CANCÚN, QR.- Terrenos valuados en Quintana por 407 millones 783 mil pesos, fueron comprados a Banco Azteca por Fonatur Tren Maya en mil 150 millones de pesos.
El 30 de abril de 2021, Banco Azteca se hizo del dominio de los lotes 2-10, 2-12 y 2-14 del predio Santa Ana Número 2, en el kilómetro 15 de la carretera Puerto Juárez-Tulum, al ejecutar la garantía de un crédito cuyo pago incumplió una inmobiliaria.
Siete días después se los vendió al Gobierno al triple.
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Banco Azteca es parte de Grupo Salinas, el consorcio del empresario Ricardo Salinas Pliego.
Las escrituras de las operaciones revelan que el 19 de abril del mismo año, unos días antes de tomar posesión de los predios, se encargó un avalúo al arquitecto José Antonio López Aguado Isaías que tasó en 407 millones 783 mil pesos el precio de las 108 hectáreas de los terrenos, según información difundida por el diario Reforma.
El primero, con un valor de 154.8 millones; el segundo, en 163 millones y el tercero, en 89.9 millones de pesos.
El 6 de mayo Fonatur Tren Maya y Banco Azteca celebraron un contrato promesa, pero el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin) hizo su propio avalúo para los tres predios por mil 150 millones.
Con base en esa estimación, el 8 de junio Banco Azteca suscribió el contrato de compraventa con Fonatur Tren Maya.
En el orden establecido, el Indaabin fijó el valor de cada inmueble en 434.7 millones, 459.8 millones y 25.5 millones de pesos.
Según la escritura del contrato ante la Notaría 38 de Cancún, los representantes de Banco Azteca en la compraventa fueron Gabriel Alfonso Roqueñí Rello y Luis Alberto Niño de Rivera Lajous, ex presidente de la Asociación de Bancos de México.
Por Fonatur Tren Maya firmaron Alejandro Varela y Gabriela García Reyna. El titular de Fonatur era Rogelio Jiménez Pons, quien luego fue destituido.
El 18 de enero pasado, Fonatur reservó por cinco años las escrituras de la compra de los terrenos a Banco Azteca, con el argumento de que la difusión generaría especulación en el precio de los inmuebles y afectaría su modelo de negocios.
Los antecedentes de los terrenos se remontan a más de una década. Originalmente eran parte de tres predios adquiridos por la inmobiliaria Surmarq, el 27 de mayo de 2009. En 2010, la propietaria formó parte de un fideicomiso administrado por Banco Azteca.
Como Sumarq solicitó un crédito, el 29 de junio de 2018 transmitió en garantía los inmuebles a favor de Banco Azteca, fiduciaria que pasó a ser acreedor de la dueña de los terrenos.
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El 20 de diciembre de 2019 las propiedades compradas una década antes se subdividieron y, ante el incumplimiento de pago, el 30 de abril de 2021 el banco enajenó los bienes.
Pero una semana después, el 6 de mayo, Banco Azteca y Fonatur Tren Maya celebraron el contrato promesa y el 8 de junio firmaron la compraventa.