QR.- Los ciclones tropicales, fenómenos climáticos de gran impacto, siguen un ciclo de vida fascinante y complejo que va desde su formación inicial, una posible transformación en huracán, hasta su eventual desintegración.

Puntualizando en lo antes mencionado, es importante destacar que un huracán es un tipo de ciclón tropical, pero no todos los ciclones tropicales llegan a convertirse en huracanes.

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Este proceso se divide en varias etapas distintivas que dependen de las condiciones atmosféricas y oceánicas.

Antes de pasar a las etapas de un ciclón tropical es importante entender que es una zona de baja presión.

¿Qué es una zona de baja presión?

Una forma fácil de entender es imaginar que el aire que respiramos es como una gran manta que cubre todo el planeta. Esta manta de aire no siempre es igual en todos lados; a veces es más pesada y en otras partes es más ligera. Cuando decimos que hay una zona de baja presión, nos referimos a un lugar donde la manta de aire es más ligera o menos densa.

Una explicación sencilla:

  • Aire Ligero: En una zona de baja presión, el aire se ha calentado y se ha vuelto más ligero. Cuando el aire se calienta, tiende a subir, igual que un globo de helio que se eleva en el aire.
  • Aire Subiendo: A medida que el aire caliente sube, deja menos aire cerca del suelo, lo que crea un “hueco” o una zona con menos aire, es decir, una zona de baja presión.
  • Aire Nuevo: Como resultado, el aire de las áreas cercanas (donde la presión es más alta) se mueve hacia la zona de baja presión para llenar el hueco. Este movimiento de aire puede traer nubes y lluvia, y en el océano, puede empezar a formar tormentas y huracanes.

Piensa en una zona de baja presión como un área en la que el aire sube y deja espacio para que entre aire nuevo. Este proceso puede causar cambios en el clima, como viento, nubes y lluvia.

Una vez entendido este concepto es más fácil entender el proceso que conlleva la formación de este fenómeno meteorológico.

Perturbación Tropical

Todo comienza con una perturbación tropical, una colección de nubes y tormentas eléctricas en una zona de baja presión en el océano. Estas perturbaciones suelen formarse en regiones tropicales donde la temperatura del agua es cálida (al menos 26.5°C) y hay una humedad elevada en la atmósfera.

Depresión Tropical

Si la perturbación tropical se organiza y desarrolla un centro definido de baja presión, se convierte en una depresión tropical. Los vientos en una depresión tropical alcanzan velocidades de hasta 61 km/h (38 mph). A partir de este punto ya se puede considerar como ciclón tropical.

Tormenta Tropical

Si los vientos aumentan y alcanzan velocidades entre 62 y 118 km/h (39-73 mph), la depresión tropical se convierte en una tormenta tropical y se le asigna un nombre. La tormenta tropical tiene una estructura más definida y puede comenzar a mostrar el patrón de rotación ciclónica.

En este punto el ciclón tropical puede desintegrarse o pasar a su etapa final.

Huracán

Cuando los vientos alcanzan o superan los 119 km/h (74 mph), la tormenta tropical se convierte en un huracán. Los huracanes se clasifican en categorías del 1 al 5 según la Escala Saffir-Simpson, que mide la intensidad de los vientos:

  • Categoría 1: 119-153 km/h (74-95 mph)
  • Categoría 2: 154-177 km/h (96-110 mph)
  • Categoría 3: 178-208 km/h (111-129 mph)
  • Categoría 4: 209-251 km/h (130-156 mph)
  • Categoría 5: Más de 252 km/h (157 mph)

Madurez y Desintegración

Un huracán maduro es una estructura bien definida con un ojo claro y un patrón de nubes en espiral. Puede durar varios días. Sin embargo, los huracanes pierden fuerza cuando se mueven sobre aguas más frías, tierra firme o encuentran condiciones atmosféricas desfavorables. La pérdida de calor y humedad necesarios para mantener su intensidad provoca su desintegración.

