulum y tres, en Isla Mujeres.