Jazmín Ramos | R360
CANCÚN, QRoo.- Desarrolladores de proyectos turísticos en los municipios de Benito Juárez, Puerto Morelos y Tulum, aprovechando el aislamiento por la emergencia sanitaria del Covid-19 y la inacción de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la cual se encuentra acéfala (desde que entró la administración federal); dieron inicio a sus respectivas obras, devastando manglar, afectado la duna costera y zonas arrecifales.
Ciudadanos, a través de las redes sociales, así como activistas y líderes de organizaciones ambientales, denunciaron que durante el confinamiento, se pusieron en marcha los trabajos de varios proyectos que atentan contra el medio ambiente y son violatorias al Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial de la región denominada Corredor Cancún-Tulum (POET).
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Las obras corresponden al dragado de toneladas de arena en Puerto Cancún, para modificar las condiciones de la playa y la duna costera; la tala de manglar en el litoral Lagunar Nichupté, frente plaza Kukulkán; el relleno de humedales en un predio ubicado la supermanzana 1, manzana 16, lote 1 de Puerto Morelos; así como la destrucción de la playa y la duna costera en Tulum, cerca de las Bahías de Chemuyil y Chemuyilito, al norte del Santuario de la Tortuga Marina Xcacel-Xcacelito.
Estos proyectos no solo atentan contra el medioambiente, también iniciaron en plena contingencia, incumpliendo las órdenes oficiales de parar actividades, no esenciales poniendo en riesgo a los trabajadores que realizan las obras.
La promesa de revisar irregularidades
Esto motivó que el tema de los ecocidios en Quintana Roo fuera abordado en la conferencia mañanera del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, el pasado 27 de abril.
El Ejecutivo federal estaba acompañado ese día por la secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS) Luisa María Alcalde Luján, quien ventaneó a las empresas que no han cerrado a pesar de la contingencia fue entonces, que una reportera cuestionó por qué se permitían las obras en Puerto Cancún, a pesar del aislamiento.
Ante ello, López Obrador, aseguró que tanto la STyPS y la Semarnat, revisarían el proyecto inmobiliario de Puerto Cancún; primero por continuar con las obras durante la pandemia y luego por el tema ambiental, debido a las denuncias de ecocidio por el dragado de la playa.
Sobre el caso, mencionó que le pedirá a Víctor Manuel Toledo, titular de la Semarnat, que haga un reporte de la situación de la empresa, a fin de verificar los permisos y la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA).
En ese sentido, la presidenta del Grupo Ecológico del Mayab, Araceli Domínguez Rodríguez, dijo que ojalá López Obrador de la instrucción para que se investigue el caso de Puerto Cancún, la devastación del mangle en el litoral de la Laguna Nichupté y Puerto Morelos, así como las obras de Chemuyil y Chemuyilito; pues lo que ha visto de la Cuarta Transformación (4T), es que no hay interés en el medio ambiente.
Mencionó que, prueba de ello es que la Semarnat está prácticamente desarticulada, se encuentra acéfala desde que inició la administración, al igual que todas las dependencias del sector ambiental; por ello, espera que realmente se verifiquen estos proyectos, se cumplan las condicionantes y se finque responsabilidad.
Dijo que es lamentable que el actual gobierno no priorice el medio ambiente, permitiendo este tipo de irregularidades; en el caso del Grupo Posadas, los permisos se entregaron en la 4T, cuyo proyecto pone en riesgo el Santuario de la Tortuga Marina.
Y fue más allá, al indicar que, bajo el pretexto de la austeridad, se redujo significativamente el presupuesto al rubro ambiental, cuando es un derecho contar con un medio ambiente sano; sin embargo, se sacrificaron las dependencias del ramo, y ahora no tienen ni gasolina para hacer las inspecciones.