Este ciclo de vida de los ciclones tropicales no solo es un testimonio de las fuerzas de la naturaleza, sino que también subraya la importancia de la vigilancia y preparación ante estos poderosos fenómenos climáticos.

¿Por qué existen los ciclones tropicales?

Los ciclones tropicales, aunque a menudo se asocian con destrucción y peligro, también juegan un papel crucial en el equilibrio del medio ambiente, siendo la refrigeración una de sus principales funciones.

  • Distribución de Calor: Los ciclones tropicales ayudan a redistribuir el calor desde las regiones ecuatoriales hacia las latitudes más altas. Al mover el aire cálido y húmedo hacia el norte o el sur, ayudan a mantener el equilibrio térmico de la Tierra.
  • Reabastecimiento de Aguas Subterráneas: Las intensas lluvias que acompañan a los ciclones tropicales pueden recargar acuíferos y cuerpos de agua subterránea. En áreas propensas a la sequía, esta lluvia puede ser vital para mantener los niveles de agua subterránea.
  • Revitalización de Ecosistemas: Las lluvias abundantes pueden revitalizar ecosistemas secos, promoviendo el crecimiento de plantas y la salud de los hábitats naturales. Esto, a su vez, beneficia a la fauna local que depende de estas plantas y fuentes de agua.
  • Eliminación de Contaminantes: Las fuertes lluvias y vientos pueden limpiar el aire y la superficie de la Tierra, eliminando contaminantes y polen. Esto puede mejorar la calidad del aire y el agua en las regiones afectadas.
  • Mejora de la Biodiversidad: Al alterar el paisaje, los ciclones pueden crear nuevas oportunidades para la biodiversidad. Por ejemplo, la caída de árboles en un bosque puede abrir el dosel para que la luz solar alcance el suelo, permitiendo que nuevas plantas crezcan y creando hábitats para diferentes especies.
  • Estimulación de la Pesca: Los ciclones pueden causar un fenómeno llamado “afloramiento”, donde el agua fría y rica en nutrientes del fondo del océano sube a la superficie. Esto puede aumentar la productividad de la pesca, ya que los nutrientes adicionales apoyan el crecimiento del plancton, la base de la cadena alimentaria marina.

Ciclones tropicales que más han afectado a México

A lo largo de los años, México ha sido impactado por numerosos ciclones tropicales que han dejado una huella significativa en el país. Entre los más devastadores se encuentran:

Huracán Gilberto (1988)

Gilberto, conocido como “El Huracán del Siglo”, fue uno de los ciclones más intensos del Atlántico en su tiempo. Alcanzó la categoría 5 y afectó severamente la Península de Yucatán, incluyendo Quintana Roo, con vientos que superaron los 290 km/h (180 mph). Gilberto causó enormes daños materiales y cobró numerosas vidas a su paso por México.

Huracán Wilma (2005)

El huracán Wilma es uno de los huracanes más poderosos que ha afectado a Quintana Roo. Alcanzó la categoría 5 con vientos de hasta 295 km/h (183 mph). Wilma causó destrucción masiva en Cancún y la Riviera Maya, con inundaciones severas y daños estructurales que afectaron tanto a la población como al turismo.

Huracán Patricia (2015)

Considerado el huracán más intenso registrado en el hemisferio occidental, Patricia alcanzó la categoría 5 con vientos máximos sostenidos de 345 km/h (215 mph). Afortunadamente, su impacto en tierra fue menos devastador de lo esperado debido a que tocó tierra en una zona menos poblada del estado de Jalisco. Sin embargo, causó importantes daños en infraestructura y agricultura.

Tormenta tropical Cristóbal (2020)

Cristóbal afectó principalmente a la Península de Yucatán, con lluvias torrenciales que provocaron severas inundaciones y deslizamientos de tierra. Este ciclón tropical no alcanzó la categoría de huracán, pero sus efectos fueron devastadores debido a la cantidad de agua que dejó a su paso.

Estos huracanes resaltan la vulnerabilidad de México ante estos fenómenos naturales y la necesidad de estar siempre preparados para mitigar sus efectos.

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