David Acosta | R360

A 37 días de que iniciaron los casos sospechosos de Covid-19 en Quintana Roo, el gobernador Carlos Joaquín González no ha podido dar protección a quienes todos los días atienden a pacientes positivos de esta enfermedad. La segunda muerte por Coronavirus en el estado, generó un caos en el Hospital General de Chetumal: médicos y personal de enfermería estuvieron expuestos sin la protección necesaria.

Los casos sospechosos de coronavirus en el estado iniciaron el pasado 28 de febrero; el primer positivo, el 13 de marzo y la primera muerte, el 23 del mismo mes.

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Dos días antes de la primera muerte en Cancún, una persona de 74 años, se registró la primera manifestación por falta de insumos y equipo de protección por parte del personal de enfermería del Hospital General de Cancún “Jesús Kumate Rodríguez”.

Horas antes de darse a conocer el primer deceso por coronavirus, el 23 de marzo, personal médico y de enfermería del Hospital General del municipio de Felipe Carrillo Puerto y de José María Morelos, protestaron en el mismo sentido.

Médicos y personal de enfermería del Hospital General de Chetumal no se quedaron atrás; el 25 de marzo hicieron lo propio, ante la falta del suministro de equipo e insumos necesarios.

En todos los casos el personal fue “engañado”. Para bajar la presión, se les repartió algunos kits improvisados que además no reúnen las características indispensables para protegerse de los contagios.

El 26 de marzo ante un cuestionamiento hecho al gobernador Carlos Joaquín sobre el motivo de las manifestaciones, en una conferencia de prensa realizada en el teatro Constituyentes del 74, solamente respondió que se vería que el personal médico y de enfermería tuviera lo necesario. A su lado estaba la secretaria de Salud, Alejandra Aguirre Crespo, a quien ya se le salió de las manos la pandemia en Quintana Roo y quien se ha convertido en cómplice de pasar casos de Coronavirus por neumonía atípica, más ahora que iniciaron los contagios comunitarios (fase 2).

El personal médico y de enfermería es la base para la atención de los pacientes sospechosos y positivos de Covid-19, no se pueden dar el lujo de exponerlos. Como dijo un enfermero en el Hospital General de Chetumal, el día de la manifestación: “estamos yendo a la guerra peor que soldados desarmados, estamos yendo a la guerra y no sabemos contra lo que peleamos”.

De las condiciones del Sistema Estatal de Salud se pueden decir mil cosas, incluso que la culpa es hasta de Jesús Martínez Ross, el primer gobernador de Quintana Roo, sin embargo, el compromiso es ahora de Carlos Joaquín González, quien por un berrinche político siguió a sus otros seis homólogos del frente de gobernadores panistas y se negó a firmar el acuerdo del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi); ahora los quintanarroenses están pagando la factura.

El mandatario, de origen yucateco, ha presumido la certificación de los más de 20 hospitales y centros de salud en el estado. De qué sirve ahora tal distinción, si esta emergencia se ha encargado de desnudar la verdadera realidad de la infraestructura médica, capacitación y abasto.

De qué le ha servido tener a Alejandra Aguirre Crespo como titular de la Sesa, quien no ha mostrado manejo en esta crisis de salud, porque desde antes no se contaba con los insumos básicos para los centros hospitalarios y unidades médicas; hoy todo se lo achacan al Coronavirus pero esto es algo que se veía venir: hospitales sin medicamentos, falta de personal médico, enfermeros y médicos sin los instrumentos mínimos de trabajo; eso no es de ahora y no se necesita ser vidente.

Si el Gobierno del Estado argumenta que la situación es por el cambio del Seguro Popular al Insabi que apenas entró en vigor el 27 de diciembre del año pasado, habría que preguntar a dónde han ido a parar los más de nueve mil millones de pesos que ha recibido la Sesa de presupuesto en el último trienio (2017-2019) y todavía faltan por ejercer los tres mil 200 millones del 2020. Al ver la realidad que está desnudando el Covid-19, no hay respuestas.

Ante el segundo muerto por Coronavirus nadie asomó la cabeza, al menos de inmediato, solo se envió en el reporte diario. El ocultamiento de casos que se hacen pasar por neumonía atípica también es una constante durante esta contingencia.

El caso del Hospital General de Chetumal es prueba de ello, aunque se confirmó el padecimiento como positivo desde antes de la muerte, las autoridades médicas del nosocomio por instrucciones de “arriba” se negaban a informar al personal que se trató de una muerte por Coronavirus y tras el ocultamiento de esa información se expuso a muchos trabajadores. Alguien tuvo que filtrar la información para evidenciar lo que ya es de conocimiento público e intentar proteger a sus compañeros, familias y a la población en general.

Payo Obispo

La cultura de la despensa, lejos de desaparecer de Quintana Roo está más presente que nunca. En países desarrollados los gobiernos están por entregar dinero en efectivo a todos los contribuyentes por la emergencia sanitaria, en el caso de Estados Unidos, mil 200 dólares por persona, sin embargo el estado empezará la entrega de apoyos alimentarios a las familias que “más lo necesiten”, aunque esto también representa una oportunidad para hacer compras sin tener que pasar por las amañadas licitaciones. En lugar de incentivar el consumo del estado con ayuda económica, se opta por beneficiar a un empresario. Como diría el propio presidente Andrés Manuel López Obrador: “como anillo al dedo”.