KANTUNILKÍN, QR.- La comunidad de El Naranjal continúa atrayendo el interés de especialistas por su relevancia histórica dentro del mundo maya. Investigadores han señalado que este asentamiento, ubicado en la región de Yalahau, entre Holbox y Chiquilá, funcionó como un centro comercial estratégico conectado a zonas pantanosas y canales naturales que favorecían el intercambio de bienes.
De acuerdo con el pedagogo e investigador Johny Madera Uc, los estudios arqueológicos más recientes confirman que El Naranjal presenta características arquitectónicas propias de regiones bajas, lo que da nuevas pistas sobre el desarrollo de sus estructuras y su organización social.
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Investigación profundiza en el origen de El Naranjal
Durante los años 2000 y 2001 se formularon diversas hipótesis sobre las etapas constructivas del sitio, correspondientes a los periodos Preclásico y Clásico. Estas investigaciones detallan el tipo de materiales empleados y comparan las piedras labradas del asentamiento con las utilizadas en Petén, Guatemala. Tales similitudes sugieren posibles vínculos culturales y comerciales entre ambas regiones, reforzando la idea de que El Naranjal tuvo un papel relevante en redes de intercambio a gran escala.
Otros estudios destacan que el poblado estaba conectado mediante un sacbé, camino blanco, con el pueblo de San Cosme, que a su vez enlaza con la zona arqueológica de Cobá. Las excavaciones también han revelado fragmentos de una figura de piedra asociada con la creación de un alux, lo que añade un componente ritual al valor cultural del sitio. Estos hallazgos fortalecen la hipótesis de que El Naranjal no solo fue un punto comercial, sino un espacio con prácticas simbólicas propias.

De acuerdo con documentos históricos, el asentamiento moderno fue fundado en 1940 por familias provenientes de Valladolid, Yucatán. Su nombre, El Naranjal, deriva de la abundancia de árboles de naranja reportada por los primeros pobladores que arribaron a la zona. A casi un siglo de su establecimiento, la comunidad mantiene un fuerte vínculo con su pasado maya, convirtiéndose en un punto de interés para investigadores y visitantes que buscan comprender mejor la historia del norte de Quintana Roo.
En suma, los estudios recientes continúan posicionando a El Naranjal como un referente arqueológico que permite comprender la dinámica comercial, cultural y ritual de los antiguos mayas.

