Allan Kardec fue un traductor, profesor, filósofo y escritor francés, quien es considerado el padre de la doctrina llamada espiritismo, la cual en sus palabras es también una ciencia:
“El espiritismo es a la vez una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia práctica, consiste en relaciones que pueden establecerse con los espíritus; como doctrina filosófica comprende todas las consecuencias morales que se desprenden de semejantes relaciones. Podríamos definirlo así: el espiritismo es la ciencia que trata de la naturaleza, origen y destino de los espíritus y de sus relaciones con el mundo corporal…”.
También te puede interesar: Opinión: Historia de una concesión imposible
En una de sus obras, denominada “El Evangelio según el espiritismo”, define a los Fariseos: Palabra proveniente del hebreo (Pharasch) que significa separar o dividir, los define como un grupo judaico conformado por “serviles observadores de las prácticas exteriores y de las ceremonias, llenos de un celo ardiente de proselitismo, enemigos de los innovadores, afectaban un agrande severidad de principios; pero bajo apariencias de una devoción meticulosa, ocultaban costumbres disolutas…”.
Kardec señala que, Jesús, se dedicó durante su misión en la tierra a desenmascarar la hipocresía de aquellos y por consiguiente los tuvo como enemigos encarnizados. Lo anterior, debido a que los fariseos, embelesados y cegados con su supuesta superioridad y pureza moral, no tardaron en interpretar a su manera las enseñanzas de la Ley y de la palabra, con la finalidad de obtener beneficios de grupo.
Haciendo alusión a lo escrito en el siglo XIX por Allan Kardec, parece que las cosas se siguen manteniendo en resonancia dentro del bucle histórico del poder que vivimos en México hoy en día, ya que antes de 2018 estos grupos se dividían en dos grandes sectores: los lideres y los opositores, izquierda y derecha.
Grupos de fariseos, con la llegada de la 4T
Sin embargo, a la llegada de la Cuarta Transformación, se ampliaron los grupos de fariseos dentro y fuera del ámbito de poder del líder en turno. Y ahora coexisten diversas tonalidades de izquierda que luchan entre sí por tener la verdad absoluta de los fariseos, desgastando la imagen de un movimiento, sin necesidad de que la derecha opositora se esfuerce demasiado.
Recordemos el significado en hebrero de Fariseo/Pharasch: Separar o dividir. Aún es momento de hacer un alto. De unir fuerzas. De que la izquierda abandone sus verdades absolutas de grupo denostando a los demás; de dejar de dividir entre puros y espurios.
Aún es tiempo de sumar a un solo proyecto, porque de lo contrario, si recordamos la historia, propios y extraños por la lucha interna de poder, terminaron eligiendo a Barrabás.