La ciudad de Babilonia fue fundada en el 2300 a.C., y a lo largo de su historia fue protegida con 8 puertas monumentales dedicadas a diferentes dioses. Una de ellas, la Puerta de Ishtar, fue construida por Nabuconodosor II, conocido como Nabuconodosor “El Grande” en el año 575 a.C.
La diosa Ishtar, a quien fue dedicada esa puerta era la diosa del amor y de la guerra. Una extraña dualidad puesto que era hija de Sin, el Dios de la Luna (hijo de Enlil, Dios del viento), del que hereda el arte de la guerra, y por otra parte, se reconocía como hija de Anu, quien fue de suma importancia en la historia de la humanidad por formar parte de la tríada Enki-Enlil-Anu (primera triada de la que posteriormente surgen Isis-Osiris-Horus y Padre-Hijo-Espíritu Santo, entre otros), de quien heredaría el amor ente otras características.
La Puerta de Ishtar pues, adquiere una notoriedad en la historia de la conquistas y la política, derivado de la tragedia de Alejandro Magno, quien es conocido como el conquistador de la mayor parte del mundo conocido en esa época y que, cuenta la historia que ante las puertas de Babilonia, por fin, detuvo su marcha.
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Ello, se debió a los consejos de sus asesores y augures, quienes le recomendaron no entrar hasta que se desvanecieran los peligros opositores a sus conquistas.
Pero finalmente Alejandro Magno no escucho más los consejos de sus cercanos e hizo caso de quienes embelesaron su ego, convenciéndole de mostrar al mundo su valor y lograron entrase a Babilonia por la Puerta de Ishtar. A los poco meses murió, según versa la historia, envenenado a traición.
Sin embargo, la historia se repitió cuando el emperador Marco Ulpio Trajano, Máximo conquistador de Roma, quien en su paso para anexarse los territorios de Mesopotamia, Armenia y Asiria, y desoyendo los consejos de los sabios y sus más cercanos, recibió consejos de quienes lo impulsaron a evitar que el fantasma de Alejandro Magno le paralizara.
En un acto de mero egocentrismo alimentado por grupos ajenos de poder, se adentró en Babilonia cruzando gallardo la puerta de la diosa Ishtar hasta llegar a los restos de lo que fuera la Torre de Babel. Poco tiempo después, Trajano el emperador, fallecía envenenado a traición.
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De la Puerta de Ishtar al Bulevar Bahía
Hoy, la Puerta de Ishtar que lleva a la silla del Palacio en el Bulevar Bahía en lo que fuera Payo Obispo, aparece a lo lejos en un proceso electoral sin precedentes en Quintana Roo, y que como ningún otro se vislumbra enraizado en grupos antagónicos expertos en la traición.
Los posibles contendientes de esa silla, alistan ya sus mejores armas para la contienda. Sin embargo, solo aquellos que hagan a un lado su egocentrismo y se tomen el tiempo para no desoír los consejos de los sabios y cercanos, podrán trascender a las traiciones que ya les esperan más allá de las puertas de Ishtar.