CHETUMAL, QR.- En el Hospital General de esta ciudad dos enfermeras más resultaron electrocutadas, al utilizar el equipo médico. La dirección informó que la capacidad para resolver los desperfectos fue rebasada.

Una de las enfermeras, de nombre Andrea, sufrió la descarga eléctrica el pasado 24 de octubre, en el área de pediatría, un día después que su compañero resultó electrocutado al utilizar una toma de oxígeno durante su jornada laboral y que lo mantuvo internado en  estado de salud grave.

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Noemí, quien labora en el hospital y es pasante del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep) de Chetumal, fue víctima también de una descarga eléctrica el pasado 30 de octubre.

Pese a esta situación las autoridades del centro hospitalario no han podido encontrar la falla o desperfectos para corregir el problema, aunque los trabajadores de la salud atribuyen el problema a la filtración de agua que hay en varios puntos de las instalaciones médicas y pasillos.

“Los responsables de mantenimiento solo llegan a ver el equipo, realizan una leve revisión y se retiran”, resaltaron.

En el Hospital General se observan cubetas para colectar el agua que cae del techo y no generar encharcamientos, asegura el personal médico y de enfermería.

Autoridades del Hospital General, rebasadas

La directora Liliana Esther López Torres envió un oficio, con número IMSS BIENESTAR-DHGCH-DIR-X-2920-2024, a la Coordinación Estatal del IMSS-Bienestar, a la que ahora pertenece el Hospital General de Chetumal, para solicitar ayuda y en el que acepta que “nuestra capacidad diagnostica se encuentra rebasada”.

En el documento expone y confirma el problema de las descargas eléctricas y hace referencia al caso del enfermero que fue internado, además pide que sea una empresa externa la que realice el diagnóstico para detectar y resolver los desperfectos.

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El hecho que destapó el problema en el Hospital General ocurrió el 23 de octubre pasado, cuando un enfermero durante su jornada laboral hizo contacto con una toma de oxigeno y recibió una descarga eléctrica por al menos 20 segundos.

Fue internado en la clínica Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) de esta capital, por la gravedad de las lesiones por varios días, aunque ya fue dado de alta.

Ahora la directora López Torres intenta obligarlo a firmar una falsa declaración de los hechos, para evitar un mayor escándalo, así como un perjuicio para el hospital y la Secretaría de Salud (Sesa) que sigue sin fijar una postura al respecto.

“Buscan que diga que el hecho ocurrió en uno de los pasillos y no cuando hizo contacto con la toma de oxígeno, al momento de preparar el equipo para canalizar a un paciente”, revelaron los trabajadores de la salud.

Agregaron que “también quieren que asegure que no usaba la ropa y calzado adecuado, es decir, el uniforme respectivo para su trabajo”.

La subjefa de enfermeras Vilma Domínguez Itzá y al jefe de mantenimiento “Guenadi”, son también señalados como responsables por hacer caso omiso a los reportes de los trabajadores, pues antes de que se diera a conocer el caso del enfermero, otra enfermera y un médico habían sufrido descargas, lo cual fue hecho de conocimiento de las autoridades del centro hospitalario, vía oficio.

Las autoridades del hospital han  iniciado una “cacería” en contra de los trabajadores para saber quién está filtrando información, destacó el personal.

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