Mientras tanto, la activista Fabiola Cortés Miranda, presidenta de Somos Tus Ojos – Transparencia por Quintana Roo, consideró que el anuncio de López Obrador de investigar Puerto Cancún quedará en una promesa, pues en eso se han convertido las mañaneras, en un derroche de promesas y en una visión de país que no siempre es concordante con la realidad.
Manifestó que otra cosa sería sí en ese momento hubiera llamado al titular de la Semarnat y le ordenará que se frenara la obra, porque solo así, se confirmaría que la indicación se cumpliría de forma rápida y expedita.
“Pero la verdad, es que no va admitir frente al país, que no sabe, ni qué va pasar o que va dejar que continúen depredando; entonces opta por la promesa, es ya, una forma de actuación política muy propia del Presidente”.
En ese sentido, mencionó que es terrible lo que está padeciendo Quintana Roo, cuando su principal activo es el medio ambiente, pero lo grave es que no se ve que vaya a parar, si está menoscabada la estructura de la Semarnat y hay una ausencia total de la Profepa.
“Eso ya lo había anunciado desde sus inicios López Obrador, dijo que se iba a prescindir de la Profepa y los inspectores para evitar la corrupción, pero es una medida drástica y absurda, inútil e ineficiente que está permitiendo la devastación como no la habíamos visto en muchos años”.
Si bien, argumentó, es verdad que imperaba la corrupción en las dependencias del medio ambiente, lo cual es reprobable, las figuras funcionaban, aun con sus estires y aflojes de la sociedad civil, los grupos ambientalistas y los desarrolladores, pero ahora, es vía libre.
Ejemplo de ello, comentó, es Xcacel-Xcacelito con el Grupo Posadas; esos permisos se liberaron en esta administración y los empresarios en su loca carrera aprovecharon la emergencia sanitaria para comenzar los trabajos afectado el ecosistema de la zona.
LOS CASOS, DENUNCIAS Y ACCIONES
En redes sociales durante el mes de abril, ciudadanos, activistas y organizaciones sociales han denunciado al menos cuatro casos de desarrolladores que, aprovechando el aislamiento, comenzaron las obras de proyectos polémicos por el impacto invasivo al medio ambiente.
El primero de ellos, es la construcción de 600 condominios de lujo en Puerto Cancún, en el cual se contempla una playa artificial. Este proyecto tiene un largo historial de destrucción con el relleno de varias hectáreas de mangle, junto al bulevar Kukulcán.
En Puerto Cancún se edifica el complejo inmobiliario Marina SLS Harbour, en el que comenzaron el dragado para la recuperación de playa, sin contar con un proyecto que debe estar avalado por los tres niveles de gobierno; es decir un equipo interdisciplinario que evalúa el impacto de la extracción de arena, porque al realizar este procedimiento se arrasa con la vegetación marina y se daña el arrecife coralino.
Sobre este caso, la asociación civil Defensoría Internacional de los Derechos Humanos, interpuso una denuncia ante la Profepa por las obras de construcción y extracción de arena para el balneario artificial, toda vez que vulneran la ecología de las playas de Quintana Roo y de varias especies marinas.
En ella, se expone que la extracción de arena para la ampliación de playa y duna costera afecta directamente a las especies de coral que hay en los arrecifes cercanos, debido a que al liberar los sedimentos los sofoca, disminuyendo la capacidad de alimentarse y reproducirse.
La queja está fundamentada en el Artículo 60 de la Ley General de Vida Silvestre, en el cual se prohíbe la remoción, relleno, trasplante, poda, o cualquier obra o actividad que afecte la integralidad del flujo hidrológico del manglar, del ecosistema y su zona de influencia para los proyectos turísticos.
Pero esta obra no solo tiene un impacto ambiental, sino que también es violatoria a las acciones de contención del Covid-19, porque en ellas se estableció que quedaban suspendidas las actividades no esenciales, entre ellas, la industria de la construcción.
