Dio inicio el cambio en la XVI Legislatura, por fin. Pero es el cambio de legisladores quienes se quitan casaca, bandera o puesto político, para correr por el siguiente. Así comenzaron los trabajos en estos dos días de sesiones del Poder Legislativo, que reinició sus trabajos este lunes y martes en la capital del estado.
En la jerga periodística un cebollazo es la lisonja, es alabar o es la exaltación de los atributos de un político. Y así transcurrió esta sesión.
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Fueron las legisladoras panistas quienes se disputaron los reflectores para exponer sus intereses políticos, siempre bien revestidos de la desgastada frase “por el bien de los quintanarroenses” que, como insignia, sacan a relucir cada que se cambian de puesto.
Fue la coordinadora del PAN, Atenea Gómez Ricalde, la primera en anunciar que dejaba su curul para lo cual presentó su licencia. Pidió en tribuna a sus compañeros que la dejaran separarse del cargo para contender por la presidencia municipal de Isla Mujeres.
Horas antes la diputada Cristina Torres había hecho pública su separación del grupo legislativo del PAN, para sumarse a Morena y buscar la presidencia municipal de Solidaridad. Su decisión fue tomada a partir de que su compañera Lilí Campos Miranda se le adelantara y se registrara como aspirante al mismo puesto.
En entrevista previa, aunque se negaba a reconocerlo, la diputada Torres Gómez terminó por aceptar que, como se había especulado, mantuvo escondido su registro ante Morena desde hace más de una semana, sin darlo a conocer, pero sí para cumplir con los tiempos legales para el procedimiento.
La sesión de este martes tuvo un tufo a tacos de tanto cebollazo lanzado desde tribuna y desde las curules, para reconocer el trabajo de ambas legisladoras, Atenea y Cristina, por propios y extraños. Cebollazos en demasía que incluyeron calificativos para las legisladoras como comprometidas, trabajadoras, responsables, transformadoras, luchadoras, carismáticas, admirables y muchos más que usaron diputadas y diputados de Morena, del PRD y del propio PAN.
Incluso, hasta el propio Gustavo Miranda, presidente de la JUGOCOPO, para quedar bien pidió retirar el acrílico de tribuna -colocado como medida sanitaria- y ordenó que le tomaran fotos a la primera diputada que solicitó licencia, Atenea Gómez.
Hasta el diputado Roberto Erales, del PT, eterno nativista, lanzó desde su curul una convocatoria para la diputada Atenea, de la que nadie hizo eco: “que se quedeeeee…que se quedeeee…”.
Sin embargo, después de tanto halago y fiesta, como un balde de agua fría cayó en el pleno las palabras del presidente de la Mesa Directiva, Eduardo Martínez Arcila, quien después de la lista de lisonjas, hizo uso de la palabra para decirle a Cristina Torres que el municipio de Solidaridad será recuperado por el PAN, y para reiterarle de manera directa que es un orgullo ser panista porque así como abre la puerta para recibir a todas y todos, la misma puerta está abierta para quien se quiera ir cuando lo desee.
Inmediatamente la música imaginaria de violines de fondo, así como las flores que se lanzaron mutuamente entre legisladores, se vino abajo y todos hicieron mutis.
Muy incómodo, en su curul, el que acusó de recibido pero como si le hubiera caído un rayo, fue el morenista Edgar Gasca Arceo, quien había aplaudido a rabiar el oficio de Cristina Torres, entregado y “cantado” en el pleno una hora antes donde se anunciaba como su nueva compañera.
Gasca Arceo, iracundo, le pidió el uso de la palabra a Martínez Arcila, quien sabiendo que le iba a contestar sus dichos, se preparó y le dio el micrófono.
Gasca dijo: “Preocúpate por Quintana Roo y lo que está sucediendo aquí, porque el gobierno del cambio no ha dado resultado en 4 años”, le reviró. El silencio volvió a apoderarse del pleno. Nadie pestañeó.
“Secretaria (…) continúe con el orden del día”, ordenó Martínez Arcila. “Todos los asuntos a tratar se han agotado” dijo la secretaria Iris Mora, del PRD, la misma que le deseo éxito a sus compañeras panistas Atenea y Cristina. En ese momento se levantó la sesión que, minutos antes, el mismo Martínez Arcila había calificado como “un día de enroques”.
SIGUE LA INEXPERIENCIA
Y es que la agenda electoral comenzó a incidir ya en la del Poder Legislativo. El escarceo de este martes, es el indicativo de que el trabajo parlamentario quedará en segundo lugar, pero también, por la inexperiencia que muchos integrantes de la XVI Legislatura no pueden superar.
El mejor ejemplo es el acuerdo para cambiar el calendario para abordar el tema de la despenalización absoluta del aborto -demanda de feministas-, pues en la JUGOCOPO que preside Gustavo Miranda, nuevamente se cometió una pifia que tuvo que corregirse en el pleno cuando pasó a votación.
Fue precisamente el diputado Eduardo Martínez quien les hizo ver a los integrantes de la JUGOCOPO y al pleno, que no puede aprobarse un acuerdo, estando el anterior vigente.
Propuso incluir un artículo transitorio para que legalmente el anterior acuerdo quedara sin efecto y se dé paso al nuevo. Además, les metió un gol al pedir se incluyera el documento que Gustavo Miranda y las organizaciones feministas firmaron para liberar las instalaciones del Congreso que tenían tomadas desde noviembre de 2020. Documento que tienen celosamente guardado con los compromisos asumidos, aunque en realidad ya se ha hecho público por otros medios.
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Así transcurrieron las dos sesiones de esta semana en las instalaciones de un Congreso ocupado parcialmente por mujeres manifestantes quienes no asisten a las sesiones como amenazaron, pero que tampoco se ven al haber sido cercadas, dentro del propio vestíbulo, con unas tarimas donde mantienen instalado su campamento, mientras las ventanas superiores de las oficinas que ocupa el subsecretario de Servicios Legislativos, fueron tapiadas con periódicos para darle privacidad a las manifestantes.