CIUDAD DE MÉXICO.- La guerra en Ucrania ha propiciado que miles de personas huyan de su país y terminen en lugares tan lejanos para ellos, como Quintana Roo y Yucatán, en los que buscan comenzar de nuevo.
Se cumplen casi dos años de la invasión rusa a Ucrania, y entre los más de 70 mil 300 desplazados que han llegado a México, un número sin cuantificar se ha establecido en Quintana Roo, aprovechando el auge de la hotelería, y a que hablan varios idiomas.
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El vicecónsul ucraniano en Quintana Roo, Manuel Herbeles Rascón, informó en 2022 que 450 ciudadanos de ese país residían en el Estado, pero han ingresado más de 15 mil viajeros temporales en ese año a Cancún.
El objetivo primario de muchos no era quedarse en la Península de Yucatán tras huir de la guerra de Ucrania, pues, según datos del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Comisión Nacional de Ayuda a Refugiados (Comar), deseaban llegar a Estados Unidos.
Al no lograr su objetivo se han establecido en Quintana Roo, Yucatán, Baja California, Chihuahua, Ciudad de México, Jalisco, Estado de México, Nuevo León, Guanajuato y Chiapas.
Una historia curiosa es la de Planvicko Cheftal, quien a sus 26 años abandonó Kiev, uno de los lugares más golpeados por la guerra de Ucrania, gracias a un permiso especial, pues era el único responsable de sus padres enfermos. En su país, por el conflicto, se emitió una ley marcial para evitar la salida de hombres de entre 18 y 60 años emigrar, por ser aptos para el reclutamiento militar.
Los viudos con hijos, con enfermedades crónicas y los que podían negociar el envío de armas, también recibieron permisos de salida.
Planvicko ha aprendido poco español, el suficiente para contar que primero llegó a Polonia con sus padres, y después viajaron a Francia, donde vive una tía, quien los ayudó con el alojamiento. Fue ahí donde conoció a Perla, una mexicana de quien se enamoró y con quien decidió viajar más de ocho mil kilómetros en avión hasta Mérida, Yucatán
Cuenta desde Mérida, donde se estableció, que “la culpa siempre pesa, debí defender mi país”.
Hablar, además, inglés y francés, y aprender español, le permitió aprender sobre los mayas, y logró colocarse como guía de turistas, además de completar el gasto como mesero.
Recuerda que antes de la guerra de Ucrania estudiaba ingeniería, “y ojalá pudiera conseguir trabajo de eso, pero ya inicié el trámite de refugiado, aunque es tardado”, afirmó.
Los efectos de la guerra de Ucrania en México
Entre febrero de 2022 y enero pasado, 216 ucranianos solicitaron asilo en México, frente a los dos que lo hicieron durante todo 2021, antes de la guerra en Ucrania.
Según la Comar, en 2022 llegaron a México 44 mil 968, casi el doble de los que llegaron en 2021 (28 mil 228). Según el INM, en el frenesí por cruzar la frontera, Ciudad Juárez llegó a albergar hasta dos mil a la semana, y Tijuana, hasta tres mil.
Aunque el presidente estadounidense Joe Biden anunció desde marzo de 2022 que su país recibiría hasta 100 mil refugiados ucranianos, las citas han sido escasas”, señalan expertos en migración.
“Me siento muy afortunada por tener muchos amigos, sin ellos no hubiera subsistido”, afirma Oleksandra Kovalyova, quien se escondió antes de la ocupación en sótano de hotel de Lviv, de donde logró llegar a Kiev, y es uno de los pocos casos de éxito en llegar a Estados Unidos, tras un penoso periplo por Suiza, Francia, Dinamarca, Alemania, Perú y México.
Se casó con un estadounidense y da clases en línea. Recuerda que a Tijuana llegó desde Perú y fue recibida por una amiga rusa que estudiaba en esa ciudad y la ayudó a cruzar.
“Estoy aquí, triste porque tengo muchas amigas y amigos que han tenido que regresar a Ucrania porque no han encontrado trabajo en otros países. Muchos más siguen en mi país”, señala.