El proyecto contempla dos torres de unidades residenciales y 45 habitaciones de un hotel de lujo a cargo de la Inmobiliaria Group y Ucalli, cuya inversión supera los mil millones de dólares.
Los permisos expedidos a la desarrolladora FRBC-PC Club Dos, S. de R.L. de C.V, estuvieron a cargo de Alfonso Flores Ramírez, director general de Impacto y Riesgo Ambiental de la Semarnat, a quien se le atribuye el ecocidio de Malecón Tajamar, mientras que la Mia estuvo a cargo del biólogo Luis Miguel del Villar.
Un caso más perpetuado durante el aislamiento, es la tala de manglar del litoral Lagunar Nichupté frente a Plaza Kukulcán. Este espejo de agua ha sido el más impactado en la historia de Cancún, pues desde sus inicios se dragó, con el paso del tiempo algunas zonas entraron en un proceso de eutrofización (exceso de nutrientes), de ahí la necesidad de conservar los humedales.
La participación de la sociedad civil en este caso fue fundamental, ya que en varios perfiles de Facebook, se publicaron fotografías donde se realizaban trabajos de desmonte con maquinaria pesada afectando los humedales, tras la presión, la Secretaría de Ecología y Desarrollo Urbano del municipio de Benito Juárez suspendió las obras.
Armando Lara De Nigris, titular de la dependencia, informó que se emitió un apercibimiento a la desarrolladora y se advirtió que, a pesar de que los trabajos debían detenerse, tenían la obligación de pagar el salario de los trabajadores, quienes aún con la contingencia habían estado laborando.
De este caso, la asociación Grupo Ecologista del Mayab presentó una denuncia en la Profepa y en la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), que es a la instancia que le corresponde velar por los manglares del Sistema Lagunar Nichupté y también se presentó la denuncia ante la dirección municipal de Ecología.
Según los ambientalistas, estos trabajos de tala de mangle con maquinaria pesada violentan las leyes de protección al manglar especificadas en la NOM 059, la cual considera a los humedales especie protegida.
En la queja se especifica que no solo incumplen con la ordenanza, sino que además se tiene que investigar el porque sí se está en confinamiento por la pandemia y la obra no forma parte de las actividades esenciales, seguían laborando.
Mientras tanto, en Puerto Morelos, se utilizó la misma logística, se aprovechó el aislamiento y la baja operatividad de las autoridades de los tres órdenes de gobierno para meter maquinaria a un predio ubicado en la supermanzana 1, manzana 16, lote 1 de Puerto Morelos de la empresa Terrenos y Construcciones del Puerto y José Isidro Guillén Zapata.
Pobladores de la zona, acusaron a los particulares de aprovechar la inactividad por el confinamiento para talar y rellenar un manglar en Puerto Morelos, ahí sigilosamente se metió maquinaria pesada arrasando con los humedales.
No es la primera vez que la empresa incurre en irregularidades, de hecho hace dos años se interpuso una queja ante la Profepa y también en la entonces Procuraduría General de la República (PGR).
Pese a ello, las autoridades han sido omisas; y ahora, ante el confinamiento volvieron a reincidir trabajos de desmonte y relleno. Se informó que a mediados de abril, en el predio antes mencionado, entraban y salían camiones volquetes con material de relleno.
A pesar de que se notificó tanto a la Semarnat y a Profepa, no han enviado inspectores a la zona, por lo tanto los trabajos continúan.
Pero las conflagraciones ambientales no terminan ahí, pues en Tulum, el Grupo Posada bajo el amparo de la contingencia sanitaria, comenzó con las obras complementarias de servicios turísticos en un predio situado en las Bahías de Chemuyil y Chemuyilito, al norte del Santuario de la Tortuga Marina Xcacel-Xcacelito.
El caso generó la indignación ciudadana debido a la gran diversidad de flora y fauna que ahí cohabita, que brinda servicios medioambientales, no solo al estado sino a toda Península de Yucatán, y potencializa el daño a los arrecifes, que a nivel mundial tienen una pérdida del 50 por ciento por las actividades humanas.
