David Acosta | R360
CHETUMAL, QRoo.- Se abrieron las puertas principales y salieron desconcertados. El movimiento de sus maestros los confundía, y algunos tomados de la mano, fueron puestos en el estacionamiento. Su asombro creció al ver llegar a policías y bomberos.
El lunes parecía un día de clases habitual en el Centro de Desarrollo Infantil (Cendi) 2 del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Quintana Roo; los padres dejaron a los 265 niños desde las 07:30 horas.
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Poco después de iniciar la jornada de labores, llegó a la institución particulares para retirar un tanque estacionario de gas butano que al parecer estaba en desuso e instalado en el techo de la cocina del Cendi 2.
Sin embargo, alrededor de las 9:30 horas, en las instalaciones se comenzó a sentir un fuerte olor a gas que invadió todo el edificio. De inmediato el personal del centro investigó de dónde provenía y resultó que se había registrado un problema con el tanque estacionario.
Ante tal situación las autoridades de la guardería con servicio de educación preescolar no tuvieron más remedio que evacuar a los niños de sus aulas, quienes vestían de playera y short blanco, así como al personal, tanto docente como administrativo. El hecho generó temor por lo que se tuvo que dar aviso al 911.
Los niños, aún con mandiles escolares, fueron llevados a las afueras del plantel y no se notificó de inmediato a los padres a pesar de lo delicado del acontecimiento. Los alumnos de entre cuatro y cinco años de edad, permanecieron en las afueras del plantel, muchos en el sol y sentados en el suelo, mientras las autoridades de auxilio realizaban la revisión del tanque en el edificio ubicado en la avenida Insurgentes esquina Florencia.
De acuerdo con personal de Protección Civil, el problema ocurrió cuando, después de desconectar el tanque estacionario con capacidad de mil litros, los trabajadores intentaron bajarlo del techo. La falta de pericia y lo pesado del cilindro, así como el insuficiente equipo, provocó que cayera del techo y se rompiera una de las válvulas.
El tanque, de metal y pintado de color blanco, aunque no se utilizaba tenía en su interior gas que se fugó tras caer al suelo y se propagó hacia al interior del edificio causando alarma.
Las autoridades de emergencia acordonaron el área con hileras de banderines de diversos colores, para evitar que la gente saliera o entrara del área que se supuso segura.
Los padres de familia comenzaron a ser notificados del incidente una vez que el personal de Protección Civil, policías y bomberos arribaron al sitio.
Varios padres se molestaron ante la situación, incluso señalaron como negligente que la Dirección del Cendi haya autorizado el retiro del tanque en horario de clases o actividades, por lo que señalaron que interpondrán su queja ante las autoridades competentes ya que se puso en riesgo a los niños.
Las actividades en el plantel finalmente tuvieron que ser suspendidas y se pidió a los padres pasar por sus hijos, no a las 15:00 horas como todos los días de actividades. Se les notificaría, más tarde, si se reiniciaban las actividades mañana martes. El tanque, sería retirado pero hasta que se realizara una supervisión total, permaneció tirado en el patio de la guardería.
Trascendió que el cilindro estacionario sería vendido a un particular y éste envió a personal con poca preparación para desinstalar, maniobrar y trasladarlo.
Diana Montufar, directora del Cendi 2, simplemente dijo que se trató de un “residuo” de gas que se fugó al romperse una válvula. Agregó que además de los 265 niños se evacuó a las 59 personas que trabajan en el plantel y que según ella se actuó conforme al protocolo.
Personal de los dos Cendi, 1 y 2, tuvieron que apoyar en las tareas de evacuación y vigilancia de los niños, algunos portaban chaleco antireflejante.
La supervisión de las instalaciones duró más de una hora. En el sitio permaneció un carro tanque con algunos bomberos por un lapso de tiempo más; pasadas las 11:15 horas algunos padres aún no pasaban por sus hijos.