David Acosta | R360
CHETUMAL, QRoo.- Los 16 puntos del orden del día en el Congreso de Quintana Roo; el árbol de Navidad, de alrededor de seis metros colocado en las afueras de la sede del Poder Legislativo; y el “arbolito” con luces en el vestíbulo, no fue lo que despertó interés entre los asistentes. Fue el baile de “la rama” que un grupo de jóvenes realizó en la sede de la XVI Legislatura.
Vestidos con ropa casual, algunos con aplicaciones navideñas y uno de los bailarines hasta con cuernos de alce, así fue como llegaron a las instalaciones del Congreso del Estado a ofrecer un espectáculo nunca antes visto y permitido en las instalaciones.
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“No sé quiénes son; no está permitido, de hecho yo he querido traer a unos jóvenes y me dicen que no se puede”, consideró la congresista Ana Pamplona.
Los jóvenes, con una rama con luces, bailaban lo que se conoce tradicionalmente como “La rama”, pero con un estilo moderno y después siguieron con otro repertorio de canciones que dejó a muchos asistentes asombrados, pues hasta al “twerking” (baile parecido al “perreo”) apareció.
Con una bocina portátil, que hoy se utiliza para karaoke, los 15 jóvenes amenizaban el baile que duró por lo menos unos 10 minutos, tras ello se retiraron.
SESIONES MONÓTONAS
El común denominador de las sesiones ordinarias es que inicien con retraso; la de ayer, una hora y 23 minutos más tarde de la hora agendada. Los diputados llegaron a cuentagotas a las instalaciones y más aún, para ingresar al salón de plenos.
Los legisladores argumentan su retraso: desde atender a una persona; viajar desde el norte de la entidad o retrasos por estar atendiendo “asuntos” de su distrito. Las faltas también se siguen acumulando y no hay por parte de la Mesa Directiva información alguna.
El presidente de la Mesa Directiva, Erick Gustavo Miranda, no llegó por segunda ocasión consecutiva. La primera fue la semana pasada en la sesión del Congreso Juvenil 2019. Su lugar de nueva cuenta fue ocupado por la congresista Ana Pamplona Ramírez.
El público el martes estuvo escaso, salvo asistentes y trabajadores del Congreso del Estado que deben estar al pendiente de sus jefes.
Las pocas personas externas que llegan acaban retirándose tras esperar más de una hora sin que iniciara la sesión; las únicas que esperan son de un grupo de gente, en su mayoría mujeres, que ya encontraron la forma de supervivencia en el Congreso, a través de apoyos que van de los 50 a los 500 pesos. Es un grupo que cada vez crece, pero generalmente no ingresa a las sesiones plenarias aunque le echan porras a sus diputados preferidos.
En las butacas las personas prefieren charlar de diversos temas que no tienen que ver con las iniciativas, reformas o decretos que se tratan durante los trabajos legislativos o en su caso, entretenerse con su celular.
Los legisladores son también ejemplo de lo monótono de las sesiones pues también hacen lo propio que el público asistente. Los cafés en las curules son otro síntoma de que cada vez se vuelven más pesados los trabajos; el martes, 18 diputados tomaron el aromático y algunos más hasta dos tazas; otros, por lo menos su té o botella de agua.
El número de iniciativas que en su mayoría se envían a comisiones para su análisis y el enfrascamiento en discusiones por exhortos que no ameritan “obvia y urgente resolución” es otro punto que ya se dijo en por lo menos tres ocasiones que se eviten, no solo atenderlos sino proponerlos, como ocurrió hoy con uno relacionado con el presupuesto participativo.
A lo anterior se suma la pérdida de brújula de algunos legisladores, como el caso de Alberto Batun Chulim, que hoy al tomar la tribuna para defender el exhorto dio los buenos días, cuando eran a las 19:30 horas.
Los diputados ya tomaron como deporte entrar y salir del salón de plenos, pero también llegar solo por la asistencia, como Fernanda Trejo Quijano, quien inició la sesión pero no la concluyó, de hecho en su lugar en la Mesa Directiva estuvo Judith Rodríguez Herrera.