Sean bienvenidos a una entrega más de Retrocollector, en esta ocasión les hablaré de un tema muy polémico, los emuladores. En resumen, un emulador es un software o programa, que permite ejecutar videojuegos o consolas en una plataforma distinta a la cual fueron programados y escritos de manera original.
Aunque este tema no tiene que ver directamente con videojuegos retro, es un debate muy recurrente entre los videojugadores y coleccionistas, por diversas razones.
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Aquí no hablaré del tema legal, el cual es muy complicado y nos desvirtuaría del propósito inicial: ¿Utilizar emuladores es bueno o malo?, ¿se reduce la experiencia nostálgica y pura de jugar videojuegos retro?
Nintendo es una marca que vive de su mercadotecnia y sabe que la nostalgia vende, como caso concreto, el lanzamiento de sus “Classic Edition” en 2016, de la NES y la SNES, sus dos primeras consolas de sobremesa. Una decisión polémica, ya que básicamente era un emulador dentro de una réplica a escala de la consola original, con una selección escasa de juegos clásicos, puerto HDMI y un precio algo elevado para lo que ofrecía (60 dólares).
Pero la Nintendomanía vende y el merchandising resulta muy valioso, las ventas de estos productos fueron buenas y hoy en día son solicitadas entre los coleccionistas, ya que son un producto oficial, que tuvo un lanzamiento limitado y hoy se venden a un precio más elevado de lo que inicialmente fueron ofertados.
Esta acción se volvió moda, más tarde marcas como Atari, Sega, Coleco o Intellivision aprovecharon para lanzar productos similares de sus consolas retro.
Sin embargo, hay opciones más accesibles en el mercado, como la Raspberry Pi, una potente placa que se conecta a una PC y tiene la capacidad de emular muchas consolas y con una relación costo/beneficio mucho mejor que comprar todas las consolas “mini” antes mencionadas.
Por ello, el debate lleva años existiendo entre la comunidad retro, y actualmente hay múltiples puntos a favor y en contra de los emuladores, enlistados a continuación:
Pros
- Su costo es gratuito en la mayoría de los casos
- Se puede acceder a juegos raros o difíciles de conseguir en pocos segundos
- Sólo necesitas una computadora, celular o tablet para jugar
Contras
- En la mayoría de los casos, es ilegal descargarlos
- La experiencia de juego no es la misma
- El formato físico y coleccionable se vuelve obsoleto
Hay otros puntos debatibles, algunas compañías que persiguen la piratería y tienen una política estricta de derechos de autor, como Nintendo o Sony, que aseguran que genera pérdidas para la industria; sin embargo, otros afirman que los emuladores y ROMs (juegos virtuales descargados) preservan y extienden el nombre de la empresa y ayuda a que los videojuegos lleguen a lugares donde es difícil poder comprar un videojuego de forma física.
El debate en la escena retrogaming
En el caso de la escena retrogaming, los más puristas defienden que nunca será igual jugar, por ejemplo, un Silent Hill, un Halo o un Super Mario World en un emulador, a hacerlo en la consola original, con el control original, insertando el cartucho o disco original en la consola, en una televisión CRT de dichas épocas, como si se jugara en el año que el juego salió al mercado.
Aunque existen marcas que han lanzado controles muy fieles a los originales, caso 8bitdo con los controles inalámbricos SNES30, que simulan los clásicos controles de Super Nintendo, el debate sigue siendo el mismo: emular jamás se comparará con la nostálgica y metódica experiencia de jugar un videojuego retro.
Al final, yo estoy a favor de la segunda postura, no me gustan los emuladores, aunque reconozco su impacto e importancia en cierto sector, al ser coleccionista de videojuegos retro y actuales, para mí la experiencia de jugar videojuegos retro en su formato original, jamás será igualada o superada.
Esto es todo por la entrega semanal, la próxima hablaremos sobre las mejoras y adaptaciones que se pueden hacer para mejorar tu experiencia jugando videojuegos retro. ¡Hasta la próxima!