En política las razones casi siempre son excusables, lo que no, la traición. Al aceptar José Luis Pech Várguez la candidatura para la gubernatura de Quintana Roo, sin haber renunciado a Morena, aceptó jugar con reglas del juego distintas, mismas que lo llevarán al fracaso y de paso, exhibió una narrativa, fallida por cierto, que será el discurso central de su campaña: va contra una candidatura del Verde.
Desde el preregistro para la candidatura en Morena, el también llamado Dr. Pech, se adelantó a la corriente en Morena que desde el año pasado ya había tomado una postura determinada por diferentes encuestas: Mara Lezama sería la candidata de Morena a la gubernatura. Aun así, fue el primero en registrarse. Pocos días después y en transmisión en vivo, Pech Várguez se enteraría -lo que ya sabía- del peso de las encuestas y aparentemente se disciplinó… de momento.
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¿En qué momento entra a la escena de Movimiento Ciudadano?
El pasado de Roberto Palazuelos Badeaux, la carta fuerte de Movimiento Ciudadano para la gubernatura, se fue desdibujando con los escándalos que al final lo bajaron de la candidatura y dio pie a que el senador Pech Várguez entrara al reflector de Movimiento Ciudadano.
Pero el ofrecimiento del partido de Delgado Dante Ranauro no fue de un día para otro; se fue construyendo en las semanas en las que los escándalos de Palazuelos Badeaux se estaban incrementando. Fue ahí, en el senado de la República, que el Dr. Pech tuvo los acercamientos con emisarios del partido naranja.
La decisión de dejar el partido que le dio una senaduría tuvo como excusa lo que no obtuvo en la negociación política con Morena en Quintana Roo. De lo que pidió para dar su apoyo sobre todo en el sur del estado y que no obtuvo.
Dante Ranauro sabe que Pech Várguez no le ofrece el capital económico que tendría con Palazuelos Badeaux, quien incluso ya se había hecho de los servicios de un ex asesor de Enrique Peña Nieto, para limpiar su muy golpeada imagen. Pero fue la única opción que le quedó. Movimiento Ciudadano competirá en los comicios con un candidato débil, que además ha tenido un pasado dudoso en la administración pública estatal.
Colaborador de gobiernos oscuros del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al Dr. Pech lo alcanzará en su campaña ese pasado.
El sector educativo lo recuerda por su paso por la rectoría de la Universidad de Quintana Roo, por facilitar la desincorporación de predios de ese centro de estudios en Tulum, para un proyecto inmobiliario impulsado por su jefe, el entonces gobernador Félix González Canto.
El escándalo lo siguió cuando protegió a su hijo, rector de la Universidad Politécnica de Quintana Roo, quien facilitó a Roberto Borge Angulo, hoy preso, el desvío de recursos documentado en la investigación de Mexicanos contra la Corrupción, denominada la Estafa Maestra.
Ese manto protector, a ese mismo hijo, lo usó para influenciar a las autoridades judiciales para que no consignaran al vástago por el plagio que hizo de una tesis de maestría que lo llevo a ser rector.
Traicionó los principios de Morena de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo, desde antes de ser senador y ahora, que abandona al partido con una escueta carta de renuncia que evidencia una narrativa gastada, que los quintanarroenses no creen: Mara es Verde, cuando la verdadera representante del PVEM es abanderada por el PRD y el PAN: Laura Fernández Piña.
Traicionó a Morena porque como senador aún de ese partido, aceptó la candidatura de Movimiento Ciudadano. La carta fue innecesaria, pues los estatutos de Morena dictan la expulsión y pérdida de militancia por aceptar la oferta de otro partido.
Este día, en Chetumal, el Dr. Pech registrará su candidatura, en la fecha límite impuesta por el Instituto Electoral de Quintana Roo, a cinco días después de que por video adelantó su “rompimiento” con Mara y Morena, en un hecho predecible, para sustituir a Palazuelos Badeaux.
Al Dr. Pech lo sigue sin duda la sombra del fracaso, como negociador político y como candidato a la gubernatura. En 2016, quedó en tercer lugar, vencido por Carlos Joaquín González. Dante Ranauro sabe que compite con un alfil y no con un rey.
Lo que sí se verá en esta débil candidatura será la articulación del gastado discurso basado en una supuesta “candidatura verde” de su adversaria, para restarle votos, aunque con todo y ello las encuestas, basadas en el ánimo del elector, ya han determinado la inutilidad de esa narrativa y sobre todo, lo que será una realidad en junio: Mara será gobernadora.