Uno de los primeros en denunciar el ecocidio del Grupo Posadas, fue el activista Roberto Herrera en su cuenta de Facebook; quien consideró que la encerrona de ciudadanos ha sido usada por varios empresarios sin escrúpulos, cínicos y depredadores para devastar mangle y afectar gravemente ecosistemas con el área natural protegida Xcacel-Xcacelito cercana donde se construye “una mole”, con permisos otorgados por la 4T.
Añadió que el medio ambiente es un tema en el cual López Obrador ha fallado totalmente; “que tal una manifestación con sana distancia para exigir el freno a la devastación. Eso, de que estos son tiempos de reflexión, no vale para los avariciosos empresarios y políticos, que son una plaga más letal que el coronavirus”, refirió en su publicación.
Sobre esos hechos, el Grupo Ecologista del Mayab y 25 asociaciones civiles locales, nacionales e internacionales interpusieron denuncias ante Profepa contra el proyecto denominado “Obras complementarias para el desarrollo de servicios turísticos”, promovido por el Banco Actinver, S.A. I.B.M.
Al respecto, Domínguez Rodríguez, emitió un comunicado detallando las irregularidades de las obras, en las cuales el Grupo Financiero Actinver aparece como fiduciario del Fideicomiso Número 2959 “Fideicomiso Chemuyil”, ubicado en las Bahías de Chemuyil y Chemuyilito, al norte del Santuario de la Tortuga Marina Xcacel-Xcacelito.
El documento menciona que los trabajos violan lo que establece el Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial de la región denominada Corredor Cancún Tulum (POET), publicado en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Quintana Roo, el 16 de noviembre de 2001.
El proyecto en cuestión se ubica en (2) Unidad de Gestión Ambiental (UGAs); UGA 7 y UGA M1. En la UGA 7, el criterio ecológico MAE 5 indica que se prohíbe la extracción de arena de playas, dunas y lagunas costeras; y a pesar de ello, de acuerdo a la información recabada, así como las fotografías expuestas sobre el proyecto, claramente se ve que modificaron la duna para la extracción de arena.
La ordenanza ambiental cita que la construcción de edificaciones podrá llevarse a cabo después del cordón de dunas, a una distancia no menor de 40 metros de la zona federal y en altura máxima de 6 metros; pero las obras se ubican dentro de los 40 metros posteriores al área costera.
Además, se prohíbe la instalación de cualquier tipo de infraestructura, sin embargo, ya pusieron los supuestos arrecifes artificiales y los espigones para montar lo que serán los palafitos-suites dentro del mar. A esto se añaden la alteración y remoción de pastos del fondo marino, al poner las estructuras dentro de la playa, modificando el fondo marino.
Una irregularidad más es que no está permitida la construcción de cualquier tipo de estructura promotora de playa y también ejecutaron ese procedimiento para promover su playa artificial, lo que generó eliminación de manglar y pastos marinos, alterando la calidad del agua; prácticamente modificaron el litoral costero, dañando el hábitat de las tortugas marinas, tanto en la zona de la duna como en el mar.
Ante ello, hicieron un llamado a Profepa y Semarnat para detener la destrucción del hábitat de los quelonios y el riesgo para el Santuario de la Tortuga Marina de Xcacel-Xcacelito.
Hasta el momento, las autoridades no han dado una versión sobre las obras de Grupo Posadas, ni los tres casos más que se ventilan en redes sociales y medios de comunicación, violentando no solo las leyes ambientales, sino las disposiciones de confinamiento establecidas por las propias autoridades federales debido a la pandemia del Covid-19.
La única observación, la hizo López Obrador sobre el caso Puerto Cancún, obligado por el cuestionamiento de una reportera durante su conferencia mañanera, en donde aseguró que se investigarían los permisos de ese desarrollo.